América
Jugadores Noventosos: Faustino Asprilla
Empezó a patear en la Escuela Sarmiento Lora, uno de los semilleros más importantes de Colombia, y hasta vistió la camiseta de la selección de Tuluá. A pesar de su sueño de vestir los colores de América o Deportivo Cali, su carrera se inició en el humilde Cúcuta allá por 1988. El comienzo de Faustino Asprilla fue explosivo desde un principio, sobre todo por el poder ofensivo a pesar de no ser un delantero central. Se caracterizó por su velocidad y un buen promedio de gol en el «Doblemente Glorioso», donde marcó diecisiete goles en treinta y seis encuentros. Esto llamó la atención del Atlético Nacional, que ni lerdo ni perezoso contrató a una de las sensaciones de un fútbol cafetero que veía nacer a una generación de mucho talento. Su actuación en el Verdolaga, donde obtuvo la Copa Interamericana y el certamen local del ’91, lo llevó a la selección colombiana. La primera gran competición con la que participó en la Tricolor fue el Preolímpico de Asunción en 1992, compartiendo plantel con Miguel Calero, Faryd Mondragón, Jorge Bermúdez, Harold Lozano, Iván René Valenciano y Victor Aristizabal, entre otros, y clasificando a Barcelona ’92. El combinado dirigido por Hernán Darío Gómez dejó afuera a Brasil en la zona de grupos y a Uruguay en la fase final. Nada mal para un país que recuerda aquel grupo que lo colocó en una cita olímpica, algo que volvería a suceder recién para Rio de Janeiro 2016.
Volviendo al plano a nivel club, luego de tres años en gran nivel en el «Verde de la montaña» y un Preolímpico espectacular, Tino armó las valijas para emprender la aventura europea. El Parma quedó maravillado por lo visto en suelo paraguayo y se quedó con una de las joyitas colombianas tras pagar once millones de dólares. En el Gialloblú mostró su mejor versión, sin dudas. Ganó una Copa Italia, una Supercopa de Europa, una Recopa y dos Copa UEFA en dos ciclos. Incluso, fue postulado dos veces por la «France Football» para el Balón de Oro, distinción al mejor futbolista del año. Entre aquellos galardones obtenidos por «los cruzados», la performance de Asprilla fue de las mejores de un «cafetero» en el Viejo Continente. De los tantos goles que anotó con la «azul y amarilla», muchos recuerdan el gol que le marcó al Milán.
En la Selección fue pieza fundamental para la clasificación a E.E.U.U ’94. Colombia terminó las eliminatorias como líder del Grupo «A», obligando a Argentina a disputar el repechaje para decir presente en el Mundial. Justamente, frente al elenco albiceleste, en el mismísimo Monumental, los dirigidos por Francisco Pacho Maturana desplegaron un fútbol de alto vuelo que los colocó como uno de los favoritos a quedarse con el trofeo más importante a nivel selecciones. Aquel 5-0 en el Antonio Vespucio Liberti fue una noche de ensueño para la visita, que tuvo en el tulueño una de las figuras al marcar un doblete. Para desgracia del pueblo colombiano, el país norteamericano fue el escenario de una de las desilusiones más grandes, al no superar siquiera la primera ronda.
Artículos relacionados
Dos años más tarde, tras cuatro temporadas en Parma, «El Fausto» se marchó al Newcastle United, que desembolsó casi siete millones de libras esterlinas para hacerse con su ficha. A lo largo de su estadía en las Urracas, coincidió con personajes como David Batty, Alan Shearer, David Ginola y Les Ferdinand. A diferencia de su época en Parma, en el conjunto británico no conquistó trofeo alguno. Sin embargo, la parcialidad blanquinegra lo recuerda por el triplete que le hizo al Barcelona, el 17 de Septiembre de 1997, por la liguilla de la Champions League. Una lesión en la rodilla no le permitió exhibir su mejor rendimiento y, luego de cinco años, regresó al Parma. Se puede decir que en St. James Park se vio por última vez el gran nivel futbolístico de Asprilla.
Tras su salida del club italiano, el delantero naufragó por el fútbol latinoamericano. Palmeiras, Fluminense, Atlante de México, Universidad de Chile, Estudiantes de La Plata y Cortuluá, donde colgó los botines en el 2004, añoraron con el regreso del gran Tino, algo que no sucedió ni por asomo.
Dentro de las canchas, fue uno de los talentos más grandes que dio el fútbol colombiano; fuera de ellas, de los personajes más atractivos. Por ejemplo, a un entrenamiento en la Universidad de Chile, donde estaba algo relegado por las lesiones, ingresó realizando disparos al cielo. Otra anécdota pintoresca data de un amistoso frente a Chile en los comienzos de la década del ’90. Lo curioso de dicho encuentro fue que a Asprilla se le «salió» el pene por el short, lo cual lo transformó en un símbolo sexual. Es más, una vez alejado de la actividad, rechazó una oferta de €7.700 semanales para actuar en películas porno. Ni contar las multas por alta velocidad o las noches sin fin. O la confesión de que tuvo relaciones sexuales con su novia pocas horas antes del duelo frente a Barcelona (la noche del hat-trick). Para cerrar con las excentricidades del exatacante, en la actualidad es la imagen de una línea de condones, oferta que percibió por parte de la firma farmacéutica CS Pharma.
Lejos de la pelota, pero cerca de los globos, no quedan dudas de que Faustino dejó una gran huella para el fútbol sudamericano.
Relacionado
- AUTOR
- Claudio González
Comentarios