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Fútbol militar
Son Heung-min, jugador del Tottenham Hotspur de Inglaterra, ha sido noticia recientemente, al conocerse que deberá presentarse ante las fuerzas militares de su país, Corea del Sur, para realizar la instrucción obligatoria. En el país asiático, el paso por el Servicio Militar es obligatorio para todos los hombres, previo a cumplir los 28 años de edad. Lo que destaca tal situación es que su permanencia en las filas será de al menos 21 meses, colocando un gran signo interrogante sobre su carrera deportiva. Los vecinos del norte tienen mucho que ver en el hecho de que el servicio sea obligatorio en Corea del Sur, ya que está enfocado a reforzar a los hombres de la nación y prepararlos contra un posible ataque de Corea del Norte. Además, desde que terminó la guerra entre ambas Coreas, jamás se ha llegado a firmar la paz. Quedaron en un “status quo antebellum” (tal y como estaban las cosas antes de la guerra) lo que significa que, técnicamente, puede considerarse que la guerra no ha terminado.
Para evitar dicha circunstancia, cualquier deportista debe obtener un logro que enorgullezca a la nación, como podría ser considerada una buena performance en el Mundial de fútbol o bien los Juegos Olímpicos o Asiáticos. En este sentido, la delegación de Corea del Sur que participó en el Mundial celebrado en forma conjunta entre la propia Corea y Japon en 2002 fue eximida del llamamiento a prestar servicios, luego de alcanzar la semifinal en dicha competición. Sin perjuicio de ello, Son Heung-min no ha sido el único deportista profesional coreano en esta situación. Kim Jung-woo, luego de participar con su selección en la Copa del Mundo de Sudáfrica 2010, fue incorporado al ejercito. Pero pese a ello, Kim Jung-woo pudo continuar su carrera deportiva, disputando el torneo profesional de Corea del Sur con el Sangju Sangmu Football Club, equipo del ejercito y compuesto exclusivamente por conscriptos, quienes son cedidos durante dos temporadas (período que dura el servicio militar), teniendo vedado asimismo la contratación de futbolistas extranjeros y por fuera de las fuerzas de seguridad. Asimismo, en 2015, el golfista Sang-Moon Bae, jugador habitual del circuito americano PGA Tour, puso en suspenso su carrera deportiva al ingresar al ejercito. En 2017, el golfista retornó a los campos tras su ausencia de dos años en el servicio militar.
Sin embargo, el caso de Corea del Sur no es único en el mundo. En España, hasta la derogación del servicio militar obligatorio, era habitual que los jugadores profesionales pasaran a competir en el equipo de la ciudad más próximo al cual se encontraban realizando la instrucción. Manolo Sanchís, exfutbolista del Real Madrid, y Luis Enrique, exfutbolista y ex DT del Barcelona, realizaron en su época “la mili” como se lo conocía en España. El mundialmente reconocido Roger Federer fue eximido de realizar el servicio militar obligatorio en su país, Suiza, por problemas físicos en la espalda. En 2003, Mauricio Pinilla, atacante de la selección de Chile, fue excluido por ser un “deportista destacado”, y la ley chilena le permitió excluirse del servicio militar, pasando a formar parte de la reserva nacional. En 2010, Ness Nissim Zamir fue detenido por oficiales israelíes, pesando sobre el jugador del Albacete la acusación de no haber realizado el servicio militar obligatorio para todo mayor de 18 años. Para evitar dicha obligación, los deportistas debían recibir la calificación de “deportista de elite”.
Durante 2017, la Corte Constitucional de Colombia, máximo tribunal del país cafetero, señaló que a pesar de que un deportista no está exento de prestar el servicio militar obligatorio, sí tiene beneficios especiales en el cumplimiento de ese deber tales como una eventual prórroga del momento en el que deba ser incorporado a filas y, en caso de que ya se encuentre prestando el servicio, el derecho a elegir el lugar de cumplimiento para facilitar su preparación deportiva, siempre que demuestre su condición de deportista. En ese sentido, resulta útil señalar que las Fuerzas Militares de ese país cuentan con su propia Federación Deportiva y una liga por cada actividad deportiva que ésta maneje, por lo cual puede entenderse que los deportistas que sean incorporados gozarán del beneficio de elegir el sitio de prestación del servicio, pasando a ser parte de la respectiva liga militar que corresponda en su caso. En el mismo sentido, en Rusia la relación entre el deporte y el ejército ha estado históricamente capitalizada por el «Club Deportivo Central del Ejército», más conocido como CSKA de Moscú. El CSKA era la organización deportiva del Ejército Rojo y podía convocar a todo recluta durante los años de servicio.
Tristemente célebres son las anécdotas de Diego Maradona, Juan Barbas y Gabriel Calderón, campeones juveniles del mundo en Japón en 1979, al regresar a Argentina, donde debían prestar el servicio militar obligatorio, conocido popularmente en el país como “Colimba”, en referencia a las actividades de “Correr, limpiar y barrer” a las que eran sometidos los jóvenes. Los jugadores, tras el título obtenido, fueron paseados por los militares, quienes en ese entonces ocupaban el gobierno, como objetos de propaganda, continuando las perversas maniobras iniciadas en el Mundial de mayores de 1978, en el cual Argentina también había logrado obtener el título. Luego de la obtención de la Copa del Mundo juvenil, los jugadores, comandados por el propio Maradona, solicitaron la baja como compensación por el logro deportivo, y en ese entonces fueron dispensados de incorporarse a las fuerzas.
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- AUTOR
- Juan Esteban Diez
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