Historias
Hillsborough, la tragedia que marcó al fútbol inglés..
El mundo está plagado de hechos aberrantes que hacen que una sociedad entera se movilice para pedir justicia y para que cambien algunos de sus hábitos más comunes, esos a los que todos nos acostumbramos pero que en muchas ocasiones son grandes errores de las masas sociales. Esto es precisamente lo que ocurrió el 15 de abril de 1989 en Inglaterra, en lo que fue, es y será un antes y un después en el fútbol de ese país.
Ese día Liverpool y Nottingham Forest debían disputar una de las semifinales de la FA Cup o Copa inglesa como ustedes prefieran en Sheffield, el sitio elegido por Federación Inglesa de Fútbol. Hillsborough fue el estadio seleccionado para que se desarrolle el encuentro y desde aquí nomás comenzaron los errores, aunque en un principio esto no sería tomado como un desliz, porque en ese momento esta cancha era una de una típica postal de lo que era el fútbol inglés por esos días.
Construido en 1899, el escenario estaba sin refeccionar, carecía de medidas de seguridad y el paso del tiempo ya le había dado fecha de vencimiento hace rato, pero por ese entonces esto era algo completamente normal tener escenarios rústicos por decirlo de alguna manera. A los hinchas de los Reds, uno de los equipos más populares, le asignaron la tribuna Leppings Lane, una de las más pequeñas del campo. Ese espacio estaba dividido por vallas de contención, tenía los característicos paravalanchas del fóbal sudamericano y los simpatizantes no tenían acceso al terreno de juego como en la actualidad y su única forma de salir de ese sitio era por donde habían entrado o saltar el vallado.
Las afueras del estadio estaban colmadas de gente, todos a la espera de ingresar y dentro ya se podía ver que quedaba poco espacio. Unos 25 mil aficionados fueron los que se hicieron presentes para ver ese choque, un número que superaba ampliamente la capacidad del lugar donde fueron asignados los simpatizantes del Liverpool (entraban unas 14 mil personas). Y acá se da otra de las grandes pifias de este suceso, ya que se dio la orden, por la falta de investigación aún no se sabe quién o quienes lo hicieron, de dejar pasar a todo el mundo. Sí, sí a todo el mundo, eso incluía a los que tenían entrada a los que no o a cualquiera que intentara ingresar. Inconsciencia total.
El desborde de gente pudo haber hecho que la policía se viera superada por esa gran masa y por esa razón abriera libremente las puertas, pero la cuestión fue que todos los que estaban fuera se lanzaron lo más rápido que pudieron hacía adentro porque el cotejo estaba por comenzar. En pocos minutos las tarimas estaban atestadas de hinchas, que se chocaban con los hinchas que ya estaban los cuales buscaban lugar para observar lo que sucediera en el verde césped. Combinación letal.
El árbitro pitó el inicio de lo que tendrían que haber sido 90 minutos del deporte más hermoso del mundo (gracias por tanto Luis Omar Tapia), aunque a los siete tuvo que interrumpir el desarrollo del choque porque un policía entró corriendo a indicarle que algo andaba mal. Este fue uno de los primeros actos acertados de los uniformados, quienes reprendían a todo aquel que intentara ingresar al campo de juego pensando que se trababan de hooligans y no de personas que intentaban salvar su vida.
En esos tiempos, Inglaterra estaba viciada por los hooligans y era muy normal que esto muchachos causaran problemas en cada jornada que se disputaba. Sin ir más lejos, cuatro años antes de este suceso hubo otro hecho que sacudió al mundo. Se trató de la tragedia de Heysel, donde murieron 39 aficionados, en su mayor parte italianos, luego de que hinchas de la Juventus se cruzaran con los hinchas más radicales del Liverpool. Todo esto sucedió en la Liga de Campeones, por lo cual recaía sobre UEFA, la cual fue duramente criticada por determinar que el encuentro se jugase de todas maneras. Finalmente determinaron tomar medidas y no lo hizo así la Federación Inglesa, algo que produjo que el accionar de los barras ingleses siguiera como si nada dentro de sus pagos.
Sin dudas todo esto era un círculo que cerraba perfecto y por eso los efectivos tardaron en reaccionar como debían. Tras la interrupción, las puertas de acceso se abrieron y la gente se desesperó por salir hacía un lugar donde hubiera más espacio, lo cual hizo que muchos más se vieran aplastados y asfixiados. La tragedia ya estaba consumada y poco podía hacerse. Las imágenes de las personas luchando por su vida eran lo único que tomaban las cámaras de televisión y en sus rostros se podía ver la desesperación y el pánico que los rodeaba.
Fueron 96 las vidas que se fueron ese día, una perdida lamentable y que podría haberse evitado. Gran parte murió asfixiada o por «aplastamiento». En un principio las autoridades quisieron culpar a los hooligans por esta barbarie, sin embargo estaba claro que esta lamentable situación no se había alcanzado por una cuestión de la violencia de los hinchas. Tras este penoso suceso, el juez Peter Taylor fue designado por el gobierno para investigar al tragedia, dirimir responsabilidades y elaborar un informe con determinaciones para cambiar los problemas mayores. En unos meses las conclusiones del magistrado estuvieron volcadas en papel y fue concluyente.
Se eliminaron las vallas de contención, se les obligó a los clubes a eliminar las clásicas localidades de pie para que fueran reemplazadas por asientos, se señalaron todas las medidas que debían tener lo estadios para ser seguros y confortables. Todos los clubes se vieron obligados a cambiar la infraestructura de sus estadios y fue el final del fútbol para la clase obrera. Los hinchas que quisieran ir a una cancha a alentar a su equipo debían pagar un mayor precio y eso hizo que muchos dejaran de presentarse todos los fines de semana.
Uno de los puntos más extraños, bah de extraño no tiene nada, porque los arreglos o manejos sin sentido en la justicia son moneda corriente y esta vez no se iban a quedar afuera, pero ese es otro tema así que sigamos con lo nuestro. La cuestión fue que se determinó que todas las muertes fueron por «accidente», una hipótesis que cualquiera podría discutir y muchos más los familiares de las víctimas, quienes nunca bajaron los brazos y crearon la agrupación Hillsborough Family Support Group para apoyar a las familias de los fallecidos y reclamar justicia. Por suerte para ellos, hace algunos días se supo que la fiscalía británica pidió reabrir el caso porque encontraron errores que permitieron reabrir la causa.
A pesar de que no estuvo esa tarde en la cancha Steven Gerrard, emblema máximo en la actualidad del Liverpool, tiene un apego muy especial con la tragedia de Hillsborough, ya que su primo Jon-Paul Gilhoole perdió la vida esa jornada. En más de una oportunidad, el capitán de los Reds ha declarado que la muerte de su familiar fue la «mayor inspiración en su carrera» y condenó que se ocultaran documentos sobre que pasó ese 15 de abril de 1989. Hoy este volante es ídolo indiscutido en Anfield Road y su afecto por el club no tiene discusión.
Luego de este desastre, el conjunto rojo decidió modificar su escudo y le agregó dos antorchas en honor a los 96 caídos. Además, a las afueras de Anfield hay una lápida que recuerda los nombres de todas las personas que murieron ese fatídico día. El tiempo ha pasado, pero en la memoria de todos los hinchas esta tragedia sigue muy vigente porque cambió totalmente un fútbol que estaba en coma y despertó. La modificación costó la vida de 96 personas, lamentablemente, aunque al menos sus muertes no fueron en vano como tantas otras veces..
- AUTOR
- Facundo Mirata
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