Argentina
Ignacio Bogino: tirando paredes entre el fútbol y el arte
CR: ¿Cómo te trató la pandemia y el aislamiento, no sólo en lo futbolístico, sino en lo personal?
- Hay que recapitular mucho para atrás, pasó tanto que parece que no pasó nada. A mí, personalmente me significó volver a mi ciudad y quedarme acá. Como el corte fue importante, fue quedarme en Rosario, que ya lo venía trabajando para estar cerca de mi hija que vive acá. Hace dos o tres años que venía con eso dando vueltas, la pandemia precipitó todo y nos dejó un poco de cara a la fragilidad de la vida. Entramos todos en pánico, en una sensación que nos hizo repensar muchas cosas. Como golpe de efecto, lo primero que te puedo marcar es eso. Después, una intervención en la escritura muy importante en mi cotidianidad como sostén y como proyecto también. Fue eso, venir a Rosario con dos remeras para pasar un fin de semana y quedarme definitivamente. Ir a buscar las cosas a los seis meses. Creo que por las condiciones que se dieron, la pude pilotear bastante bien.
CR: ¿Y cómo fue salir de todo eso y volver a la pelota?
- Primero, tuvimos que seguir con el entrenamiento. Yo tenía contrato vigente, no se sabía qué iba a pasar, teníamos que seguir cobrando y de una manera era otra forma de trabajar, el entrenamiento en casa, en espacio reducido. Luego pasaron estas decisiones que había tomado y seguí manteniendo ese nivel de entrenamiento, pero inconsciente y también conscientemente estaba la decisión de dejar el fútbol y de volcarme de lleno a otras cosas, con mucha lástima. Tuve que elegir y no era una cuestión externa, sino interna, y eso es más doloroso cuando uno decide, pero a la vez es mucho más real. Ahora me encuentro en Central Córdoba de Rosario, Primera C, y siento que no pasó nada porque me siento muy bien. Después de no tocar la pelota hace diez meses o un año, me encuentro bien y estoy contento porque me da una estabilidad para poder seguir jugando que en definitiva es lo importante.
CR: ¿Cómo te encontraste a vos mismo con el retiro del fútbol? ¿Cómo te lo dijiste a vos mismo?
- Yo al retiro lo concreté, aunque no pasó efectivamente, porque tampoco creo en las cosas definitivas. Nunca voy a dejar de ser jugador de fútbol por más que reniegue, pero sí había dejado de practicar ese ejercicio, había dicho que me había retirado y lo asimilé como tal. Fue un duelo progresivo, yo ya lo venía trabajando hace un tiempo, pero cuando se dijo que el torneo iba a empezar en diciembre, ahí lo decidí. Fue algo muy interno que venía haciendo, eran como micro-duelos; yo venía trabajando el tema y a pesar de que se precipitó, empecé a hacer el ejercicio de que esto tenía un fin y, paralelamente, fui trabajando para que el impacto de una vida construida de esa manera, no fuese tan abrupto. Entonces, no deja de ser ese salto siempre doloroso y triste, pero con la conciencia de que había una perspectiva nueva que me podía transformar. Era la tristeza de dejar algo que me hacía feliz y la felicidad de la posibilidad infinita de cosas nuevas. Ahora por suerte, para equilibrarme, pude encontrar este término medio que me hace muy bien.
CR: ¿Tuvo que ver el Trinche Carlovich en tu llegada a Central Córdoba?
- Yo creo que sí. El club tiene una mística bastante particular en la ciudad de Rosario y genera ese cariño, porque lo quieren los hinchas de Central y de Newells’. Es el que unifica esa guerra acá, tan temible. A la vez voy a empezar un programa de radio con Kurt Lutman y también siento que son temas solidarios. Está bueno seguir haciendo cosas de este lado del alambrado, adentro de la cancha. Y para mi es buenísimo que eso suceda, porque son cosas que se hermanan.
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CR: ¿Qué me podés contar de tu libro “Jugador de Fútbol”?
- Lo más importante de haberlo publicado fue poder inscribir mi nombre en otro lugar. Todo ese trabajo que yo venía haciendo por detrás, llegar a poner ese sentido de identidad en un texto, fue como abrirme camino en otro lugar, simbólicamente. Es la marca de un trabajo invisible que yo venía haciendo hace mucho tiempo que me posiciona en otro lugar
CR: Te gusta Eduardo Galeano ¿Cómo llegas a sus libros y a la literatura en sí?
- Galeano para mí fue un autor de inicio, el primer compromiso, la primera relación amorosa que tuve con un libro fue con él. Ahora ya estoy leyendo otras cosas, pero sí fue muy importante haberme conectado con ese tipo de sensibilidad. Lo tengo como un recuerdo muy querido y muy preciado al libro que se llama “La canción de nosotros”, fue el inicio de todo esto que contaba.
CR: El jugador de fútbol ¿Es medio reacio a leer o es más habitual de lo que se cree?
- El jugador es reacio a leer, pero en el mismo porcentaje que es reacia a leer el común de la sociedad. No creo que los jugadores lean menos que los empleados de comercio o que los empresarios, por mencionar algunos. Se lee poco en general o se lee mucho, pero mal. En verdad estamos leyendo todo el tiempo cosas que tienen que ver con lo inmediato y que no tienen contenidos, leemos muchos títulos. En general, es una sociedad en la que lee poco y un lugar de privilegio, como jugar a la pelota, hace que eso sea un poco más difícil de concretar.
“Nunca estuve cómodo, de estarlo, me hubiese quedado siendo solo jugador de fútbol”
CR: ¿El leer abre la cabeza para jugar al fútbol?
- Totalmente, es generar nuevos puntos de vista, sobre todo. A la vez, se transforma en herramienta y hay que sostenerla. No es un recorrido fácil, porque requiere un trabajo, pero siento que la literatura es uno de los pocos lugares donde se tocan los temas que competen con la existencia, la humanidad. En muy pocos lugares se habla sobre la experiencia y lo que se siente, y de alguna manera se desarrolla eso y la sensibilidad también. Hay otras formas de hacerlo, esa es la que me tocó a mi o la que encontré y en la que estoy yo, pero es muy importante que eso funcione a mi parecer.
CR: ¿Cómo te llevas con la pintura y con el arte ahora?
- Yo tengo desde muy chico una necesidad de expresarme que siempre la canalizaba con el dibujo. Creo que la tenemos todos esa necesidad de expresarnos, por eso generamos la cultura y le buscamos la vuelta y el sentido a la vida, pero la mayoría de las veces somos sancionados. En la escuela no está fomentado, la sensibilidad no es parte de la masculinidad y no es fácil llegar a esos lugares. Mi pulsión más rápida fue por el dibujo, que insisto: de chicos lo tenemos todos, pero después nos dicen “Esto es lindo o esto es feo” y dejamos de dibujar. Yo tuve la suerte de hacer cosas lindas de chico, según lo que pensaban todos, y eso lo fomentó. Ahora hago múltiples disciplinas que en verdad son la misma pulsión, pero se trabajan de otra manera, que hacen del mundo un poquito más amplio. Es algo que, por lo menos en mi persona, es necesario para vivir bien.
CR: Al jugador de fútbol en general, ¿le cuesta involucrarse en cuestiones sociales?
- Se relaciona mucho con lo mismo. El compromiso de leer tiene que ver con comprometerte con el otro también. Más allá de que es un acto de soledad, porque se necesita de ella, también la comunicación de esa lectura tiene que ver con el otro. Y que ese libro se resignifique, el compromiso para con el otro es muy poco en todos los rubros, laborales y sociales. Cada vez más iniciativa de resguardarte, progresar de manera individual y que los demás se jodan, y debería funcionar de manera totalmente contraria. Lo que sí, una salvedad, no es el mismo impacto que un jugador de fútbol tenga conciencia a que la tenga una persona que tiene repercusión mediática, al tener una posibilidad de privilegio desde lo económico, porque este es el único privilegio. Lo demás tiene sus contras para sostener la carrera de jugador, es complejo. Ese privilegio trae una gran responsabilidad, es pensar en el otro y que cada cosa que dice un jugador, más conocido y más importante en ese sentido, va a repercutir en los chicos y las chicas que consumen fútbol y referencian a esos jugadores y jugadoras como modelos a seguir. Sería importante que los jugadores tengan en claro eso y que tengan, siento yo, esa responsabilidad de que los sueldos altos se deben también a los privilegios a costas de gente que paga por eso.
CR: ¿Con la pandemia y todo lo que ocurrió, confías en una equidad de sueldos entre el jugador de fútbol y el profesional?
- Hay gente que con su computadora gana millones sin moverse, mientras un nene en el norte corta hierba por diez centavos la hora. Entiendo que no se modificó nada de eso después de la pandemia. Parecía que había una luz de esperanza, y la verdad que todos pedíamos volver a esta normalidad que es egoísta en algún punto y sigue siendo un «sálvese quien pueda». Amagó un poco pero, al fin y al cabo, la pandemia nos terminó exponiendo un poco más en lo negativo, no hubo un quiebre profundo, que debería ser mucho más doloroso, y no llegamos a ese punto. Va a venir la vacuna y ahora, ya mismo, no se modificó nada en esa escala de sueldos. Siguen las mismas luchas y conflictos de desigualdad de siempre.
CR: ¿Qué sentís cuando te enteras de casos como el de Santiago Silva y después hay jugadores con denuncias de abuso que aún están jugando?
- En el tema Silva no estoy muy interiorizado, pero creo que hay siempre un tema de caretaje con el dopaje. Hay un montón de cuestiones relacionadas a marcar algunas cosas que tienen que ver con la vigilancia y que no son para sacar ventaja en sí. Entiendo también que los jugadores somos referencia, es importante también hablar de esos temas y el deporte tiene que ser un lugar sano. Pero muchas veces es contradictorio eso también. Es un tema mucho más amplio el dopaje. El tema de la violencia de género y los casos que se nombraron importa poco. No importa porque esos jugadores te hacen ganar y ya está. Y eso es lo que hay que atacar un poco. Pensar las formas de relacionarnos con el sexo opuesto, lo que implica tener poder, hay muchos puntos para tocar en la formación de los jugadores que estaría buenísimo, pero mientras lo más importante sea ganar y pisarle la cabeza al otro, esas cosas se van a tratar de tapar porque hay mucha influencia y hay mucho dinero. Y si ese jugador me hace ganar, va a ser más importante que otro que pregone algo positivo y que erre dos pases. Depende de lo que uno piense sobre el deporte y qué rol cumple en la sociedad. Está ganando la cultura del aguante y eso sostiene este tipo de cosas. Si les hace ganar partidos, que le pegue un cachetazo a la mujer.
«Está ganando la cultura del aguante y eso sostiene este tipo de cosas. Si les hace ganar partidos, que le pegue un cachetazo a la mujer»
CR: Vos decís que son referentes los jugadores para los chicos o las chicas, pero ¿son modelos también o eso es otra cosa?
- Y es que somos modelos de referencia, no se cuál es el término adecuado para decirlo, pero somos personas donde uno se visualiza. Te presentan también un estereotipo del jugador de fútbol que responde a una o dos cuestiones y que conviene que sea así para desearlo más propenso y más torpe. Y cuando llegas a Primera División te enterás que ser un jugador de fútbol no es eso que querías ser, hay que sostener un montón de cosas y no está tan bueno como te dijeron que era. Termina en lugares complejos. En una síntesis, el modelo de referencia es medio perverso porque es un estereotipo que generan los medios hegemónicos de lo que significa un jugador y lo que representa, lo que vive y que tiene a las mejores mujeres, a los mejores autos, como si esa fuese la cuestión para que uno pueda realizarse como persona. Pero esos términos también están en todos los aspectos de la sociedad, solo que se caricaturiza un poco más con futbolista.
CR: ¿Qué opinas acerca de la Interrupción Legal del Embarazo?
- Yo estoy a favor de las libertades, de que la mujer decida sobre su cuerpo. La discusión es si decide sobre una vida o no y yo no creo que un ovulo que se junta con un espermatozoide se pueda llamar un sujeto. Pero eso es una cuestión de opiniones y las respeto totalmente, quien lo quiera hacer que lo haga y la que no lo quiera hacer que no lo haga. Como un deseo personal, que haya libertad para las mujeres que no tienen condiciones para llevar a cabo un aborto porque no tienen el dinero y porque era ilegal, y ahora sea gratuito para todas las que decidan no ser madres.
CR: ¿Qué sentís que te dio el fútbol que no podrías haber adquirido en otro ámbito laboral?
- Disciplina, una estructura que tiene que ver con el método, llegar a funcionar con el entrenamiento. Método es llevar a cabo un ejercicio que te lo puede dar tocar un instrumento y otras cosas, pero me lo dio principalmente el fútbol. Me dio la posibilidad de trabajar con mi cuerpo, de tener una vida sana. Ese cuerpo se liberaba de un montón de cosas cuando hacía ejercicios. Una tranquilidad económica durante mucho tiempo para poder desarrollar las cosas que me movilizan sin tener que andar corriendo. Es muy difícil desarrollar algo trabajando de la manera que se lo hace normalmente en ese sistema. Eso me dio lugar para explorarme a mí y eso no significa que sea fácil hacerlo ni que todos lo hagan, pero yo lo tomo como un beneficio y un agradecimiento, el tener ese privilegio y además el tiempo de poder leer un libro. Sin tener que salir corriendo a tomar un tren.
CR: ¿Y vos que le diste al fútbol?
- Nada, jaja. Eso por ahí lo tendrían que decir los demás si se generó algún aporte, yo siempre me sentí un trabajador, porque me parece que era la mejor manera de que me respeten. Muchas veces se dice que no es un trabajo, se ningunea y nunca se valora el esfuerzo, lo que significa. Entonces siempre me sentí como un trabajador, el fútbol para mí es un medio para poder realizar otras cosas y a la vez poder seguir siendo niño cuando jugaba a la pelota. En el momento que yo juego verdaderamente a la pelota, se suspende el tiempo y esos son momentos, búsquedas mías. Me dio la posibilidad de seguir jugando y trabajar. Por eso, yo digo que siempre soy jugador de fútbol y no jugador profesional, ese profesionalismo te saca lo lúdico. Muchas veces fui jugador profesional, pero mi batalla fue jugar a la pelota todo el tiempo.
“Fui profesional, pero mi batalla era jugar a la pelota todo el tiempo”
CR: ¿Quién es Ignacio Bogino?
- Tampoco sé muy bien. A uno siempre lo definen los demás, no me siento mucho nada. No me siento mucho jugador de fútbol y a la vez lo soy, no me siento mucho escritor y a la vez escribo, no me siento mucho dibujando y a la vez dibujo y me gusta no definirme ni encasillarme para hacer muchas cosas. Verdaderamente, los demás pueden erróneamente o eficazmente definirme, pero yo no puedo hacer ese trabajo porque no lo puedo hacer ni para mí, porque no sé muy bien quién soy yo.
CR: ¿Pero estás cómodo con lo que sos hoy?
- Más o menos, nunca estoy muy cómodo. Porque si lo hubiese estado, me hubiese quedado con ser jugador de fútbol, que es el lugar más cómodo de todos. Sin embargo, tomo una postura y estoy en movimiento, me encuentro con cosas nuevas y no me gusta definirme. Nunca estoy muy cómodo, siempre estoy haciendo una cosa y tratando de buscar otra, y mi idea es seguir con este movimiento, porque la comodidad te achata un poco.
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- AUTOR
- Sebastián Mancuso
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