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Grandes Equipos: Camerún 1990
Para el Mundial de Italia 1990 ya se decía la famosa frase: “En el fútbol africano está el futuro”, aunque nadie apuntaba a Camerún como una pieza fundamental para ese desarrollo que hoy se ve. En las sombras, y luego de hacer un papel digno en España 1982, se estaba gestando un equipo que cambiaría la forma en que pasó a mirarse al fútbol de África. Era el Camerún que nos hizo enojar en el partido inaugural, pero fue el mismo del que nos hicimos hinchas cuándo se fueron contra Inglaterra.
El ruso Valery Nepomnyashchi era el hacedor del equipo, quien cuando vio el material no dudó en imprimirle un juego rápido, potente, de buen manejo y eficiente, ganando la Copa africana de Naciones en 1984 y 1988. Para 1990 todos en el país africano estaban preocupados, porque el equipo era joven, tenía buenos resultados, buen juego, pero carecía de roce internacional y experiencia. Fue cuando el Presidente de la nación, Paul Biya, convenció a Roger Milla, de 38 años, para que vuelva al fútbol y ayude a Thomas N´Kono y Stephen Tataw a formar a los juveniles.
Milla aceptó el reto y se sumó al equipo siendo un ex jugador. Arregló ser suplente, e ingresar sólo si era necesario. Lo hizo en el segundo partido del Mundial ante Rumania y marcó los dos goles. Luego le hizo dos más a Colombia en octavos de final, transformándose en un Dios para los cameruneses.
A diferencia de Milla, el arquero N´Kono era reconocido ya que había sido bicampeón de África. Con un estilo muy parecido al de Hugo Gatti, N´Kono se tornó simpático para el ambiente futbolístico. Era arquero del Espanyol de Barcelona, y con 241 partidos se convirtió en el extranjero con más presencias del club. Tataw, por su parte, era un líbero con todas las letras. Tiempista, rápido para los cruces y gran cabeceador; llevaba la cinta de capitán del equipo y bien ganada la tenía.
Le tocó bailar con la más fea en el debut de Italia ’90, se debía enfrentar con el campeón mundial vigente, Argentina, en el Giusseppe Meazza. El 8 de junio, el ruso Nepomnyashchi mandó a la cancha a: N´Kono; Ebwelle, Tataw, Massing; Makanaky, Kana-Bijick, Ndip Akem, Kunde; Mbouh; Mfede, Francois Omam Biyik. No les importó nada, y apelando a un juego rudo, algo que no estaba en su génesis, castigando a Diego Maradona y Claudio Caniggia en especial, ganaron 1-0 con gol de Biyik.
Luego se redimieron, casi avergonzados por el duro juego de la inauguración, y desplegaron su fútbol habitual. Le ganaron 2-1 a Rumania y perdieron 4-0 con la U.R.S.S. En octavos vencieron a Colombia, la otra cenicienta del mundial, por 2-1 con una avivada de Milla robándole la pelota a René Higuita. Camerún se convirtió en el primer equipo africano en llegar a tanto en un Mundial. En ese paso final le tocó Inglaterra. Le dio un baile histórico en el primer tiempo, pero por falta de picardía se fueron derrotados al descanso 1-0 con gol de David Platt, de cabeza.
A la segunda etapa, los africanos salieron con todo, y lo dieron vuelta gracias a los goles de Kunde y Ekeke, aunque dos dudosos penales hicieron que Gary Lineker le diera la victoria a los creadores del fútbol. La semifinal acabó siendo entre los británicos y Alemania.
Así entre polémicas se fue Camerún. En el fútbol, las sorpresas todavía no eran negocio y lo mandaron de vuelta a casa. Pero ese séptimo puesto nadie lo borra, y los Leones Indomables entraron en la historia por ser la piedra basal del fútbol africano en los mundiales.
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