América
Grandes Duplas Mundialistas: Forlán-Suárez
Lejos quedaban los éxitos de Uruguay en el mundo fútbol. Los títulos en blanco y negro no invitaban a pensar en el equipo uruguayo como una escuadra de punta en el balompié internacional. Tampoco la eliminatoria uruguaya rumbo a Sudáfrica 2010 hacía soñar a los sudamericanos con un Mundial destacado, pero esto señores es fútbol y la lógica muchas veces se escapa en el rectángulo verde. Porque el pequeño país americano tenía un par de razones para buscar la trascendencia: Diego Forlán y Luis Suárez.
El Maestro Óscar Washington Tabárez fue conformando un grupo sólido y, aunque corto, bastante compacto en ese irregular camino en búsqueda de volver a un Mundial (tras su ausencia en Alemania 2006). En esa eliminatoria, el DT utilizó diversos delanteros en los 18 compromisos. Forlán, Sebastián Abreu, Suárez, Carlos Bueno y hasta Vicente Sánchez fueron protagonistas durante la fase eliminatoria; por su lado un novel delantero del Palermo asomaba poco a poco sin tener un rol principal: Edinson Cavani, que incluso no marcó gol en toda la fase de clasificación. En esa instancia y considerando que Uruguay terminó quinto, lo que le llevó a jugar el repechaje ante Costa Rica (a la que derrotó con un global de 2-1), Forlán terminó como goleador del equipo con siete tantos, seguido del eterno Abreu con seis y Suárez con cinco.
Tabárez confiaba en el gran momento del entonces delantero del Atlético de Madrid, Forlán, de 31 años y que llegaba pleno a la Copa del Mundo, al mismo tiempo que había encontrado a su socio ideal en la persona del todavía atacante del Ajax de Ámsterdam, Suárez, que llegaba a Sudáfrica con 23 años y muchos goles bajo el brazo. Sin embargo, la incapacidad del equipo uruguayo para romper el cerco galo en el debut llevó al entrenador a replantear su parado táctico en pleno certamen. Tras el 0-0 ante Francia, el Maestro mutó de un 3-5-2 a un 4-3-3 más ambicioso, dándole entrada a un hasta entonces inédito Cavani, que por entonces despuntaba con el Palermo a sus 23 años. Esa incursión y la disposición del delantero que jugaba en la Serie A le permitió a Suárez y principalmente a Forlán desplegar lo mejor de su fútbol, algo que ya se vio desde la segunda jornada. Es que de ahí en más la dupla del Pistolero y Cachavacha no paró al grado de llevar a su selección a disputar siete partidos (el máximo que un equipo puede jugar en un Mundial).
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Ante Sudáfrica un golazo desde fuera de Forlán abriría la puerta para la goleada ante el anfitrión, una parábola bestial que se completaría con un segundo gol de penal. Ya en el agregado Suárez repartió una asistencia para Álvaro Pereira tras un muy buen control desde la banda derecha. 3-0 y la clasificación a octavos de final garantizada.
Contra México definirían el primer y segundo puesto del grupo. Uruguay necesitaba ganar para terminar en la cima del grupo, a los mexicanos les bastaba el empate. El combinado charrúa fue más con ese caótico e indescifrable 4-3-3 con Egidio Arévalo Ríos, Pereira y Diego Pérez ejerciendo de todocampistas. El buen quehacer se reflejó en el marcador cuando tras un centro de Cavani apareció Suárez al segundo poste para rubricar de cabeza y darle a su equipo el liderato del grupo.
Ante Corea del Sur en octavos de final: centro de Forlán desde la derecha, pifia del arquero y gol de Suárez. Se destapaba el goleador. Al 80′, un golazo de hoy ariete del Barcelona desde dentro del área definiría el encuentro en favor de los sudamericanos y los depositaría en cuartos de final.
Dentro de la instancia de los ocho mejores, ante Ghana, un endiablado gol de tiro libre del capitán Forlán significaría el 1-1. Sin duda alguna fue Forlán el jugador que mejor se adaptaría a las condiciones del balón Jabulani, aprovechando cualquier resquicio para convertir. Tras 120 minutos de fragorosa batalla, apareció la recordada mano del Pistolero para evitar la eliminación uruguaya. Suárez se fue expulsado pero su acción llevó a Uruguay hasta la definición por penales, en donde Forlán abrió la serie y guió a Uruguay a semifinales, previamente a locura consumada de Abreu.
En semifinales se toparía con Holanda, una versión menos gloriosa de la Naranja Mecánica, y en un juego de golazos y volteretas se despediría de la posibilidad de buscar el tricampeonato mundial. Aún así y pese a la ausencia de su principal socio en ataque, Forlán se dio el gusto de marcar un golazo de media distancia para el 1-1. Aunque al final sería derrota 3-2.
En el partido «que nadie quiere jugar», Uruguay plantaría cara a un gigante histórico como Alemania. Y logró ponerse por delante en el marcador. Para el 1-1, Suárez habilitó a Cavani tras un robo del Ruso Pérez, el gol fue el premio para un jugador que accedió a sacrificarse por el equipo. El último tanto uruguayo del Mundial sería obra del ’10’ en una jugada en la que el Cacha Arévalo le habilitó tras una pared con Suárez, y con una bella volea Cachavacha la mandó a guardar.
Al final entre Forlán y Suárez marcaron ocho de los once goles de Uruguay. El rubio delantero quedó en el cuarto puesto en la carrera por la bota de oro, sin embargo se consagró como el mejor jugador del Mundial, hito que sólo había obtenido un uruguayo en la historia de los mundiales: José Nazzasi, hacía ya 80 años. La actuación de los atacantes sudamericanos puso en un sitio de honor a Uruguay muchos años después. Una dupla histórica e irrepetible.
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- AUTOR
- Abda Barroso
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