Historias
Jürgen antes de Klopp
Muy lejos estaban las dos Bundesligas ganadas como director técnico con Borussia Dortmund. Más lejos aún, la Champions lograda con Liverpool en 2019 y el título de Premier League -primero para el Liverpool desde que la primera división inglesa lleva esa denominación- un año después. La década del 80’ estaba por culminar y a un centroatacante para nada habilidoso y de movimientos toscos de una liga amateur de Frankfurt le llegó una oferta irrechazable: Mainz 05 le ofrecía un contrato para poder vivir de lo que más le gustaba. Ese joven delantero era Klopp, quien se ganaba la vida como empleado en un video club y cargando artículos pesados en camiones.
Cuando arribó a Maguncia, el club de la ciudad no se imaginaba llegar a la Bundes. Recién había ascendido a la 2. Bundesliga y la idea era armar un equipo con futbolistas comprometidos con la causa de asentarlo en la, por ese entonces, categoría más baja del profesionalismo (aún no se había creado la 3. Liga y debajo de la segunda división estaban los torneos regionales). Klopp rápidamente se hizo querer por los hinchas. Era un 9 de 1,93 m. al que no le sobraba ni técnica ni velocidad pero que dejaba todo en cada pelota que disputaba. Además, su promedio de gol era demasiado alto en mayor medida por su gran juego aéreo.
Consultado en una entrevista sobre sus no tan conocidos años dentro del terreno de juego, Jürgen se describió como “un futbolista con la habilidad de uno de quinta con el cerebro de uno de primera, lo que dio como resultado un jugador de segunda.” Mientras tanto, continuó sus estudios en la Universidad Goethe de Frankfurt y, en 1995, obtuvo una licenciatura en Ciencias del Deporte con una tesis en la que explicaba los beneficios de caminar.
Esa temporada, el juego de Klopp tuvo una reconversión. Por las lesiones y las bajas de varios compañeros, el entrenador Horst Franz le ofreció cambiar su posición de “9 de área” a defensor central y lateral derecho. Pese a que aceptó esta peculiar propuesta, él era consciente de que a su carrera le quedaba poco tiempo como para transformarse en un zaguero de categoría. En la misma entrevista en la que se autodefinió como jugador, también confesó: “En Frankfurt jugué con Andreas Möller, pero lo veía y me preguntaba: si él juega al fútbol, ¿qué es lo que hago yo? Él era de clase mundial y yo ni siquiera era de clase, así que siempre supe que se me daría mejor como entrenador.”
En Mainz jugó once años, todos en la 2. Bundesliga. Con 56 goles convertidos en 340 partidos se encuentra tercero en la lista de máximos anotadores del club, con apenas ocho menos que el goleador histórico Michael Thurk. Con este dato, uno debe preguntarse en qué momento hubiera superado a Thurk si no dejaba de ser delantero a mitad de su carrera. Lo que sí sucedió fue que se retiró en 2001 con 33 años para ser director técnico, lo que más le gustaba.
Solo pasó una semana entre su último partido y su asunción como entrenador de Mainz para salvarlo del descenso. Quienes en días pasaron de ser sus compañeros a ser sus dirigidos comenzaron a llamarlo “Klopp, el motivador” y en 2004 logró ascender al club a la Bundesliga por primera vez, ganándose el estatus de ídolo.
Sea como delantero, defensor o técnico, Jürgen Klopp estuvo 18 años seguidos en Maguncia, una ciudad donde es amado por los hinchas que lo ovacionaron cada vez que la visitó estando al mando de Borussia Dortmund. Los hinchas siempre le reconocen la entrega como jugador y la inteligencia como director técnico, con la que los hizo vivir el momento más feliz de su historia.
En octubre de 2015, el ídolo Steven Gerrard recién había cambiado Liverpool por Los Ángeles y aún se sentía el dolor por la Premier League que se había escapado un año antes. Klopp llegó para reemplazar a Brendan Rogers en un equipo que deambulaba por la mitad de la tabla de posiciones y cuyos hinchas necesitaban un líder en quien verse reflejados. En su presentación, el alemán declaró: “Necesitamos convertir a los incrédulos en creyentes”. Y claro que lo logró. Para su segunda temporada completa, los Reds ya contaban con un plantel amoldable al gegenpressing característico de Klopp.
Ocho años y medio después, Jürgen ya comunicó que dejará Liverpool a final de temporada. Con ocho títulos -entre los que se destacan una Champions y la tan ansiada Premier League- y la posibilidad de ganar uno más, puede sentarse en la misma mesa que Bill Shankly y Bob Paisley. Cuando anunció su salida argumentando que se estaba quedando sin energía, comenzaron muchas especulaciones sobre su futuro. Desde que se tomaría un año sabático hasta que asumiría como seleccionador alemán después de la Eurocopa, pasando por un posible regreso a Borussia Dortmund. Así como no se sabe cuál será su próxima decisión, sí hay certeza en que, cuando este voluntarioso futbolista decidió dejar de jugar para ser entrenador porque “sabía que se le daría mejor” no estaba para nada errado.
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- AUTOR
- Guido Antonelli
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