Historias
La época de oro del Nottingham Forest
Se habló mucho del Leicester. O también del Atlético Madrid en su momento, cuando todavía nadie esperaba que Diego Simeone lo convirtiera en uno de los mejores equipos del mundo. Ahora las miradas están puestas en el RB Leipzig, a sabiendas de lo que puede llegar a pasar. Pero si de hazañas en el fútbol se trata, la hecha por el Nottingham Forest, en la década del 70, es prácticamente imposible de no mencionar.
Año 1975. El club de East Midlands luchaba por el descenso, y tenía grandes chances de caer a la tercera división inglesa. Por ello, la directiva echó al entrenador Allan Brown y contrató al hombre que iba a terminar por cambiar la historia del equipo. Brian Clough tuvo que convertirse en técnico debido a una lesión que padeció en el ligamento cruzado anterior de la rodilla, a sus 29 años, y que no le permitió seguir jugando al fútbol.
Antes de arribar a los Tricky Trees, ya había logrado, con el Derby County, un proceso milagroso. Agarró al equipo en segunda división, lo ascendió y terminó por conseguir el primer título de su historia, en la primera de Inglaterra, en 1972. En la temporada siguiente, llegó hasta la semifinal de la Copa de Europa, en la que perdió con Juventus. Y Clough, un hombre muy polémico y sin pudor, arremetió contra su presidente e insultó a los italianos, lo que significó una multa para el Derby. Finalmente, terminó por renunciar al cargo, porque las peleas con la directiva nunca frenaron.
El Forest, que peleaba por mantener la categoría cuando llegó el entrenador inglés, cumplió su objetivo. En la campaña posterior, hubo mejoras, y terminó en el octavo puesto. Faltaba por consumar el prometido, que era conseguir el ascenso a la primera división. En la campaña 1976-1977 lo logró, y Clough soltó una de sus frases más conocidas: “Ya sé que Roma no se construyó en un día, pero es que yo no me encargué de ese trabajo”.
Ni el hincha más fanático podría haber imaginado lo que vivió, el club de East Midlands, a posteriori de su subida a la máxima categoría. Dos Copas de Europa, una Liga, dos Copas de la Liga y una Supercopa de Europa es lo que consiguió el Forest entre 1977 y 1980. Y el mérito fue, principalmente, haber obtenido esa cantidad de títulos con la base del plantel que ascendió, exceptuando los casos del famoso arquero Peter Shilton, el defensa Kenny Burns y el extremo Trevor Francis –hay otros ejemplos, pero no fueron futbolistas de tanta relevancia–.
Además, en ese momento, el fútbol inglés vivía una época en la que, especialmente un equipo, reinaba en el mundo. El Liverpool de Kenny Dalglish y Sammy Lee, entre otros, venía de ganar dos ligas, hasta que apareció el conjunto de Clough y le arrebató una, sacándole una diferencia de siete puntos en la tabla. También, los reds habían triunfado en las últimas dos Copas de Europa, y su alegría terminó cuando el Forest, gracias al título conseguido en la primera división, obtuvo la posibilidad de participar y salir campeón en 1979 y 1980 –incluso en la primera eliminaron al Liverpool en octavos de final–.
¿De qué manera llegaron al éxito los Tricky Trees? Las intenciones de Clough estaban claras: “Si Dios hubiera querido que jugáramos al fútbol en el cielo, le habría puesto césped”. Con un estilo de juego basado en el pase corto, pero agregándole un ritmo muy alto, el Forest buscaba, más que nada en ataque, potenciar el juego exterior con sus volantes, sobre todo con el de la izquierda. Por esa zona jugaba John Robertson, un diestro a pierna cambiada (¿qué?, ¿no era un invento del fútbol moderno?). Era un gambeteador nato gracias a su habilidad con la pelota, y en ambas finales europeas quedó demostrado. En la primera, frente al Malmö sueco, yéndose por fuera para realizar el centro que terminó en asistencia gracias al gol de Trevor Francis, el volante por derecha; en la segunda, ante el Hamburgo alemán, tras encarar por dentro y sacar el remate que le permitió convertir el único tanto de la victoria.
Clough siempre pregonaba el jugar bien, pero cuando no conseguía hacerlo, el equipo tenía un mediocampo y una defensa que podía aguantar un resultado –estuvieron 42 partidos sin perder en liga, desde noviembre de 1977, hasta diciembre de 1978–, pero sobre todo tenía un gran arquero. Un ejemplo claro de esto se puede ver en la final contra el Hamburgo: si no hubiese sido por las numerosas atajadas de Shilton, probablemente el Forest tendría un título menos en su palmarés.
Lamentablemente, las buenas cosas no duran para siempre. Tras la segunda Copa de Europa conseguida, el Nottingham quedó eliminado en primera ronda del campeonato siguiente, y los mejores futbolistas comenzaron a irse a otros equipos. El inglés se mantuvo en el cargo hasta 1993, año en el que el club descendió, nuevamente, a la segunda categoría. Por ello, pero sustancialmente por conflictos con el alcohol, decidió retirarse como entrenador. Aún así, los hinchas recordarán siempre sus épocas de oro, gracias a que una de las tribunas del City Ground, el estadio del Forest (hoy en segunda división), lleva el nombre de Clough.
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