Hay numerosos casos de entrenadores que, o por lesiones o, simplemente, por no dar la talla, tuvieron que dejar el fútbol como jugadores y convertirse en técnicos. Ejemplos sobran, y algunos de los más famosos son los de José Mourinho, Arsene Wenger o Marcelo Bielsa, entre otros.

Lo que está claro es que no hay necesidad de tener un pasado como futbolista, ni mucho menos haber tenido la obligación de conseguir una carrera exitosa para estudiar, prepararse y para ejercer la profesión de entrenador de fútbol. Este es el caso de Julian Nagelsmann (23 de julio de 1987, Baviera). A sus 29 años, se hizo cargo del Hoffenheim en la temporada pasada –más precisamente en febrero, cuando luchaban por no bajar a la 2. Bundesliga–, y salvó al equipo del descenso.

La popularidad le llega ahora, y con justa razón, pero el periplo que el alemán realizó, y que le sirvió como desarrollo para finalmente demostrar su capacidad como director técnico comenzó hace muchos años, como ayudante del actual entrenador del Borussia Dortmund y, después, continuando su labor al hacerse cargo de las juveniles del Hoffenheim.

Empezó por analizar a los rivales de cada semana para Thomas Tuchel, cuando dirigía a la reserva del Augsburgo en 2007. “Aprendí mucho de él. Esa fue mi forma de entrar al mundo de los entrenadores”, contó Nagelsmann. Luego, siguió su curso como co-entrenador en la sub-17 del Múnich 1860, equipo en el que estuvo cuando aún tenía la esperanza de lograr una carrera como jugador, a pesar de haber empezado a lidiar con lesiones de rodilla. Hasta ese momento los papeles del joven de Baviera tenían más que ver con ser un complemento al técnico que de  ser la cabeza de un plantel, pero esto cambió cuando se hizo cargo de las inferiores del Hoffenheim.

Fue ascendiendo de categorías para, finalmente, alcanzar a dirigir a la sub-19 y salir campeón en 2014 y subcampeón al año siguiente. En octubre de 2015, fue anunciado como nuevo entrenador del Hoffenheim, pero para que tome las riendas del primer equipo la próxima temporada. Debido a los malos resultados durante los primeros meses de la campaña 2015/2016, Markus Gisdol, quien era el técnico por ese entonces, fue despedido. Lo reemplazó Huub Stevens pero la racha de derrotas continuó y, en febrero, el holandés renunció. Por lo tanto, la directiva del Hoffenheim decidió adelantar lo que había anunciado un tiempo atrás, y Nagelsmann se convirtió en la nueva cabeza del plantel, transformándose en el segundo DT más joven de la historia de la Bundesliga con 28 años, si es que se toma en cuenta el antecedente de Bernd Stöber, quien, de forma interina, dirigió al FC Saarbrücken en 1976 a la edad de 24.

Viviendo el sueño

Gracias a su filosofía y al compromiso que supo conseguir de sus jugadores, los de Sinsheim rápidamente comenzaron a sacar resultados positivos y, como ya se hizo referencia anteriormente, se salvó del descenso. Por sus referentes –el ya nombrado Tuchel, además de Pep Guardiola–, es sencillo darse cuenta cuál es el pensamiento de Nagelsmann:

“No me gustan los pelotazos directos. Quiero que mi equipo tenga la pelota y la cuide. Siempre veo al Barcelona, que logra tener hasta 20 fases en cada ofensiva, de dos o tres toques, pero solo ellos son capaces de hacerlo”, expresó el de Baviera.

El alemán cree en un fútbol de ataque, de pressing y de recuperar la pelota lo más próximo al área contraria para encontrar al rival desarmado. Pero también es un técnico flexible, y no se casa con un único esquema, sino que lo varía según las necesidades. “Es muy trabajador, ha tenido mucho éxito en las categorías inferiores y me alegro por él. Confío en que hará una buena labor”, manifestó Tuchel, el día que Nagelsmann debutó en la Bundesliga con el Hoffenheim.

En la pasada temporada, el equipo de Sinsheim arrancó la campaña con unas expectativas relativamente altas, debido a que, en la anterior a la misma, habían terminado en el octavo puesto. Y quizás eso les produjo una presión extra que los llevó a pelear el descenso. Ahora, se espera que el Hoffenheim termine, más o menos, en la mitad de la tabla, por lo que Nagelsmann tendrá libertades para ejercer su trabajo. Ya jugaron cinco partidos de Bundesliga en el presente y aún se encuentran invictos, con cuatro empates en las primeras cuatro jornadas y con una victoria, frente al Schalke, en la última fecha disputada.

En el fútbol existe, a veces, el prejuicio de que un entrenador no puede ser respetado por sus jugadores si no tuvo, antes, una carrera como futbolista. Por lo que tienen que ir subiendo escalones de a poco para ganar en aprendizaje y en experiencia. Por eso, no puede decirse que Nagelsmann es un hombre que desconoce el ambiente, ya que, a pesar de su juventud, estuvo formándose muchos años para llegar a obtener una oportunidad como la que el Hoffenheim le dio. Sólo queda esperar si puede convertirse en el técnico que, sobre todo en Alemania, creen que puede llegar a ser.