América
La complementariedad entre Messi y Dybala
“Es un poco difícil compartir la cancha con Messi porque los dos jugamos en la misma posición. Seguramente yo tenga que adaptarme más a él y ayudarlo como pueda”. Desde que Paulo Dybala expresó estas palabras, hace dos meses en una conferencia de prensa previa a un partido de Champions League contra el Barcelona, en la Argentina rápidamente se produjo un debate sobre si el ’10’ de la Juventus tenía razón o no con sus dichos.
Si Dybala está en lo cierto es complicado de definir, dado que cada persona tiene su opinión. Pero existen aspectos tácticos, de los que uno se puede agarrar, para explicar el porqué de esa declaración. Y en el momento que se comienza a realizar el análisis, realmente es difícil de ver cómo pueden Lionel Messi y el ex Instituto llegar a congeniar en un mismo campo de juego.
¿Por qué? Lo principal, y donde se centra toda la cuestión, se debe a que ambos ocupan zonas muy similares en cada partido que disputan. Es decir, se manejan del centro hacia la derecha o viceversa. A los dos les gusta bajar, en ciertas oportunidades, y recibir la pelota para tratar de ayudar en la progresión del juego, o simplemente para tener contacto con el balón.
Lo segundo que tanto Messi como Dybala hacen es abrirse a la banda para que un compañero lo encuentre de forma más sencilla. Sobre todo porque en los costados hay más espacios que en la zona central o en tres cuartos del campo, y cuando controlan la pelota en general tienen de frente la jugada. Siempre es mejor recibir de esa forma que de espaldas.
Tercera situación. Los dos, siempre y cuando tengan el espacio para hacerlo, utilizan la conducción ya sea para eliminar rivales, desorganizar a la defensa contraria y pegarle o soltar un pase luego de juntar marcadores. Pero, claro, ambos intentan esta maniobra la mayoría de las veces por las mismas zonas.
Asimismo, ambos bajan a ayudar en la iniciación o se ubican en la banda por momentos porque, generalmente, los rivales tratan de tapar el pase entre líneas. En caso de que Messi o Dybala lo reciban con ventajas, termina siendo el más peligroso, por ejemplo en los dos cortes del 10 de Barcelona; en la primera controla, gambetea y por poco no termina en gol, mientras que en la segunda jugada lo deja de frente al arco a Darío Benedetto. En cuanto al cordobés, primero recibe y se la deja a Gonzalo Higuaín para que pueda rematar y, segundo, lo habilita a Juan Cuadrado con la idea de que tire el centro.
Entonces, viendo estas cuatro situaciones que pueden darse en un partido, es complicado imaginarlos jugando juntos. Es decir, obviamente que Jorge Sampaoli si quiere puede ubicarlos en un 11 inicial, sin embargo lo más probable es que uno de los dos esté obligado a realizar movimientos que no son naturales y que no rinda al máximo de su nivel.
Quizás podría Messi estar más retrasado y Dybala más adelantado o viceversa, pero el conflicto no es qué parte ocupan del campo verticalmente, sino en horizontal y se volvería a lo mismo: que tanto el capitán de la Selección o el 10 de la Juventus tengan que cumplir una función que no es parte de su juego. Lo cierto es que son tan talentosos y determinantes, que la idea de juntarlos es tentadora y comprensible a la vez.
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