Historias
Herbert Chapman, un revolucionario del fútbol..
El fútbol ha cambiado. Cambió desde que nuestros padres nacieron, cambió desde el primer Mundial allá por 1930 y cambió con la consagración de España en Sudáfrica 2010 y de Alemania en Brasil 2014, donde se confirmó que bajo la batuta de un proyecto se pueden conseguir resultados y hacer la diferencia. Se modificó, pero muchos tenemos como naturales cuestiones que hace mucho tiempo eran algo novedoso. ¿Alguien recuerda un partido sin numeración?. Claro, no entendieron mal, los jugadores sin números en sus espaldas, y seguro que si le preguntan a alguien mayor lo recordará. Hoy en día, esto es una reglamentación, aunque allá por 1930 fue una pequeña revolución. Una modificación que implementó Herbert Chapman, un hombre que varió y agitó el mundo de la pelota.
Por estos pagos el inglés, que nació en 1878, es prácticamente desconocido, pero si uno se acerca a Londres y pregunta por él en el Emirates Stadium, seguramente le hablen de una leyenda. A pesar de ser una gloria de los Gunners, nunca jugó con esa camiseta y hasta se calzó la de su máximo rival, el Tottenham Hotspur. Las narraciones no lo recordaran como gran jugador, sino que todos sus hechos destacados serán de la línea de cal para afuera, cuando comenzó su carrera como entrenador o mánager.
Una vez que colgó los timbos, Herbert se dedicó de lleno a la conducción de equipos. Primero tomó el mando del Northampton Town, una entidad que jugaba en la Southern League, la alternativa amateur en Inglaterra de The Football League, un torneo al que llegaría más tarde cuando se hizo cargo de Leeds City. En este team tuvo su primer problema como entrenador, ya que los dirigentes de la entidad les pagaron primas a varios jugadores para que disputaran partidos durante la Primera Guerra Mundial, algo que por ese entonces no estaba bien visto -por no decir que estaba prohibido-. Por esta situación, Chapman fue suspendido de por vida…
Al verse acorralado, sin trabajo y en medio de la explosión de uno de los conflictos bélicos más importantes de la historia mundial, el DT se puso a pensar y, como era un visionario no solo en la cancha, se puso una pequeña PYME (?) de municiones. El combo municiones más guerra hizo que su negocio creciera en forma considerable, sin embargo como el dinero no es todo pero cómo ayuda, intentó regresar a su lugar en el mundo. Por eso apeló la medida que le había impuesto la Federación y, gracias a la ayuda de los mandatarios del Huddersfield Town, le dieron el visto bueno para que regrese a su verdadero trabajo.
A este club llegó como ayudante del técnico principal, pero ese empleo le duró poco, porque tiempo después despidieron al entrenador y él tomó las riendas del primer equipo. En menos de tres temporadas, el Huddersfield pasó de ser un equipo humilde y sin pretensiones a pelear hasta el final todos los campeonatos. Con sus novedosos planteos tácticos, al mejor estilo inglés con una defensa sólida y lanzamientos largos para los delanteros, consiguieron tres títulos de Liga consecutivos (1923/24, 24/25 y 25/26).
Como dijimos al principio, cambia todo cambia, y en 1925 el fóbal sufrió una de sus modificaciones más singulares, ya que se metió mano en la regla del fuera de juego, disminuyendo la cantidad de jugadores contrarios que tiene que haber entre el arco y el delantero que recibe el balón de tres a dos. Hasta ese momento, la mayoría de los técnicos usaba el dibujo 2-3-5 y a la carga barracas, pero con estas reformas hicieron que los conductores de muchos conjuntos tuvieran que cambiar sus formaciones y he aquí donde aparece otra creación de Chapman. La WM.
De esta forma, los players salían al terreno de juego con un 3-4-3, onda el Barcelona actual, pero con el ya nombrado estilo directo. La idea principal se basaba en una defensa fuerte, un mortal contraataque y mucha libertad a los dos extremos, los cuales podían llegar hasta el fondo para tirar el centro, o bien hacer diagonales, una jugada que le dio inicio a los wines goleadores, esos que ahora ya casi no existen o escasean. Así nació la figura del stopper, que tenía como trabajo detener al centrodelantero rival. Como verán, muchas de las cuestiones de las que hablamos hoy por hoy son algo muy natural, pero en ese entonces eran revolucionarias.
Esta revolución tocó su pico más alto cuando nuestro homenajeado llegó al Arsenal. Bajo su liderazgo, los londinenses ganaron sus primeras ligas en su historia (1930–31, 1932–33 y 1933–34), y conjuntamente se quedaron con la FA Cup de 1930 y las Community Shield de 1930, 1931 y 1933. El club alcanzó la gloria en muy poco tiempo, aunque no solo se quedó ahí. Conjuntamente, Chapman implementó una nueva casaca del equipo, la cual en sus inicios era completamente roja ya que fue donada por el Nottingham Forest. Por una de sus ideas, las mangas de la vestimenta pasaron a ser blancas, para que los jugadores pudieran diferenciarse del resto.
Otras de sus innovaciones fue la inclusión de un masajista en el cuerpo técnico, una mayor preocupación por las inferiores del club, colocar luz artificial en los estadios para poder disputar encuentros por la noche y pintar el balón de blanco para que se distinga sin problemas. A esto hay que sumarle lo dicho en el principio sobre la numeración en la espalda de los players y la calefacción del césped en las canchas. Una mente brillante sin lugar a dudas, y aún hay más.
Si buscan en el mapa del metro de Londres, encontraran que hay una estación llamada Arsenal (busquen arriba muchachos, no por abajo). Ahora bien, ustedes dirán: ¿Y esto qué carajo tiene que ver?. Bueno, esta parada lleva ese nombre gracias a Herbert, quien pidió que se modifique su antigua denominación, Gillespie Road, por el nombre de los Gunners. El hombre estaba hasta en los detalles más pequeños y esto se confirma con un dato muy concreto: cambió el hombre del club de The Arsenal a Arsenal, sólo para que la institución apareciera primera en el alfabeto. Igual esto se podría considerar como demencia, claramente.
En 1934, Chapman se lanzó a la búsqueda de nuevos talentos y emprendió un viaje en medio de una ola de frío y lluvia. Como era de esperar con este combo, apareció una enfermedad que en principio era un resfriado, pero terminó por ser una neumonía que le puso punto final a su vida. Hoy en día, los hinchas del Arsenal lo recuerdan con una estatua en las afueras del Emirates, aunque muchos más lo tendrán en sus mentes por ser uno de los primeros revolucionarios del fútbol.
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- AUTOR
- Facundo Mirata
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