Thomas N’Kono nació el 20 de Julio de 1956 en Dizangue, Camerún. De 1,85 metros de altura, comenzó su carrera en el Canon Yaoundé de su país, formando parte de sus filas entre 1977 y 1982. Las buenas actuaciones en ese equipo dieron como resultado la obtención de la Elite One (torneo de primera división camerunés) en las ediciones ’77, ’79,’80 y ’82.

En el plano internacional, alzaron la Copa de Campeones de la Confederación Africana de Fútbol (CAF) en 1978 y 1980, venciendo a Hafia Conakry de Guinea y As Bilima de Zaire respectivamente. Se adjudicó ser el primer arquero africano en recibir el premio al mejor jugador del continente en 1979. En el Mundial de España 1982, fue el arquero titular nacional, recibiendo solo un gol en una fase de grupos que no pudo ser superada por su equipo.

Su destacada actuación tuvo como consecuencia una oferta del Espanyol, la cual eligió por sobre las del Flamengo y Fluminense. Además, le fue otorgado nuevamente el premio al mejor jugador continental. Hasta el año 1990 se quedó en el equipo de Barcelona, habiendo obtenido como logro más destacado el subcampeonato en la Copa UEFA 87/88, siendo derrotado en la final por el Bayer Leverkusen en un partido que culminó en los penales, luego de un 3-3 en el global. La ida en Barcelona, con resultado 3-0 para el local; el mismo resultado logró el rival en Leverkusen.

N’Kono con la camiseta del Espanyol.

Durante aquella década, obtuvo con su nación la Copa Africana de Naciones 1984 jugada en Costa de Marfil, superando en la final a Nigeria por 3-1, siendo éste el primer torneo alzado por los cameruneses. No pudieron defenderlo dos años después en Egipto, porque el anfitrión se adueñó del certamen luego de un empate en cero y siendo más efectivo en los penales. Volvió a la cita mundialista en Italia 1990, y el llamado del primer ministro camerunés Paul Biya al director técnico Valeri Nepomniachi estableció como titular a N’Kono por encima de Joseph-Antoine Bell.

En esta competición llegaron a la instancia de cuartos de final (mejor resultado de un país africano en la historia de la máxima cita). Inglaterra los superó por 3-2 en el tiempo extra. En aquella Copa del Mundo, jugaron el partido inaugural contra el último campeón, Argentina, obteniendo una victoria por la mínima diferencia. El cabezazo del legendario Roger Milla estableció la ventaja por sobre los de Carlos Bilardo. Su actuación fue muy destacada, dejando en el recuerdo varias atajadas en los partidos de fase de grupos.

Artículos relacionados: GRANDES EQUIPOS: CAMERÚN 1990

ROGER MILLA, EL QUE TODO LO HIZO POSIBLE

Culminado el campeonato en tierras italianas, dejó a los Periquitos para sumarse a las filas del CE Sabadell de la Segunda División española hasta el año ’93. A la siguiente temporada, se incorporó al CE Hospitalet, también de España, y al igual que en el club anterior, no obtuvo títulos o destacados resultados deportivos. Su última participación en mundiales se dio en USA 1994, observando la acción desde el banco de suplentes. Fueron 112 los partidos disputados con su país.

Recibió dos veces la distinción de mejor jugador de su continente

Sus últimos dos años como futbolista lo llevaron a formar parte del plantel del Bolivar, consagrándose campeón de la liga boliviana en los años ’96 y ’97, con el récord vigente de 761 minutos con su valla sin vencer. Sus reflejos bajo los tres palos y una personalidad avasallante fueron sus mayores cualidades. Concluida su labor como futbolista, se desempeñó como entrenador de arqueros en su seleccionado hasta el año 2003. Durante esta experiencia, fue arrestado minutos antes del partido por las semifinales de la Copa Africana de Naciones 2002 ante Malí por practicar magia negra dentro del campo de juego para perjudicar a sus rivales. Esto fue observado por varios testigos y confirmado por las autoridades que dispusieron su detención. Luego de esto, continuó desempeñándose en la misma función en el equipo que le dio reconocimiento, Espanyol. De hecho, fue él quien recomendó la llegada del arquero coterráneo Carlos Kameni. Ha incursionado fugazmente como director técnico nacional en el 2009 en su país y fue el impulsor de la carrera de Gianluigi Buffon, quien confesó que al ver la actuación del arquero camerunés en Italia ’90 quedó deslumbrado por él, al punto de bautizar a su primer hijo con el nombre Thomas.