Después de la jornada 7 de la Bundesliga, el equipo bávaro se encontraba segundo en la Bundesliga a 5 puntos del líder de la tabla el Borussia Dortmund. Tenía 16 goles a favor y 7. Los números en liga tal vez no eran tan malos, aunque para un equipo del calibre del Bayern Múnich jamás sería siquiera aceptable. De 7 partidos, haber dejado de ganar 3, no es aceptable para ellos. Sumado a eso, poco tiempo antes habían caído goleados 3-0 en Champions League contra el PSG.

Teniendo en cuenta todos los factores anteriores, no hubo cómo mantener a Carlo Ancelotti en el puesto de entrenador del campeón alemán. Con poco tiempo para encontrar un sustituto, y escasas opciones que se ajustaran a las necesidades de un club tan particular como el Bayern Múnich. El elegido fue una opción tan inesperada como lógica. Todo apuntó a Jupp Heynckes, un entrenador apreciado por la plantilla, amado por la afición y con resultados confirmados, triplete incluido.

Un poco más de un mes después del regreso de Heynckes, el equipo bávaro se encuentra líder de la Bundesliga con 4 puntos de ventaja sobre el segundo lugar, tiene 27 goles a favor y solo 8 en contra. Es decir, en solo 4 partidos, el experimentado técnico (con gran aporte de los jugadores en su mando claro está) llevó al club al lugar que todos sus seguidores (y directores) esperan que esté. Anotando 11 goles y solo recibiendo uno.

Ya lo ganó todo como técnico

Claramente Heynckes no es ningún mago, ni tampoco tiene la receta mágica del fútbol alemán. Pero si que parece tener la clave para ganarse a los jugadores, al menos en este equipo. Incluso después del primer partido que claramente sellaron con victoria (5-0 ante el Friburgo). Matt Hummels mencionó que “(Heynckes) es muy demandante… Está satisfecho con lo que ve en los entrenamientos pero siempre está corrigiendo y afinando detalles”. Joshua Kimmich, quien la última vez que Heynckes dirigió al equipo ni siquiera era profesional, dijo que “Cuando habla, todo el mundo escucha. Emana una cierta sensación de calma”.

Alguien más habló ese día, fue Thiago Alcántara, quizás dijo una de las frases más interesantes de todas “jugamos como un equipo y había pasado tiempo desde que no jugábamos así. Todo está en la mentalidad”. Me parece sumamente importante lo que dijo el internacional por España porque probablemente nos enseña el secreto de Heynckes para este cambio tan radical del equipo en tan poco tiempo.

Difícilmente logró hacer un cambio táctico abrupto que hiciera que el equipo fuera una máquina arrolladora, tampoco suena coherente pensar que tiene un método de entrenamiento que logre la mejora física de los jugadores en pocos días. La clave (para un cambio rápido) es trabajar la mentalidad de los jugadores. No hay duda de que el Bayern Múnich tiene la plantilla más poderosa del fútbol alemán, y una de las más potentes de Europa. El equipo puede que aún necesite trabajo táctico para llegar al nivel que el nuevo técnico espera. Es probable que los jugadores que estaban en baja forma aún deban recuperar algo en su juego y confianza. Pero el técnico les ha dado en pocos días algo que da una ventaja sustancial (al menos a corto plazo, es difícil mantenerse solo con un pilar en el fútbol de élite) y ese algo es el cambio de mentalidad. Un cambio de chip, recuperar la mentalidad ganadora que no se sabe dónde, ni cuándo, ni por qué se perdió; algo pasaba bajo las órdenes del anterior técnico (no le echamos desde acá las culpas a Ancelotti que también es un gran entrenador, sus títulos hablan por sí solos).

Los jugadores lo respaldan

Queda ahora el reto de mejorar los demás pilares. Llevar al equipo al nivel táctico que el técnico espera, ayudar a los jugadores a estar en momento de forma excelente en el momento clave de la temporada y por supuesto mantener la mentalidad ganadora que tanto caracteriza a ese gran club. Por el momento todo arrancó bien, veremos al final de temporada como acaba todo para el equipo bávaro. Por el momento, ya se habla de la continuidad de Heynckes para la temporada siguiente.