América
Hasta donde se pudo
En una Copa América que será recordada por las polémicas y la mala utilización del VAR, Perú trató de abstraerse del contexto y finalizó segundo tras 44 años sin disputar una final. La mano de Ricardo Gareca y la madurez de varios de sus futbolistas fueron las claves para corregir el rumbo en plena competición y pelearle el título continental, hasta donde Roberto Tobar lo permitió, al poderoso Brasil.
El dominio del local fue más prolongado que el de la Blanquirroja, por lo tanto el resultado tiene algo de justicia y lógica en un marco de sospechas, alimentado por el abrazo de Jair Bolsonaro y Alejandro Domínguez segundos después de que Everton – goleador de la copa con tres goles – definiera para el 1-0. La Verdeamarelha había entrado fría, se despertó a los 10′, empezó a tocar y, cuando se cumplió el primer cuarto de hora, el extremo aprovechó el descuido de Luis Advíncula. Mención aparte para el jugadón de Gabriel Jesús, puesto a jugar contra su voluntad todo el certamen por derecha, donde controló con el pecho en pleno giro, pisó la pelota y metió un centro preciso al segundo palo.
El conjunto peruano, golpeado por el tanto en contra y aturdido por un Maracaná que rugía por primera vez en la tarde, no daba señales de respuesta y el Tigre, bastante disconforme, desde el banco hacía el gesto del «montoncito» porque no entendía la actitud de sus dirigidos. Hubiera sido difícil que Perú llegara al empate si la pelota no daba en la mano de Thiago Silva a pocos minutos del entretiempo, pero el chileno Tobar no dudó en cobrar penal y Paolo Guerrero, a pesar de haber tenido que esperar la revisión por la pantalla, no se inmutó y empató el partido. El dato: fue el único gol que le hicieron a Alisson en toda la competición.
Lamentablemente para Perú, a los 47′ Firmino hizo su único aporte en todo el torneo y su recuperación con el taco dejó a Arthur conduciendo contra varios rivales desacomodados y cedió para un Gabriel Jesús afilado, que puso la pelota en la parte del costado de la red venciendo a Pedro Gallese. Otro desconcierto de la defensa peruana que terminaba en gol de los locales.
En el complemento hubo no más de 15 minutos en los que el equipo de blanco y rojo fue agresivo y parecía acorralar a Brasil, sobre todo cuando el equipo local se quedó con un jugador menos por la expulsión del ‘9’. El dominio lo transformó en llegadas de gol un par de veces: Alisson mandó al córner un zurdazo violento de Miguel Trauco desde la izquierda y Edison Flores metió una volea desde afuera del área que se fue cerca del vertical derecho. Con el correr de los minutos, Perú se volvió intrascendente, amontonó hombres en ataque y entró en la desesperación que necesitaban los de Tité para generar faltas y enfriar la final. En tiempo de descuento, la insólita intervención de Tobar liquidó el encuentro: vio penal en un cruce de hombro con hombro entre Carlos Zambrano y Everton, revalidó su decisión a instancias del VAR y fue Richarlison quien puso el 3-1 definitivo en el Maracaná.
No pudo para ser para Perú, de digna tarea y valorable cambio de imagen luego del 0-5 en fase de grupos ante el mismo rival. Quedará para el recuerdo el cruce entre Gareca y un periodista peruano, porque su equipo resurgió y llegó a una final en la que se sabía inferior, pero igual dio pelea hasta que lo dejaron el árbitro y compañía, protagonistas por su floja labor como la mayoría de sus colegas en una Copa América olvidable.
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