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Irán, entre la revolución y el sueño mundialista
Corren tiempos complicados en Irán. Una nación muy particular, difícil de analizar desde la visión occidental. Cuando las cuestiones sociales internas repercuten a nivel mundial en culturas como estas, no tardan en caer “nuestras” opiniones, “de este lado del mundo”, como si realmente hubiera algo que nos pone por encima del nivel ético, de cómo una sociedad debe vivir, qué principios debe adoptar y cómo debe llevar a cabo los procesos revolucionarios. En esta nota será imposible tomar partido por un bando, si es que es correcto analizar lo que está sucediendo basándonos en la “Teoría de los dos demonios”. Tampoco sería menester denostar al otro y enhebrar teorías varias, solo porque produce rabia lo que se publica en las redes. Los hechos sucedieron y el fútbol nuevamente se vio sacudido. Hay cuestiones políticas y sociales en el medio y la pelota, como siempre, acapara muchas miradas.
El pasado 13 de septiembre en la ciudad kurda de Saghez, al noroeste de Irán, Mahsa Amini, de 22 años de edad, falleció luego de haber entablado una fuerte discusión con oficiales locales conocidos como Patrullas de la Moral, encargados de velar por el cumplimiento de las leyes islámicas en la cotidianeidad. Lo cierto es que este caso trajo consigo muchísima polémica, porque nunca se aclaró la causa real de la muerte de Amini (si es que murió por una golpiza o bien por causas naturales luego de estar detenida durante tres días totalmente incomunicada), aunque la única certeza es que el desencadenamiento de la “discusión” con las Patrullas fue por tener el velo o hiyab mal colocado, ya que no cubría el cabello en su totalidad y esto atenta contra las normas de pudor.
El caso tomó relevancia a medida que se fueron conociendo los hechos, uno de ellos protagonizado por varias mujeres que asistieron al entierro de Mahsa comenzaron a “protestar” quitándose el velo y agitándolo en el aire, que significa nada menos que un acto de rebelión contra el establishment islámico, las autoridades y en menor medida, la vestimenta. Es decir, tanto este acto como los que se sucedieron los días y semanas siguientes en casi todo el país, no eran meras quejas por el uso del velo o no como si aquello significara la verdadera rebelión por la libertad, sino más bien contra el régimen del líder del partido “Sociedad del Clero Combatiente”, Ali Jamenei. A las manifestaciones en pos de la libertad y la igualdad de derechos, se sumó el descontento por la economía local, denostada por los constantes bloqueos comerciales. Irán siempre se caracterizó por contar con recursos naturales muy ricos y deseados por cualquier otro país, y ya se conoce de qué manera las potencias mundiales se adueñaron de estos recursos, aunque la consigna está bien clara y destaca por sobre cualquier otro descontento, hoy en día se lucha por la “mujer, vida y libertad”. Todo esto se enraíza y termina llegando a la selección masculina de fútbol de Irán, que lejos de quedar exento de todo conflicto, lo tomó como una lucha propia.
Así como esta muerte tomó relevancia en todo el arco social iraní -y obviamente no tardó en llegar a este lado-, también fue tema de agenda en el fútbol. El Mundial que está a días de comenzar en Qatar fue la excusa perfecta para que varios jugadores iraníes aprovecharan el contexto y dieran su punto de vista. Cabe destacar que Qatar, dicho sea de paso, fue puesto en tela de juicio desde el primer momento de su designación como sede justamente por ser una nación con tradiciones, costumbres y leyes muy distintas al occidente. Uno de los jugadores más reconocidos y que repetidamente tomó partido a favor de las protestas fue Sardar Azmoun. El delantero que actualmente juega en el Bayer Leverkusen de Alemania, posteó en Instagram el pasado 11 de octubre una foto sugerente de una joven sin velo protestando en las calles con varias consignas detrás, y escribió lo siguiente: “Felicidades en su día a las niñas de mi patria, las valientes mujeres. Espero que un día todo el mundo las respeten”. Y hace unos días, arremetió nuevamente con otro posteo fuerte de un dibujo que muestra a una niña llorando tristemente con un mensaje un tanto metafórico pero conciso: “Y la chica se convirtió en el hijo de Irán”, junto con un emoticón de un corazón partido, marcando el sufrimiento constante de las mujeres y niñas en el suelo iraní.
El partido disputado entre Irán y Senegal que terminó anecdóticamente 1-1, tuvo varios condimentos para analizar en relación a este tema. Por empezar, el gol lo convirtió Azmoun y no lo festejó, claramente en repudio. Pero lo más destacado es que los jugadores decidieron salir al campo con camperas del seleccionado sin mostrar el escudo de Irán. Otro que se mostró enojado con la situación de su país fue Saman Ghoddos, futbolista del Brentford inglés, que en sus redes publicó un mensaje corto y tajante: “Descansen en paz todos los que perdieron la vida luchando por la libertad” acompañado del hashtag #MahsaAmini. Azmoun explicó luego de aquel partido que la mayoría de los jugadores recibieron presiones de las autoridades para borrar publicaciones en contra del régimen y que hasta llegaron a amenazarlos con dejarlos sin chances de jugar el Mundial. Sin embargo, Sardar fue contundente al decir que “no puede quedarse callado”. Luego de todos estos sucesos, apareció la figura del presidente de la Corte Suprema iraní, Gholam-Hossein Mohseni-Eje´i, que prácticamente esbozó que todos aquellos que se habían hecho famosos por las protestas se terminaron por “unir al enemigo”. No obstante, no es unánime el reclamo ni mucho menos la protesta generalizada, de hecho dentro de la selección iraní hay quienes prefieren mantenerse al margen de todo esto para evitar sanciones, mientras que otros directamente se declaran a viva voz a favor del régimen de Jamenei, como el caso de Mehdi Torabi y Vahid Amiri, ambos jugadores del Persépolis F.C., quienes en el último amistoso frente a Nicaragua fueron los únicos que entonaron el himno de la selección persa, mientras que el resto permaneció callado sin hacer nada durante todo el momento. De Torabi hasta se llegó a decir que tenía preparada una remera debajo de su camiseta del Persépolis apoyando al “Líder Supremo” en caso de convertir un gol.
En el amistoso entre Irán y Nicaragua, los jugadores de la selección persa no cantaron el himno como apoyo a las protestas en el país. Dos excepciones: Mehdi Torabi y Vahid Amiri, jugadores del Persepolis alineados ideologicamente con el gobierno.pic.twitter.com/ohMgQBrVuH — Nahuel Lanzón (@nahuelzn) November 10, 2022
La Federación de Fútbol de Irán ya avisó que castigará a aquellos jugadores que se manifiesten a favor de las protestas ya sea con gestos o bien con declaraciones públicas. Temen que el Mundial sea el canal más favorable para que Azmoun, Ghoddos y compañía “atenten” contra el régimen, cuando la realidad marca que solo están defendiendo una lucha que sienten como propia a pesar de quizás no estar presentes físicamente en el lugar de los hechos. Por último, queda contar la locura que se mandó Saeed Piramun, jugador de fútbol playa iraní: el otro día hizo un gol en un partido ante Brasil por la Copa Intercontinental y lo festejó haciendo un ademán de que se cortaba el pelo.
A tan solo unos días del inicio del Mundial, lo que no abunda en Irán es la tranquilidad. Se tendrá que ver y analizar cómo llegan los jugadores y si realmente estarán mentalizados en hacer un buen papel (a título personal, creo que tienen chances de pasar de ronda). Como si fuera poco, compartirán el Grupo B con un “enemigo” político como Estados Unidos, además de Gales y la potencia y candidata a quedarse con el primer puesto, Inglaterra. Se espera que haya en el futuro más novedades, a estar atentos a cómo se comportan los players iraníes en Qatar y, lo más importante, a bregar por el cese de la represión.
- AUTOR
- Juan Podestá
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