Entrevistas
Jugadores trotamundos: Matías Córdoba..
Su carrera probablemente no fue lo que soñó cuando comenzó a patear una pelota en las inferiores de Argentinos Juniors, pero a pesar de que no vistió la camiseta de ningún equipo grande de Argentina o de Europa, Matías Córdoba no se arrepiente de nada y se largó a charlar con Cultura Redonda de su historia, de sus vivencias en el exterior, de la calidad de los jugadores en el mundo y su actualidad, la cual hoy lo tiene disfrutando del fútbol en el FA Penang de Malasia, un país sin tradición pero con mucha pasión.
«Cuando uno arranca en el fútbol piensa que vas a jugar siempre en Primera y que después te vas a ir a jugar a Italia o a España. Tuve la suerte de crecer en Argentinos y veía a dónde se iban los jugadores que salían de ahí. Después la realidad te va mostrando otras cosas, cuando sos chico te cuesta entender y pensás que todo es injusto. Cuando pasa el tiempo te das cuenta que no es así y que uno cae a los lugares donde el fútbol lo manda., aunque siempre tenés que dejar lo mejor», tiró de movida y sin tapujos.
Los futboleros de Argentina recordarán al oriundo de Lanús de su paso por el Bicho o más que nada por sus dos goles en la Promoción del 2005 frente a Atlético Rafaela, un partido que se abrió y se selló gracias a sus anotaciones. Hoy ese partido es un recuerdo y a pesar de la distancia se lo nota tranquilo y sin problemas para dialogar y hasta reflexivo de su carrera: «Con decisiones que vos tomas, el fútbol mismo te va poniendo en el lugar que vos te mereces y es jodido aceptarlo. No estoy arrepentido, pero con el diario del lunes somos todos buenos. Algunas veces he elegido lugares para ir a jugar porque no tenía opciones mejores. Aprendí que no hay que arrepentirse. Hoy siento que viví cosas que me sirvieron muchísimo para mi vida, cosas que me sirven en la vida real para cuando deje el fútbol. Los jugadores muchas veces vivimos en una burbuja».
«Aprendí que no hay que arrepentirse. Hoy siento que viví cosas que me sirvieron muchísimo para mi vida, cosas que me sirven en la vida real para cuando deje el fútbol. Los jugadores muchas veces vivimos en una burbuja.»
A pesar de estas palabras, hay pequeños detalles que no lo hacen un ciudadano normal y suceden hasta en los países de menor historia futbolística, aunque Matías tiene claro que no es algo habitual. «Acá, por ejemplo, si tengo que hacer un trámite me lo hacen mucho más rápido. Es la vida del futbolista y sé que cuando esto se termine no lo voy a tener más. Y cuando me alejé de la élite me di cuenta que cuesta más tener esas cosas», aseguró y siguiendo por la misma línea luego contó cómo es el público malayo: «Les gusta mucho el fútbol. Miran Italia o España, muchos son hinchas de clubes ingleses. Los hinchas de mi equipo son exigentes, aunque son exigentes por redes sociales y es casi imposible que vayan a una práctica a decirte algo o mismo en la calle, pero en las redes te lo dicen».
Desde sus primeros pasos en el profesionalismo, la trayectoria de Matías hizo que tuviera que empacar las maletas en demasiadas ocasiones, sin embargo todos estos viajes le dejaron saldos positivos en varios sentidos. «Ahora me doy cuenta que cuando jugué en Venezuela o en Estados Unidos me llevé algo. Cuando jugué en Venezuela comencé a ver que se formó una grieta en la gente, algunos estaban en un lugar y otros en otro. Todo esto a nivel político y, unos años después, comenzó a pasar en la Argentina», lanzó y probablemente estos pensamientos también se hayan visto influenciados por su decisión de estudiar periodismo deportivo: «Siempre supe que iba a estudiar esa carrera. Me interesaba mucho el deporte de chico. La edad y haber vivido muchas experiencias me abrieron la cabeza. En el 2013 viví en el mismo año en Australia y después en Bolivia. A mí me gustó mucho vivir en los dos lugares y el preconcepto que tiene uno de esos dos países es totalmente diferente, esas cosas son lindas de vivir».
Su currículum asegura que jugó en Argentina (Argentinos, Tigre, Quilmes, San Martín de Tucumán y Brown de Adrogué), Estados Unidos (Real Salt Lake), Venezuela (Monagas), México (Atlante), Chile (Deportes La Serena y Naval), Australia (Perth Glory FC), Bolivia (Oriente Petrolero), El Salvador (Alianza Fútbol Club) y hoy, como ya dijimos, le da a la redonda en el FA Penang de Malasia, sin embargo este mediocampista tiene en claro dónde se forma mejor a los jugadores: «No hay nada como Argentina. No hay en ningún lado. Más allá de que no estoy de acuerdo con muchas cosas que se implementan, hay mucho ganar o ganar. En todos los lugares donde estuve noté jugadores con condiciones. Siempre ves jugadores con buenas características y pensás que si los hubieran trabajado de más chicos quizás serían mejores».
«En todos los lugares donde estuve noté jugadores con condiciones. Siempre ves jugadores con buenas características y pensás que si los hubieran trabajado de más chicos quizás serían mejores».
En el libro de las anécdotas que recopiló a lo largo de estos años fuera de su tierra natal hay varias narraciones que se destacan por sobre el resto. «En El Salvador tuve una experiencia no muy agradable. Era la cuarta fecha del torneo y no veníamos mal. Ellos usan un altoparlante para alentar o para gritar. El jefe de una de las barras llamó a todos los jugadores antes del partido y nos hicieron una especie de amenaza. Todo por altoparlante, mientras que el referí y los rivales esperaban que nosotros termináramos de hablar para empezar el partido. La barra había dicho que si nosotros no hablábamos, ellos suspendían el partido. Muy raro, aunque hoy lo recuerdo con humor», contó entre risas.
«La barra de Oriente Petrolero y la barra de Alianza de El Salvador imitan a mucho a la barra de Boca. Igual ninguna se compara a la de San Martín de Tucumán que para mí es la mejor barra del país. Me toco jugar ahí y varios partidos tuve la piel de gallina. Ahora está en Federal A y la verdad no se puede creer. Ninguna como esa», sintetizó más adelante sobre los diferentes hinchas con los que ha convivido, aunque otro de los equipos que se ganó un lugar en su corazón fue Argentinos. «Cuando el equipo descendió me sentí mal. Estuve 17 años en el club y les hice saber a los dirigentes que si me necesitaban podía volver, pero el técnico no me quiso. Estaba en todo su derecho pero yo me ofrecí. Sería lindo poder volver», expresó.
«Hoy yo siento el fútbol de la forma que Argentinos Juniors me enseñó. Tuve entrenadores que me metieron en la piel esas cosas, eso sumado a las cosas que viví ahí. Más las veces que lo vi tocar fondo o en las inferiores, que a veces nos faltaba la cancha para entrenar. Injusticias o vivencias que te hace tomarle cariño. Siempre intenté no solo ser recordado por los goles que hice en la Promoción, pero lamentablemente no se me dio. En los momentos buenos del club no estuve, siempre estuve en situaciones difíciles. Es imposible no querer al club. El momento más lindo de mi carrera fueron esos dos goles con Argentinos. En ese momento no le di el valor que le doy ahora», cerró y dejó en claro que la redonda, muchas veces, es una caja de sorpresas..
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- AUTOR
- Facundo Mirata
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