Entrevistas
«Hay que comprometerse porque estamos en tiempos de cambio»
CR: ¿Cómo estás ahora que tenes más tiempo después del retiro del fútbol?
- Bien. Como toda transición, tiene lo suyo, después de tantos años acostumbrado a la rutina y competir. De repente, uno se encuentra con mucho tiempo libre y hay que llenarlo, ir acomodándose, sumar cosas e ir encarando la nueva etapa. Ahí estoy, en ese camino.
CR: Hasta ahora, ¿qué encontraste para llenar ese espacio?
- Lo único que me frena un poquito es que no sé dónde voy a vivir, si nos quedamos acá en Argentina o nos vamos a mudar a España, que es un lugar que nos gusta, y eso nos tiene en una situación en la que no sé si soltarme del todo en algún tipo de negocio o iniciar algo. Sí tengo claro que hay muchísimas cosas que durante la carrera uno no se puede ocupar y lo estoy haciendo ahora. A veces, te da la sensación de que no haces nada y haces mucho, entonces dejas cosas en el tintero. Me estoy acomodando con esas cosas. Estoy entrenando, empecé una rutina después de las vacaciones, mi hijo Tiziano me lleva para todos lados y lo acompaño en todo lo que puedo, y en este tiempo quiero hacer cursos de cosas que me interesan. Quiero arrancar uno de café, uno de barista, estoy viendo qué hacer con el fútbol, algún máster que pueda hacer online y me permita seguir preparándome.
CR: El 24 de marzo, vimos en Twitter un posteo tuyo en relación al día específicamente. ¿Sentís que a los jugadores les cuesta el compromiso social, mejor dicho, expresar ese compromiso, o lo hacen por obligación de los clubes?
- Es un tema que hay que empezar a hablarlo, invitar a que los futbolistas se empiecen a involucrar un poco más y cada uno desde su lugar. Hay muchos elementos preponderantes que hacen que uno se pueda incluir más o no según sus ideales y lo que crea, eso está claro. Me ha tocado estar con un grupo lindo de gente a lo largo de mi carrera, sobre todo en Rosario, compartir equipo con el Patón Guzmán, personas que se involucran, Boggino, los hermanos Formica; es gente linda que tengo que siempre ha estado, por así decirlo, de este lado de la brecha. Y uno a lo largo de la carrera va cambiando, va mutando y se va conociendo, como todos, y en mi caso fue un poco eso, cambiar. El cambio siempre es bueno, ya sea preguntarse, debatir en todo aspecto, uno se va encontrando y ese es el camino que yo elijo. Creo que tenemos una influencia, sea cual fuese, en termino de llegada, sean cinco personas, diez, quince, veinte, que vos podes influir. Hay que bajar una línea buena y hay que comprometerse porque estamos en tiempo de cambio y donde vale la pena meterse en esto. Es divino y a mí me hace bien, creo que es algo que voy a seguir haciendo y cada vez lo hablo más con los chicos que recién comienzan, sobre todo en redes sociales, que nosotros las agarramos un poco tarde. Aprendimos con el tiempo, pero hoy el poder de las redes es muy grande y hay que aprovecharlo. Si es para bien, mejor.
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CR: ¿Hay alguna presión de las instituciones acerca de lo que conviene decir?
- En todo ámbito hay líneas que a uno, en teoría, le conviene o no cruzar. Yo creo que desde lo que uno influye, se puede hacerlo sin tener que llegar a tener algún tipo de problemas. Somos libres de expresarnos, decir lo que pensamos y darle poder a cosas que creemos que son válidas. O por lo menos es lo que intento yo. La parte social, humana, va con uno. Y muchos no son conscientes, hay una ignorancia, en el buen sentido de la palabra, uno es ignorante a veces de muchas cosas que no entiende. Se trata de preguntarse, dar lugar a otra opinión y de ahí ir conociéndose. Hay gente que lo hace, evidentemente faltan muchos más y vamos a intentar siempre que siga sumándose gente a movidas solidarias, sociales y causas por las que vale la pena luchar. Al margen de que a los equipos, clubes o diversos status no convenga tanto. Igualmente, creo que no es el caso de convenir o no, pasa más por uno y que te puedan permitir o no.
«La parte social, humana, va con uno. Y muchos no son conscientes»
CR: Después de una tremenda temporada en Instituto con tu puesto asegurado, decidís ir a QPR, relegando tu lugar de titular en Córdoba ¿Cómo fue esa decisión de irte?
- Son los comienzos. Uno sueña, va cumpliendo objetivos y toma decisiones que llevan para un lado o para otro. En mi primer paso por La Gloria era joven y di un paso para atrás, por así decirlo, al ir a Atlético de Rafaela en el Nacional B para empezar a competir y enfrentarme a la realidad. Fue salir de la burbuja de la Reserva como me tocó en Rosario Central o en River. En ese momento, estás muy hermético, muy bien, muy cómodo, pero cuesta porque llega una edad en la que tenes que empezar a jugar. Y una vez que me fue bien, era cuestión de crecer y progresar. Te soy sincero, me costó, no tenía ni idea de la magnitud de la Championship, siempre quise jugar en primera y hacerlo bien para poder irme. Pero siempre tuve gente alrededor que me ha ayudado, y gracias a Dios tomé esa ayuda, porque me hubiese perdido de un paso importante que encima después me llevó a una historia divina.
CR: ¿Hay mucha diferencia entre Championship y Premier League?
- En calidad la hay, pero estás en el mejor país y creo que jugando la Championship estás por encima de muchísimas ligas. En cuanto a nivel de liga, público, infraestructura, cómo se vive y hasta dónde llega, creo que está ubicada como la quinta o sexta mejor liga del mundo. Entonces, fue un privilegio competir entre Premier y Championship los siete años que estuve en Inglaterra. Cuando me fui, pude darme cuenta de lo que era y del privilegio de estar en ese mundo, lo difícil que es mantenerse y, sobre todo lo duro que es volver a entrar, porque te vas de ahí y es un circulo muy privilegiado y muy complejo.
CR: ¿Cómo era vivir en un vestuario con jugadores con tantas culturas distintas? ¿Qué idioma hablaban? ¿Cómo eran las reuniones?
- El comienzo fue como toda adaptación y tuvo su dificultad. Al principio costó porque no hablaba inglés y se me hicieron difíciles los primeros meses, al margen de lo futbolístico. En lo cultural hubo un montón de cambios juntos, pero cuando sos joven estás dispuesto a adaptarte. No había argentinos y tuve muy pocos compañeros sudamericanos a lo largo de los años, entonces me obligaba sí o sí a esforzarme, a cambiar, a tratar de aprender y darme esa posibilidad. Siempre lo hice con la mejor, los grupos fueron muy buenos. Yo pronunciaba las cosas mal, a los chicos los hacía reír mucho y era como la “mascota”, se reían mucho conmigo pero me ayudaban, me corregían y así fue como aprendí. En portugués-español charlaba con Ákos Buzsáky, que es húngaro y, como había estado en Portugal (Porto 2002-2005) hablábamos ese portugués mentiroso, hasta que me acostumbré y pude arrancar.
CR: En esos años en el QPR, sufriste una rotura de ligamentos, ¿y terminaste ese tiempo trabajando en un bar?
- La historia que tengo con el QPR es divina por cosas como esta, pasó de todo, independientemente de lo deportivo. Gracias a Dios tuve la primera lesión grave después de haber jugado dos años y medio completos, entonces ya tenía un recorrido, habíamos logrado el ascenso y estaba en Premier mirándole el lado positivo a la situación. Tuve tres lesiones muy duras y fueron casi continuas. Tenía un amigo desde cuando llegué en West London, cerca de la cancha. La madre era rosarina y el padre era inglés, de la zona. Me lo crucé una vez en el centro tomando un café en Soho. Yo estaba hablando con Buzsáky, él escuchó ese portugués mentiroso, se dio vuelta y me dijo: “Vos sos argentino”. Así arrancamos nuestra relación. Él abrió una cafetería independiente en esa zona, Camp Coffee, y yo durante la lesión me metí ahí. Hice todo el proceso de la preparación y me encantó. Era mi lugar, yo iba a entrenar, volvía y me quedaba un rato por ahí. A veces, por la mañana, si había mucha gente tiraba café y lo hacía porque me gustaba. El me dejaba porque veía que yo liberaba la cabeza con eso. Me metía atrás de la barra y tiraba café. Hasta el día de hoy me río porque él sigue teniendo el lugar, pero por mucho tiempo se enojaba, un poco en joda, porque salía un comentario o reporte de diarios y decían que el café era mío. Una vez le ganamos el clásico al Brentford y, cuando llego al café al otro día, me dijo: “Estuvo la policía acá porque tenían miedo de que los hinchas del Brentford pasaran a visitar el local y hagan disturbios”. Yo me quería matar, pero es una linda anécdota.
CR: ¿Y cómo es ser un argentino querido en Inglaterra? Más allá de que el fútbol ha logrado unir a unos cuantos argentinos e ingleses
- He tenido compatriotas que hicieron las cosas bien, y cuando eso ocurre deja una buena imagen para lo que viene. A veces uno es un poco inconsciente de lo que representa. No sos simplemente vos, sino todos los que vienen atrás, y no abrís las puertas solo para vos, sino para los que vienen. Cuando llegué en 2009, éramos pocos en Inglaterra. Estaban Mascherano, Tevez, Coloccini, Jonás Gutiérrez, en el ascenso estaban Marinelli, Vecchio en el Leeds, y éramos cuatro o cinco, no había muchos. Hacerlo bien le ha abierto las puertas a muchos otros para ir, y no solo a sudamericanos sino a argentinos. Por algo nos quieren a nosotros, por lo que somos, lo que nos mueve, por el hambre de fútbol, por lo que sea. Y más allá de que priori es difícil, adaptarte abre muchas puertas. Y después de ahí, mi relación con el QPR es buena desde el minuto uno, lo que pasó el primer año del ascenso en torno a mi contrato, con el problema con la federación que hubo, nos fue uniendo y salió bien eso. Las lesiones en Premier, ascenso, descenso, y una relación muy fuerte con ellos que aún se mantiene.
«No abrís las puertas solo para vos, sino para los que vienen»
CR: ¿Te gustaría trabajar allá?
- A partir de ahora yo no cierro ninguna puerta a nada, todo lo contrario. Será cuestión de que uno ha sido un estandarte en eso de “ser persona antes de ser jugador”. Tener valores y manejarse siempre bien, al margen de si te va bien deportivamente o no. Trataré de sacar a relucir los contactos y las relaciones que uno tuvo a lo largo de su carrera y ver adónde me llevan.
CR: Más allá de no tener relaciones con sudamericanos, te vas a Palermo cedido una temporada, donde el equipo estaba plagado de argentinos ¿Cómo fue vivir ahí?
- Había un director deportivo que había estado en Catania, que había armado una legión argentina y le había ido muy bien, por eso lo quiso replicar en Palermo. Yo llegué en enero y justo se había ido (Mauro) Cetto, pero estaban (Paulo) Dybala, Santiago García, Chiqui Muñoz, (Mauro) Boselli, (Mauricio) Sperdutti y (Mauro) Formica. Estaban los uruguayos Abel Hernández y (Egidio) Arévalo Ríos, el paraguayo Edgar Barreto, éramos muchos sudamericanos. Y al margen de que fue muy difícil ese semestre y no logramos cumplir el objetivo, lo pasamos muy bien y es rarísimo, porque teníamos un gran grupo y formamos relaciones que hasta el día de hoy seguimos manteniendo. Es una de esas cosas raras que tiene el fútbol.
CR: ¿Qué es para vos Diego Maradona?
- Cuando me preguntan y tengo que hablar de Diego me cuesta mucho, es difícil. Es un personaje que te genera muchas cosas al mismo tiempo. Irrefutablemente, lo que fue adentro del campo, lo que nos daba a nosotros y la manera en la que lo daba es increíble. Yo lo tengo tatuado. La imagen de él, la postura, la 10, la cinta de capitán. Es fútbol puro, es la imagen que representa al fútbol. Es todo lo que un jugador en ese sentido quiere tener. Obviamente, después, a lo largo de su carrera, se le ha hecho muy difícil por sus adicciones y uno puede estar o no de acuerdo con su manera de manejarse, pero yo creo que al final del día es imposible juzgarlo a Diego. No se lo debe juzgar, se lo debe querer como lo hemos hecho los argentinos, de esa manera, y recordarlo en la cancha. De las mejores cosas que tengo es haber pasado fugazmente por Cruz Azul, donde casi ni pude jugar, pero disputé un encuentro en el Estadio Azteca. Iba entrando a la cancha y tenía la piel de gallina, toda la mística, el ’86, Diego, se cruzaba todo eso. Es uno de los tesoros más lindos que tengo en cuanto a Diego, que no lo llegué a conocer. Mi historia con Diego es lo que sentí ese día y después a todos los lados donde fui era Argentina igual a Maradona. Lo que hizo él nos ha ayudado a todos, nos hizo las cosas más accesibles a los trotamundos, y adonde fui dije “Maradona, Maradona” y se me hacho más fácil, es una realidad.
«Disputé un encuentro en Estadio Azteca y yo iba entrando a la cancha y tenía la piel de gallina»
CR: Más a nivel personal, sabemos que te gusta la música pero… ¿Cómo te llevas con la guitarra?
- La música es muy linda, es una de las cosas más lindas que tengo, tanto yo como Nana, mi compañera. Es muy importante para todos los estados de ánimo, todos los momentos, siempre ha sido luz y algo que nos hace bien. Arranqué desde muy chico, recién estaba hablando de ese tema con Fernando Pellegrino, con quien hice inferiores en River, y esta relación con la guitarra viene de familia. Mi tío ha tocado y cantado folclore toda la vida. Vengo del patio de ronda, asado, guitarra, empanadas, vino. Vengo de ese palo. Lo mamé de chico y con el Flaco, que es el violero groso, me empezó a gustar, me metí un poco y me acompañó a lo largo del camino. Toco un poco la percusión, la guitarra, toco todo pero nada bien, ja. Es el típico para el asado y para los amigos, pero es algo que me hace bien y siempre me he rodeado de músicos. Se dan cuenta de que me gusta en serio, me atrapa y quiero saber. Siempre me rodeo del palo de la música.
CR: ¿Cuál es tu grupo de música favorito? ¿Qué estilo te gusta más?
- Escucho todo tipo de música, no te puedo decir que hay algo que me vuelve loco, son muy pocos los géneros que no escucho o que no me gustan. La música en todas sus formas me gusta, ahora estoy haciéndome una manga en el brazo, con Mick Jagger, Amy Winehouse y Jimmy Hendrix. Es toda una manga rockera, que me gusta mucho, pero en general banco todo.
CR: ¿El último recital al que fuiste?
- Fui a ver a Martín Buscaglia, un muy buen músico uruguayo. Me gusta la música under, conocer bandas nuevas que son de ahí, a las que no les interesa tanto el reconocimiento social y van más a otras cosas. Esa onda me gusta mucho.
CR: ¿Cuál fue el mejor compañero que tuviste?
- He jugado con muchos grandes jugadores pero en Inglaterra me quedo con Adel Taarabt, no solo por lo que hacía él, sino por la química que teníamos. Le he visto hacer cosas que no le vi a ningún otro compañero. Sin lugar a dudas, si hubiese querido y no perdía tanto tiempo, podía llegar a un club top ten entre los mejores del mundo. Ha perdido mucho tiempo y él lo sabe, por eso hoy disfruto mucho de verlo en Benfica, ha cambiado, se interesó en dedicarse por y para el fútbol y está dando sus frutos. Nos hizo disfrutar, ganar partidos desde ese lado, de cara sucia, entrenando cuando quería, algo que es cada vez más difícil de hacer porque hay menos espacio para esos jugadores, esos genios. Pero él lo hacía, lo querías matar y lo amabas, y era un amor-odio constante, pero lo que teníamos adentro del campo era divino. Tenías que encontrarlo a él en los espacios libres entre la defensa y el mediocampo, lo hacía bárbaro y lo he disfrutado mucho.
CR: ¿Además de Pellegrino, compartiste con algún otro jugador/músico?
- Pasa que Pellegrino es el número uno, tiene un estudio de grabación en su casa, con el hermano, a ese nivel. Más amateur, Matías Fondato, que ahora está pintando y lo hace muy bien porque le encanta el arte y lo disfruta. Él también tocaba la guitarra y cantaba muy bien, compartí en Instituto un semestre y casi no pudo jugar. La tenía muy clara, todavía tenemos relación desde aquel momento.
CR: Para cerrar, ¿cómo fue ese llamado del Inter que recibís entre Championship y Premier?
- Lo de Inter se ha hablado mucho, (José) Mourinho, etc. Venia más que nada porque cuando estuve en el QPR el primer año, el dueño era Briatore Ecclestone. Entonces, llegué al QPR por medio de gente italiana y por eso se comentaba. En Premier, cuando me lesioné, estaba logrando cosas difíciles: ser argentino, venir de Championship, ascender, que me vaya bien. Me empezaban a hacer notas, había equipos que me seguían, me contaban mis compañeros y mi representante. No se dio y bueno, el fútbol tiene esto y las lesiones son parte, no estamos exentos de ellas. ¿Qué podría haber sido? No lo sé, no me arrepiento del camino que hice, ojalá no hubiera tenido lesiones porque durante los últimos años cuesta mucho. Pero no me arrepiento porque me ayudaron a cambiar, a mejorar como persona, a hacerme más fuerte, junto a ese camino de la recuperación y de encarar adversidades. Tuve tres lesiones de cruzados y jugué 5/6 años más, logré ascensos con Getafe, con Mallorca, tuve la chance de jugar en Cruz Azul. No sé si hay tanta gente que lo puede lograr.
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CR: ¿Faltó algo en tu carrera?
- Jugar en Central más tiempo, jugué un solo partido y de visitante. Haber jugado en Arroyito un año me faltó, con todo lo que conlleva.
CR: ¿Cuál es tu café favorito?
- Y, hay que ir catando, tienen distintos colores, distintos tonos, texturas, hay que ir probando, es lindo el mundo del café. El más rico que yo tomé es cítrico, los que tienen más notas frutales que chocolate, o cosas dulces. Iría más por ahí.
Foto de portada: La Voz del Interior
- AUTOR
- Sebastián Mancuso
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