América
Herediano, el nuevo rey de Costa Rica
Recién finalizó el torneo de apertura de Costa Rica y, en una final apasionante, el Club Sport Herediano se proclamó campeón en la casa del anterior rey, Saprissa. Fue un duelo sumamente parejo en los dos partidos de la definición, ambos finalizaron en empate 2-2 e hicieron falta los tiempos extra para decidir al ganador del cetro del fútbol costarricense. Pero antes de hablar del campeón, hablemos de otros temas destacados del torneo.
Para iniciar, aclaremos el formato del campeonato. El torneo cuenta con 12 equipos, que se enfrentan en un típico formato todos contra todos. El líder del torneo se asegura una eventual final, esto en el caso de que no sea el ganador de la segunda ronda, la cual comprende enfrentamientos directos de semifinales ida y vuelta y una final, de la misma manera.
Iniciemos con el recién ascendido, San Carlos. El equipo de los Toros del Norte» volvía al fútbol de la primera categoría de la mano de Álvaro Saborío, el experimentado goleador tico que fue a jugar al fútbol de la segunda división para llevar al club de su pueblo natal de vuelta a la élite. Un año después, regresarían y lo harían con fuerza El equipo se calificó a la segunda ronda, en el tercer lugar de la clasificación general, realizando un torneo bastante constante de la mano de Saborío, quien finalizó el torneo como máximo anotador con 16 goles. El equipo norteño cayó en semifinales en una definición por penales. Así, se convirtieron en el equipo revelación del torneo, llevando hasta el límite sus posibilidades, incluso cuando enfrentó a rivales que eran en teoría superiores.
El equipo que eliminó en semifinales a San Carlos fue la Liga Deportiva Alajuelense. El conjunto dirigido por el exjugador Luis Diego Arnáez retomó bastante lo que se espera de un equipo grande, tuvo un fútbol ofensivo y supo conjuntar en buena parte del campeonato una línea de ataque con tres delanteros. Tuvo muchos altibajos, los cuales les costaron no poder hacerse con el liderato general, el cual solo perdieron por diferencia de goles. Los manudos tuvieron un inicio algo dubitativo, donde incluso hicieron rotación de porteros, pues se empezaba a dudar del experimentado Patrick Pemberton. Al final, las aguas volvieron a su cauce y el arquero finalizó el torneo como titular indiscutible, y además fue figura en la serie de penales de semifinales donde se vistió de héroe, deteniendo dos lanzamientos. En la zona de ataque, el hondureño Roger Rojas disminuyó su cuota goleadora del anterior torneo, en el que fue figura clave del equipo, pero su lugar lo tomó el cuestionado Jonathan McDonald, quien finalizó el torneo con 14 anotaciones. La constancia de McDonald en el torneo le valió para regresar a la selección nacional después de varios años de no contar para el anterior técnico (es una historia para otro día). Alajuelense enfrentó a Herediano en la final, la cual también se definió desde los once pasos; esta vez Pemberton no pudo salir vencedor y el equipo alajuelense cumplió este diciembre cinco años sin ser campeón nacional. El próximo año celebrarán su centenario, y harán un esfuerzo mayúsculo para celebrarlo con un trofeo en sus vitrinas.
Sigamos con Saprissa. El campeón defensor volvía con pocos refuerzos del torneo anterior y mantenía a su entrenador a pesar de ser cuestionado por la afición morada. Salir campeón le aseguró a Vladimir Quesada al menos seis meses más al frente del equipo. Al igual que Alajuelense, Saprissa tuvo un torneo de muchas idas y vueltas, incluso una seguidilla de partidos que solo lograba empates, lo cual lo hizo perder una ventaja inicial que tomó con buenos resultados. Finalizó el certamen como líder general por diferencia de gola, pero nunca fue un equipo demasiado sólido. El equipo tenía mucho peso individual en la ofensiva, pero pecaba demasiado en la zona defensiva. En la segunda ronda, cayó en penales ante Herediano, por lo que le tocó esperar 15 días para enfrentarse al ganador de esa «primera final», que enfrentó a Alajuelense y Herediano.
Finalicemos, cómo no, con el nuevo campeón del fútbol costarricense. El Club Sport Herediano finalizó el que probablemente sea el semestre más exitoso en la historia del equipo. Tuvo un torneo loco, esa es la mejor forma de describirlo. Tenía que mezclar sus partidos de la Liga de Concacaf y del torneo nacional. El equipo florense avanzaba con dudas en el torneo regional, pero en el plano local sus resultados eran bastante malos, de la mano del técnico azteca Jaime de la Pava. El mexicano no duró demasiado al mando del conjunto y fue despedido por el gerente Jafet Soto, quien temporalmente tomó el puesto de entrenador, como ya había hecho en otras ocasiones. Poco después, el propio Soto anunció una movida que sorprendió a todos, llegó un acuerdo con el Club Sport Cartaginés y les «robó» al entrenador, el goleador costarricense y figura en el pasado del propio Herediano, Paulo César Wanchope.
El nuevo entrenador acarreó al equipo una nueva forma de jugar, más de toque y menos directo, pero los resultados no llegaron en el torneo nacional. En la Concacaf, el equipo superó otras fases a duras penas. De nuevo una seguidilla de malos resultados llevó a Soto a despedir un segundo entrenador y tomar él ya de manera definitiva las riendas del equipo, hasta final de año. Tenía no solo la dura tarea de insertar al equipo en el cuadrangular final, sino que además debía enfrentar al Motagua hondureño en la Liga continental, en la gran final. El equipo obtuvo el campeonato del torneo regional (su primer título internacional) y eso sirvió de envión anímico para lo que restaba del campeonato nacional. El equipo rojo y amarillo se metió a la zona de clasificación en la última fecha, gracias a una combinación de resultados. No muchos lo sabían en el momento, pero había nacido un equipo a prueba de todo. Los florenses enfrentaron primero a Saprissa en semifinales, y lo dejaron fuera en penales. Después jugaron ante Alajuelense en la gran definición, y volvieron a vencer desde los 12 pasos. Ambas series, Herediano las cerró de visitante.
A pesar de haber disputado bastantes partidos más que sus rivales, llegaron con motivación a tope para la gran final nacional. Otra vez tendrían que cerrar fuera de casa. En el partido de ida en su casa, no pudo ganar a pesar de ir dos veces arriba en el marcador, y el partido se saldó con un 2-2. A la vuelta, esta vez sin ninguna ventaja de goles, todos apostaban en contra del Herediano, todos excepto sus aficionados y el grupo que había desafiado todo lo esperable este torneo. Inició el partido perdiendo y así terminó el primer tiempo; empezando el segundo período, consiguió el gol del empate, que lo llenó de aliento a pesar de no estar jugando su mejor partido. Volvieron a verse abajo en el marcador y de nuevo les tocaba remar contra corriente. Igualmente, no remaron demasiado tiempo, un par de minutos después llegó su nuevo empate. El equipo superó toda adversidad que se le presentó.
De nuevo a tiempo extra, las piernas con ya muchos kilómetros funcionaban casi por inercia, pero con un hombre de más por una expulsión infantil de un rival, Herediano se vio capaz de ganarlo sin necesidad de ir a los penales. Y así fue, un certero cabezazo del mexicano Aldo Magaña dobló las manos del guardameta adversario y le dio al Club Sport Herediano, sus jugadores y su afición un semestre y una Navidad que nunca olvidarán.
Felicidades, campeones.
- AUTOR
- Adrián Pacheco
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