A lo largo de la historia del fútbol han surgido varias duplas de jugadores que quedaron en la historia de muchos  equipos, por la cantidad de títulos que obtuvieron y por lo bien que se llevaron dentro de la cancha. Quizás las más conocidas para nosotros pueden ser Juan Román Riquelme – Martín Palermo, Enzo Francescoli – Hernán Crespo o Lionel Messi – Sergio Agüero. Pero la dupla de la cual les vamos a hablar hoy estuvo lejos de jugar en Argentina. Se forjó en Australia, pero brilló en Inglaterra, más precisamente en Leeds United, el equipo que hoy dirige Marcelo Bielsa. Probablemente, la Selección de Australia tuvo a dos de sus mejores jugadores de la historia en la misma década y eso es muy raro, pero más extraño todavía es que coincidan dos futbolistas de esa nacionalidad en un equipo inglés. Pero así fue, Mark Viduka y Harry Kewell son los personajes principales de esta historia.

Viduka era centro delantero, alto y grande, parecía jugador de fútbol australiano, pero atrás de ese gigante se escondía una técnica tremenda. Sus orígenes son croatas, su familia emigró a Australia en los sesenta. De hecho, Luka Modric, el 10 del Real Madrid, es su primo. Curiosamente, debutó profesionalmente en Melbourne Knights, un club fundado por croatas. Pasó por Dinamo Zagreb, donde logró tres ligas y tres copas, y muchos equipos comenzaron a observarlo, pero él se definía abiertamente como un futbolista perezoso al que no le gustaba correr y eso le jugó en contra. Pasó al Celtic y luego arribó a Leeds en el año 2000. Es allí, en Elland Road, donde llegó a su nivel más alto.

Dos australianos sueltos en Leeds.

Por su parte, Kewell era portador de una zurda magnífica y una corrida elegante por la banda. A los 14 años viajó Inglaterra con el Sub-14 del Marconi Stallions, equipo que actualmente se encuentra en la Segunda División de Australia. Un año más tarde tuvo la oportunidad de regresar a la isla para hacer una prueba de un mes en el Leeds, esto como parte del Movimiento Big Brother en Australia, un programa de becas que le permitió llegar a Europa. El zurdo viajó junto a su futuro compañero de Selección, Brett Emerton, pero solo Kewell pudo quedarse gracias a poseer la nacionalidad inglesa. Debutó en el Leeds en 1995 a los 17 años y jugó ahí  hasta el 2003.

Para la temporada 2000/2001, el extremo ya era referente en Leeds y Viduka tenía una gran experiencia a pesar de ser solo tres años mayor que su compatriota. Mark había pasado por tres buenos conjuntos y con gran cantidad de goles a su favor. Junto a él, el club inglés contrató a Rio Ferdinand y Olivier Dacourt. Ese equipo pintaba muy bien. Y encima iban a jugar la Champions League.

Para ese entonces, la UCL todavía se jugaba bajo su antiguo formato, con una fase inicial de grupos de cuatro equipos en la que clasificaban los dos primeros de cada zona, que a su vez se emparejaban en una segunda zona de grupos de cuatro conjuntos que determinaba los cruces de cuartos de final. En la zona inicial, Leeds clasificó segundo y dejó en el camino al Barcelona y al Besiktas. Ya en la segunda fase, el equipo inglés compartió el grupo con el Real Madrid, Anderlecht y Lazio. Una vez más como segundo, logró pasar de ronda con una defensa liderada por Ferdinand y una delantera eficaz, con la conexión australiana entre Viduka y Kewell. En los cuartos venció al Súper Depor, como se apodaba entonces al Deportivo de la Coruña, que ese año se consagraría campeón de la Liga española. Pero en semis cayó contra el Valencia, ya que empató 0-0 en Inglaterra pero fue goleado 3-0 en Mestalla.

Mucho gol, mucho festejo.

Al año siguiente, el Leeds quedó rápidamente afuera de la Copa UEFA y finalizó quinto en la Premier League, fuera de la clasificación a las competencias continentales, por eso su técnico, David O’Leary, fue destituido. En 2003, y tras marcar 14 goles en esa temporada, Kewell se fue al Liverpool a cambio de 10 millones de euros. Tan solo un año después, sería el delantero de área quien abandonaría el equipo ante el descenso de los de Yorkshire. El Middlesbrough fue el destino de Viduka. A pesar de haber hecho muchísimos goles, durante su estadía en Leeds apenas se dirigían la palabra. Viduka reconoció que tuvo un problema con el representante de Kewell, Bernie Mandic: “Bernie era mi agente cuando me llevó de Celtic a Leeds, pero corté los lazos con él. Creo que tal vez nuestra relación no fue tan buena porque, y no puedo decir con certeza, creo que eso afectó la forma en que Harry me vio. Aunque estamos mejor ahora”.

En Middlesbrough, Viduka llegó a jugar la final de la Copa UEFA y cayó ante el Sevilla. En 2007 pasó al Newcastle y dos años más tarde se retiró. Por su parte, Kewell triunfó con los Reds y alzó la Champions del 2005. También pasó por el Galatasaray, donde obtuvo la Copa de Turquía. Tres años después fichó para el Melbourne Victory, pero finalizada la primera temporada regresó a Europa para estar con su suegra, quien padecía cáncer. En el 2013 firmó con Al-Gharafa de Catar y su último club fue el Melbourne Heart, donde una lesión en el tobillo lo retiró a sus 35 años.

A pura pared en Australia

Ahora encaremos para Oceanía, porque con su país Kewell posee el récord de ser el jugador más joven en debutar con Australia: lo hizo a los 17, y además logró levantar un trofeo, la OFC Cup de 2004. Viduka no disputó ese torneo y no consiguió alzar un solo título con los socceroos en la mayor. Pero en 2005 eliminaron a Uruguay en el repechaje del Mundial de Alemania e hicieron que Australia volviera a una cita mundialista después de 32 años. Viduka fue protagonista en el primer partido 9de esa Copa, donde gracias a su gol lograron la primera victoria ante Japón. Si el nueve había sido clave en esa victoria, el extremo lo fue ante Croacia, gracias a un gol suyo pasaron por primera vez en su historia a octavos de final.

Desde que dejó de jugar, Kewell ha representado a varias marcas en Australia, como Jeep y Politix Menswear (ropa); además fue embajador de la Copa de Asia. Su camino siguió con el fútbol, ya que en 2015 hizo su primera incursión como DT cuando se hizo cargo del equipo Sub-21 y luego Sub-23 de Watford. También trabajó en Crawley Town y luego en el Notts County. Hoy sí está lejos de la gestión del fútbol y lo podes ver los sábados en su programa de TV, BT Sport Score.

Por su parte, el delantero Mark Viduka se mantuvo alejado del fútbol luego de su retiro. Si bien tuvo la oportunidad de continuar en el Fulham y en varios equipos de Australia, no aceptó porque reconoció que era moralmente incorrecto ya que no iba a tener un buen nivel. Estuvo metido en los negocios inmobiliarios en Melbourne y en la costa croata, aunque hoy atiende un café-bar donde se siente muy a gusto: «Siempre estuve en el centro de atención. Ahora, mi única presión es poner una buena cerveza para los clientes». Se define como una persona tranquila y que no necesita de la prensa, de hecho no tiene ninguna red social porque no cree que sea importante para nada. Y si bien se siente orgulloso de lo que logró en su vida, destaca algo más allá del fútbol profesional: “Todos creen que marcar cuatro goles contra el Liverpool es mi punto máximo, o capitanear a Australia en un Mundial. Pero patear la pelota en el patio de casa con mi padre siempre será mi mejor recuerdo futbolístico”.

El café-bar de Viduka

Dos jugadores distintos tanto dentro como fuera de la cancha. Para lo que fueron, merecían ganar algo más con su país, pero el fútbol no es tan amable. Tomaron caminos diferentes luego del deporte. Fuera del campo de juego no se hablaban, pero la pelota tiene estas cosas y por eso, muchas veces, es considerado el mejor deporte de todos. Porque adentro, hasta los que se llevan mal se pueden dar un pase, pueden hacer paredes, se otorgan asistencias, hacen goles para el mismo equipo y hasta se abrazan al grito de GOL!… como si fueran amigos.

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