Historias
Hombres De Vidrio
Bucear en información de internet que implique al Stourbridge Football Club representa a una actividad inevitablemente bilingüe y que prolijamente entremezclara el contenido futbolístico de nuestra lectura con matices de la vida del pueblo que le da nombre a la escuadra protagonista de este post. Una de las postales que nos regala esta dinámica es la del estadio War Memorial Ground, casa del Stourbridge, reluciendo su existencia entre una marea de oscuridad pueblerina, viéndose en lo profundo de una fría noche británica como una isla iluminada por luces artificiales que acentúan la percepción del prolijo pasto sintético donde se desarrolla la acción. La silenciosa vida nocturna del pueblo bordea al estadio. Pequeños complejos de casas, desoladas carreteras y lúgubres espacios verdes son testigos silenciosos de lo que sucede en el partido.
El puente que la redonda ha tendido entre este conjunto y el resto de la jungla es su meteórica participación en la F.A. Cup. Como participante de la Northern Premier League Premier Division, la séptima categoría del fútbol inglés -que se divide según regiones- el Stourbridge accedió a dicha competición en la Primera Ronda Clasificatoria, como un ente anónimo entre los otros 231 equipos que participaban en dicha fase. Corría la mitad del mes de agosto del 2016 y la expectativa de vida en la copa para los equipos del calibre del Stourbridge era sumamente fugaz. Sin embargo, el esfuerzo y la victoria los aproximó, partido tras partido, a superar rivales y comenzar a vislumbrar el arribo a las rondas más importantes del certamen: aquellas en donde los equipos de primera y segunda división ingresan al mismo. Fueron siete las fases que dejó atrás este equipo para hoy regodearse con los más grandes de su tierra. Actualmente se encuentra en la Tercera Ronda, con aún cinco etapas separándolo de la gran final. En casi 150 años de historia, es la primera vez en ella que el Stourbridge arriba a esta fase de la competencia. El próximo sábado, con todos los pronósticos en su contra, buscará hacer (aún más) historia.
Nosotros y Aquellos
La Football Association Challenge Cup, o simplemente F.A. Cup, fue definida de forma precisa por el periodista Pablo Cheb Terrab como “el torneo más democrático del planeta”. Una cifra superior a 730 equipos interviene en el desarrollo de la misma, la cual se desenvuelve en poco menos de un año. Su génesis se construye en base a un centenar de equipos del under, que se enfrentan en una fase preliminar organizada en base a ubicación geográfica de los teams involucrados. Ronda tras ronda, escuadras de divisiones superiores ingresan en competición. A quién enfrentar y cuál de los dos hará de local es algo decidido por sorteo, y en caso de no sacarse ventajas, se vuelven a ver los rostros en un segundo partido que tendrá como local a quien fue visitante en el cotejo culminado en empate.
Tamaño plató es terreno fértil para historias de perfectos desconocidos que buscan ser la revelación y, ¿por qué no?, aspirar a siquiera rozar el preciado trofeo. Es un sendero que se inicia en ignotas canchas con capacidad para seiscientas personas y que más bien parecen el patio trasero de una cantina del film Trainspotting o un caricaturesco fondo de un sketch de los Monty Python. Pero también es un trayecto que tiene la cuna de su gloria en el intimidante Wembley Stadium, escenario de la final de la copa.
Cuando quise saber más sobre el Stourbridge FC, y en especial de la historia que acarreaba a sus espaldas, la primera respuesta que obtuve fue la de Margot James, quien es miembro del parlamento del Reino Unido por Stourbridge y fiel seguidora del equipo de su pueblo natal. La conexión entre su lar en una oficina yacente en el invierno británico y el mío en una habitación esquiva al acérrimo verano del Conurbano fue Twitter, red social que ofició de paso previo a una extensa charla telefónica. Desde el otro lado de la línea, una mujer con un sutil acento británico comenzó a relatar la historia del momento.
“Stourbridge solía ser un pueblo mercantil, y desde hace décadas comenzó a formar parte de la zona metropolitana de Dudley, cercano a Birmingham. Son 16 kilómetros lo que nos separan, para ser más exacta. Estamos bordeados por unos hermosos campos, y es un lugar sumamente tranquilo para vivir”. No es en vano la mención de James a la gestación del pueblo como un área vinculada al mercado. La suerte de diversos pueblos a lo largo del Reino Unido ha estado directamente ligada al comercio y a la industria. Son estos factores los que le dieron gen a la vida laboral y social de este tipo de sitios. Este hecho no esquiva al fútbol: “Stourbridge se encuentra bordeando el área que en Inglaterra llamamos ‘Black Country’, la cual obtuvo dicho nombre al desarrollarse en la misma una amplia industria de fabricación de vidrio, que influyó directamente en el desarrollo de este sitio. Siglos atrás Stourbridge fue catalogada como capital de la industria del vidrio. Es por eso que los jugadores de nuestro equipo de fútbol, el Stourbridge FC, son apodados ‘Los Hombres de Vidrio’” desliza James del otro lado del teléfono, explicando por qué en los canticos de los seguidores del equipo, en la propia revista partidaria del conjunto y en las consignas que acompañan sus vivencias, aparece la palabra “Glassboys”.
Como equipo transeúnte de la Tercera Ronda de la F.A. Cup, podemos ver de alguna forma a los integrantes del Stourbridge FC como hombres de vidrio. Sólidos y al mismo tiempo frágiles: héroes inéditos, gigantes frente al pueblo que los vio formarse, pero, al mismo tiempo, un ente minúsculo en un desfile de titanes. Es cierto que el sorteo no le deparó un depredador a enfrentar (su rival será el Wycombe Football Club, de la Football League Two, tercera división) pero a fuerza de triunfos, su batacazo inédito lo lleva a compartir fase con el Arsenal, el Chelsea, el Manchester United y el City. Reaparece la voz de Margot James para descifrarnos el sentir del pueblo frente a su pequeño gigante: “Estamos muy felices con lo que está sucediendo. Es el suceso más importante en la historia del equipo y la gente reconoce esto como un hito. Lo sigo desde hace tiempo y jamás había llegado a esta fase, en donde los clubes más grandes de Inglaterra entran en la competición. Stourbridge FC juega en la división más baja de nuestro fútbol, por debajo de muchísimos cuadros”.
Los días más felices de nuestras vidas
Claro que para mi itinerario de construcción del trayecto del Stourbridge en la competición iba a precisar la palabra de un asiduo seguidor del equipo. Alguien que lleve un buen puñado de años yendo a la cancha, que pueda decir el equipo titular de memoria y que no puede terminar su espumosa New Castle si no es con los muchachos del team despuntando el vicio frente a sus ojos. Buscando por los pasillos de las redes sociales me topé con Jim McComish. Su foto de perfil en Twitter es el escudo del conjunto. Stourbridge es su identidad: «Soy hincha del Stourbridge FC desde que llegué aquí, en octubre de 1989. Como muchos hinchas ingleses, soy seguidor de un equipo más grande, en mi caso Manchester United, así como también del equipo del pueblo«. ¿Nuestro nuevo amigo McComish recordará el primer partido del equipo que presenció? Por supuesto: «Era un partido por la FA Cup contra el Aston Villa. Los equipos más grandes suelen poner juveniles en estas ocasiones, pero aquella vez para ellos jugó Dwight Yorke, que después ganó la Champions League con Manchester United. Esto fue en el 91′ o 92′, si mal no recuerdo«.
Le pregunto a McComish si puede contarme cómo fue el génesis de la participación del Stourbridge en la F.A. Cup 2016/2017, teniendo en cuenta que debido a su baja categoría debería iniciar la competencia en la etapa clasificatoria. De superarla, accedería a la Primera Ronda. En efecto, entre septiembre y octubre de 2016, «Los Hombres de Vidrio» vencieron 3-1 al Peterborough Sports (novena división), 2-1 al Mickleover (séptima), 2-1 al Illkeston (séptima) y 3-1 al Nantwich Town (séptima). «El progreso del equipo se notaba partido tras partido. Más si tenés en cuenta que en todos estos encuentros salimos sorteados para jugar de visitante«, comenta con orgullo McComish.
Tras superar las cuatro fases de la etapa clasificatoria, la Primera Ronda de la F.A. Cup puso frente del Stourbridge FC al Whitehawk, escuadra originaria de Brighton y perteneciente a la octava división del fútbol inglés. La misma curiosamente cuenta en su plantilla con dos argentinos: Javier Favarel, ex Estudiantes de La Plata, y Sergio Torres, ex Banfield quien desde hace más de una década juega en el under de UK. El partido finalizó en empate, viéndose obligados ambos equipos a jugar un replay por un ganador.
Curiosamente existió una situación sumamente polémica que implicó directamente a Favarel, cuando con tiempo cumplido éste interceptó un rebote en el área rival y clavó el tanto que le daba la victoria al Whitehawk. Sin embargo, cuando aún la pelota estaba esperando el impacto del botín del argentino, el referí dio el pitido final. Cuando la redonda estaba en viaje rumbo a la red, el partido estaba terminado. Claro que tamaño accionar desenvolvió aireadas protestas por parte de los jugadores afectados por la medida, mientras los muchachos del Stourbridge FC suspiraban aliviados. ¿Cómo terminó todo esto? Expulsión del arquero del Whitehawk, líder improvisado de la ola de protestas contra el árbitro, y un nuevo partido a disputar que finalizó 3 a 0 a favor de los “Hombres de Vidrio”.
En las llaves donde esperaba su suerte el Stourbridge, convivían diferentes equipos que resultan viejos conocidos para los seguidores del fútbol inglés. Bolton, Charlton, Blackpool y el malogrado Wimbledon eran algunos de los representantes de Football League One y Football League Two, tercer y cuarta categoría, la cual ingresa en el torneo durante la ronda primeriza del mismo. Desde ya que estos clubes que supieron pertenecer en tiempos mejores a la máxima categoría se entremezclan con equipos que podríamos catalogarlos de semi-profesionales. El Stourbridge FC no es la excepción, ya que su plantel no está compuesto en su totalidad por futbolistas a tiempo completo. ¿Es posible ver el sábado al equipo en la cancha y el lunes ir a almorzar a alguna cantina del pueblo y encontrarse con uno de los defensores cocinando los platillos? Margot James reaparece en este punto para confirmarnos esta versión: “Los muchachos del equipo no son futbolistas full-time. Muchos de ellos combinan sus horas de entrenamiento con empleos que desarrollan en negocios y emprendimientos del pueblo.”.
McComish nos lleva aún más allá: «Este es un club familiar. Recibimos a todo visitante que venga de manera muy amistosa. Además, después del partido, se promueve a que los jugadores pasen por la sede del club para charlar y tomar unos tragos con los aficionados. Esto fortalece mucho el vínculo entre jugadores e hinchada».
La mística se agranda un poquito más. Amén de que su historia supere en tiempo al centenario, la proyección del Stourbridge FC previo a los sucesos en la F.A. Cup 2016/2017 era sumamente limitada. Con reflejos de lo que nosotros podríamos llamar “club de barrio”, pero con un empuje administrativo que revitaliza los engranajes necesarios para sustentar la participación del equipo en el ascenso británico, el Stourbridge podía verse más como un viejo guardián de su pueblo, un punto de encuentro de la comunidad, un pasatiempo de un puñado de trabajadores de distintas ramas, vecinos de aquel lugar, que el fin de semana despuntaban el vicio pateando la pelota. El hecho de que en el sorteo de la tercera ronda su bolilla haya siquiera rozado a la de un gigante de la Premier League es un hito en la historia del equipo y, cómo no, del pueblo que lo acobija.
El martes 13 de diciembre del 2016 podía ser un día para la eternidad de aquella isla de pasto sintético nadando en la noche pueblerina en algún sitio de Inglaterra. El rival era el Northampton FC, que meses atrás había ascendido a la Football League One. ¿Su antecedente más próximo en la F.A. Cup? Haber despachado con un contundente 6 a 0 al Harrow Borough, de la séptima división. Los pronósticos, en efecto, se inclinaban de su lado.
La localía, sorteada, corría por cuenta del Stourbridge. Menudo plató para aquella noche. El aire en el pueblo se sentía electrizante. Casi no quedaba nadie en las calles, y ni un negocio mantenía su letrero de “Open” iluminado. Dos o tres bares aún abrían sus puertas para compartir la transmisión y apaciguar la tensión con cerveza. Los escasos transeúntes caminaban en silencio con cánticos de los “Hombres de Vidrio”, musicalizando la velada en un himno empacado en nerviosismo y esperanza. El promedio de público en un partido del Stourbridge FC es de 500 personas. A esa cantidad de fieles se acoplaron nada más y nada menos que 2000 extraños, curiosos y allegados, buscando ser testigos de la última gran historia del 2016. Jóvenes, adultos y ancianos se entremezclan en las gradas. Recuerda McComish: «Todo el mundo quería una entrada para ese partido. Era increíble. El estadio tuvo que limitarse a casi 2600 personas aquella noche, pero tranquilamente pudimos haber sido muchísimos más. Pensá que en la última temporada, el promedio de público era de 620 personas«.
La helada nocturna se hacía sentir, pero el fervor de tamaña cita era inmune a todo clima. Unos niños de no más de diez años muestran una pequeña réplica en papel del trofeo de la F.A. Cup. Empieza el partido.
El sabor del triunfo
Vasos de cerveza con marcas de dedos furiosos yacen en las inmediaciones del estadio. La mañana transcurre con un sospechoso silencio. Algunos despiertan y tardan en interpretar que lo de anoche no fue un sueño, sino que pasó realmente. Otros caminan con una mirada iluminada, pero con sus voces apagadas. La celebración de madrugada los dejó notoriamente afónicos. Muecas de alegría son su representación del suceso que presenciaron horas atrás.
El Stourbridge FC venció por 1-0 al Northampton. El tanto cayó a solo cinco minutos del final. El pueblo se tornó un auge. El cielo, por aquella noche, puso sede directa en aquel rincón de Inglaterra. En el plano futbolístico, el equipo planteó un partido de igual a igual. Aún con el Northampton dominando la pelota por tramos, sostuvo una claridad ofensiva que, si bien dio una respuesta tardía, fue la pieza clave para la inédita victoria. El final del match se veía en el horizonte cuando Jack Duggan domó con su pierna derecha un mal despeje del arquero rival tras un tiro libre del Stourbridge. La pelota penetró el arco, besó la red y selló la victoria. El grito colectivo ensordeció al pueblo y el éxtasis del triunfo orquestó los festejos de los “Hombres de Vidrio”. Le digo adiós de forma virtual a McComish mientras rememora aquella noche de gloria. Se lo ha ganado.
La celebración, sin embargo, no se extendió demasiado para nuestro chico Duggan. “No me puedo quedar mucho tiempo, tengo que estar arriba a las 9” le dijo a un medio local. ¿El motivo? “Tengo una lectura pendiente para la universidad. Además estoy trabajando todo el tiempo en mi tesis. Quiero ser profesor de escuela primaria”. No todos los héroes usan capa, suelen decir por ahí.
Me despido, por último, de Margot James, que me devuelve una última mención endulzada por su acento británico: “Es increíble que gente de diferentes partes del mundo se interesen por Stourbridge, nuestro fútbol y nuestro pueblo. No podemos estar más felices…”
Hay algo que experimento después de leer historias de este tipo. Puede sonar un poco naif, lo sé. Pero pareciera que el mundo es un mejor lugar. Como si los sueños fueran cosas que se pueden tomar en serio.
- AUTOR
- Esteban Chiacchio
Comentarios