Bundesliga
La falsa reunificación del fútbol alemán
Treinta años después de la Caída del Muro de Berlín, las diferencias entre los clubes de la antigua República Federal de Alemania y la ex República Democrática Alemana aún existen. Mientras los equipos de la RFA son cada vez más ricos, a los de la RDA les cuesta hacerles frente a las exigencias económicas impuestas por la Liga de Fútbol Profesional. Paralelismo de ambas economías en tiempos del Muro y dos maneras de concebir el fútbol.
Las dos Alemanias
El 9 de noviembre se cumplieron treinta años de la Caída del Muro de Berlín, un símbolo de la Guerra Fría que constituía la frontera entre las dos mitades de la ciudad. Cuando terminó la Segunda Guerra Mundial en 1945, los ejércitos vencedores se repartieron Alemania en cuatro zonas de ocupación: la británica, la estadounidense, la francesa y la soviética. Si bien Berlín había sido conquistada por el Ejército Soviético, se estableció una ocupación conjunta de las potencias aliadas, subdividiendo a la capital germana en cuatro sectores. En un principio, la administración debía ser conjunta, pero desde muy temprano la realidad mostró otra cosa. Conflictos políticos llevaron a que en 1949 el país se dividiera en dos: la República Federal de Alemania, en las zonas de ocupación de Gran Bretaña, Estados Unidos y Francia más el enclave de Berlín Oeste, con Bonn como capital; y la República Democrática Alemana, un nuevo Estado socialista que se ubicaba en la zona de ocupación soviética, gobernado por el Partido Socialista Unificado de Alemania y que estableció a Berlín Este como capital. A partir de ese momento, cada Alemania tomó el modelo socioeconómico de la potencia que la ocupaba.
Durante la década del ’50, la economía de Alemania Oriental no podía competir con el crecimiento económico que estaba generando la RFA. Muchos germanos del Este -especialmente jóvenes en busca de mejores oportunidades laborales- aprovecharon el libre paso dentro de Berlín para escapar hacia Occidente, haciendo que la situación económica de la RDA empeorara aún más. Por este motivo, el 12 de agosto de 1961 las autoridades de la República Democrática Alemana decidieron levantar un muro provisional para cerrar la frontera. Días después, se construyó un muro de ladrillo que se extendió a lo largo de 45 kilómetros que dividía la ciudad en dos, mientras que otros 115 kilómetros separaban el enclave de Berlín Oeste de la capital de Alemania Oriental.
A principios de los ’70, Alemania Oriental se colocó como la décima potencia industrial del mundo gracias a su productividad, llegando a ser considerado el país más exitoso del bloque socialista. Por lo contrario, la economía de la República Federal de Alemania detuvo el avance que había logrado en las décadas del ’50 y del ’60. En 1979 se creó el Sistema Monetario Europeo, cuyos objetivos eran estabilizar los tipos de cambio para corregir la inestabilidad que reinaba en Europa occidental, reducir la inflación y preparar, mediante la cooperación, la unión monetaria europea.
En la década siguiente, Alemania Occidental volvió a ser una potencia económica mundial, mientras que la RDA logró crecer durante el primer lustro a pesar de la crisis que azotaba a toda Europa del Este. Hasta 1985, alcanzó el nivel de producción per cápita más alto de su bloque y fue la décimosegunda nación más importante del mundo a nivel comercial. Sin embargo, en 1989 la economía planificada introducida por el gobierno de la República Democrática Alemana quebró. No se aplicaron las reformas llevadas a cabo por otros países del bloque, el pueblo se movilizó y el 9 de noviembre de 1989 el gobierno habilitó el paso hacia el Oeste. Esa misma noche, miles de personas derribaron el Muro, permitiendo la libre circulación entre las dos Alemanias. La Caída del Muro excedió a Alemania y fue el punto de partida de la desintegración de la Unión Soviética, imponiendo el capitalismo en todas sus repúblicas en los años posteriores. Once meses después, se reunificó el país bajo el nombre de República Federal de Alemania.
En el fútbol, un claro perdedor
El 3 de octubre de 1990, la temporada de fútbol alemán ya estaba iniciada, con la Bundesliga de dieciocho equipos en la RFA y la DDR-Oberliga de catorce equipos en la RDA. La “unificación” de ligas llevada a cabo a mediados de 1991 fue muy injusta con los clubes de Alemania del Este. Lejos de formar un campeonato nuevo que mostrara la unión de ambas Alemanias, lo único que se hizo fue incluir a los dos mejores equipos de la Oberliga 1990/1991 en la siguiente edición de la Bundesliga. El tercero y el cuarto, habituados a clasificar a la Copa UEFA, tuvieron que irse a la 2. Bundesliga -segunda división alemana- junto al quinto, el sexto y los dos ganadores del “2. Bundesliga play-offs” que disputaron los equipos que finalizaron la Oberliga entre la séptima y la decimosegunda colocación. Los dos peores de la tabla de posiciones y los cuatro eliminados de los play-offs descendieron a la NOFV-Oberliga, flamante tercera división. Es decir, de un torneo de primera división dos equipos mantuvieron su plaza, seis bajaron a segunda y los seis restantes descendieron a tercera.
Hansa Rostock y Dynamo Dresden fueron los únicos representantes que tuvo la ex República Democrática Alemana en una Bundesliga que tuvo a Stuttgart como campeón. Un año solo duró el torneo con veinte participantes, ya que a mitad de 1992 descendieron cuatro equipos (entre ellos, Hansa Rostock) y ascendieron dos para recuperar el número original de dieciocho.
Las diferencias entre el Oeste y el Este aún persisten y eso en el fútbol se siente. En las 29 temporadas (incluyendo la actual) que se llevan disputadas desde la reunificación alemana, apenas cinco clubes de la antigua República Democrática Alemana han pasado por la categoría de oro.
Hansa es el que más tiempo estuvo, ya que a pesar del descenso en 1992, regresó tres temporadas más tarde. Entre 1995 y 2005 jugó una década ininterrumpida en primera y finalizó sexto en dos ocasiones. Tuvo un paso fugaz en la temporada 2007/2008 y actualmente se encuentra en la 3. Liga, a la que descendió en 2012 y de la que todavía no logró volver.
Dynamo Dresden, uno de los clubes más populares del Este, jugó en la Bundesliga entre 1991 y 1995. En sus primeras tres temporadas se salvó del descenso en las últimas fechas, pero los problemas financieros eran cada vez más evidentes. Con una deuda superior a los 10 millones de marcos alemanes, le fue prohibida la inscripción a la 2. Bundesliga después del descenso y debió recomenzar en categorías regionales amateurs. Su presidente en ese entonces, Rolf-Jürgen Otto, terminó preso por malversación de fondos. Oriundo de Frankfurt, Otto fue uno de los pocos empresarios de la RFA que invirtieron económicamente en un club del Este. Dynamo lleva veinticinco temporadas lejos de la Bundesliga. En esta década alternó entre la 2. Bundesliga y la 3. Liga, y actualmente se encuentra último en la categoría de plata.
Lokomotive Leipzig, el equipo asociado a los trabajadores del ferrocarril, se cambió el nombre a VfB Leipzig después de la caída del Muro. Un tercer puesto en la 2. Bundesliga en 1993 lo depositó en la máxima división, en la que solo duró una temporada (ganó tres partidos y quedó último). Con el equipo en la cuarta categoría, en 2004 se declaró en bancarrota y se disolvió el club. Se refundó como Lokomotive Leipzig y se anotó en la 11° División alemana. En 2005 fue invitado a la séptima categoría y no paró de subir hasta llegar a la Regionalliga en 2013. En la temporada 2019/2020, se encuentra en la Regionalliga Nordost (zona integrada por clubes del nordeste de la semiprofesional cuarta división).
Energie Cottbus era, hasta este año, el último club de la DDR-Oberliga en haber participado de la Bundesliga. No tuvo éxito en tiempos de las dos Alemanias, pero fue el único equipo del Este en lograr prosperidad económica post reunificación. En 1997 llegó a la final de la copa doméstica y ascendió a la 2. Bundesliga, mientras que tres años más tarde hizo su estreno en Primera. En 2001 se convirtió en el primer equipo en alinear once extranjeros en un partido de Bundesliga. Se mantuvo tres temporadas y en 2004 no pudo regresar por diferencia de gol con el Mainz de Jurgen Klopp. Volvió a ascender en 2006 y, al igual que en su primer paso por la Bundesliga, se mantuvo tres años. Una década después, juega en la Regionalliga Nordost y lucha por regresar al profesionalismo.
Unión Berlín es el equipo de los trabajadores metalúrgicos. Durante la división alemana, su gran logro fue la obtención de la Copa del Este en 1968. Rivalizó con Berliner FC Dynamo -el equipo que más apoyo gubernamental recibió-, dando origen al lema: “No todos los hinchas de Unión somos enemigos del Estado, pero los enemigos del Estado son hinchas de Unión”. Además, aprovechaban cada clásico para protestar: “No queremos a los cerdos de la Stasi”. En la década del ’90, estuvo al borde del colapso financiero y no recibió la licencia para participar en la 2. Bundesliga. En 2001 lograron el ascenso a Segunda y perdieron la final de la Copa Alemania contra Schalke 04. Dos descensos seguidos entre 2005 y 2006 hicieron parecer que el club desaparecería, pero los hinchas se unieron para salvarlo. ¿Cómo? Donando sangre, en una campaña titulada “Sangrar por Unión”. Como en Alemania la donación de sangre es remunerada, lograron juntar el millón y medio de euros que necesitaban para salir adelante. En 2007 regresaron a la Regionalliga y en 2009 fueron el primer campeón de la 3. Liga (creada a mediados de 2008). Más de 2000 hinchas invirtieron 16.000 horas de trabajo ad honorem entre junio y julio de 2008 para remodelar su estadio -el An der Alten Försterei- y así evitar su venta a un grupo privado. Los compradores fueron ellos mismos. En el Mundial 2014 abrieron el estadio para que los hinchas llevaran sus propios sillones y ver los partidos de Alemania juntos, y en cada Navidad se reúnen ahí mismo para celebrar. Unión Berlín ascendió en 2019 por primera vez a la Bundesliga y, gracias a la acción de sus hinchas, se convirtió en un equipo de culto.
Geográficamente, RasenBallsport Leipzig es un club de Alemania del Este. Sin embargo, no existía en tiempos de la división germana y no tiene nada que ver con los cinco mencionados. El equipo de Red Bull -la empresa de bebida energética más conocida del mundo- compró la plaza de SSV Markranstädt (10 kilómetros al sudoeste de Leipzig), un equipo que estaba en quinta división en 2009. Dueños de Red Bull Salzburgo en Austria y New York Red Bulls en Estados Unidos, quisieron ampliar su imperio futbolístico a Alemania. Primero intentaron con Sachsen Leipzig, que estaba al borde de la bancarrota. Sus hinchas protestaron y la Federación Alemana de Fútbol frenó su compra. Dos años después, Sachsen se disolvió y fue absorbido por Chemie Leipzig. El segundo intento de la empresa austríaca fue en Lokomotive, pero los hinchas amenazaron con matar al presidente si vendía el club. Finalmente, con Markranstädt pudieron entrar al mercado alemán. El objetivo era ascender a la Bundesliga en ocho años a más tardar, lográndolo en 2016 (la séptima campaña).
En Alemania existe la regla del 50+1, que significa que el 50% + un voto en el consejo de los clubes debe ser de los socios, impidiendo que un inversor externo sea el propietario mayoritario de una institución. Cuando RB Leipzig se fundó, asociaron a los empleados de Red Bull para que un grupo de ellos sean los accionistas del club. Además, usaron un término poco común como RasenBallsport -literalmente traducido al castellano como “deporte de pelota de césped”- para que coincidiera con las iniciales de la empresa y hacerlo pasar como algo ajeno a Red Bull en una clara burla al 50+1. Si ya era odiado por sus rivales cuando jugaba en el ascenso, hoy lo es aún más. Cada vez que los “Toros Rojos” juegan de visitante, los locales muestran su rechazo hacia una institución que solo es posible en un fútbol mercantilizado. En la primera fecha de la presente temporada visitaron a Unión y en los primeros quince minutos los capitalinos estuvieron en silencio para repudiar al joven equipo. Los de la ciudad más poblada de Sajonia son animadores de la Bundesliga desde su primera participación en la 2016/2017, en la que fueron subcampeones. Llevan tres temporadas consecutivas jugando competiciones europeas y en febrero enfrentarán a Tottenham por los octavos de final de la Champions League.
La temporada 2019/2020 es la primera desde la reunificación en contar con dos equipos berlineses en la Bundesliga. Hertha y Unión ya se habían cruzado en los dos pasos que tuvieron los de Berlín Oeste en la 2. Bundesliga esta década, pero ninguno de esos partidos había tenido la difusión que tuvo este último enfrentamiento. Ambos clubes habían pedido que coincidiera con la fecha de la Caída del Muro, pero la Liga no accedió y jugaron una semana antes. En un partido que se interrumpió por el lanzamiento de bengalas de los locales, Unión Berlín superó en su An der Alten Försterei 1-0 a Hertha con un gol de penal de Sebastian Polter (uno de los jugadores actuales más queridos), el sábado 2 de noviembre. Una semana después, Hertha recibió a RB Leipzig y perdió 4-2, pero el hecho más importante de ese partido fue la recreación de la Caída del Muro. Se montó una réplica en la mitad de la cancha del Olympiastadion de Berlín y los equipos se formaron en cada mitad. Un Trabant -un auto de época fabricado en Alemania del Este- atravesó el muro y los voluntarios ingresaron a la cancha a despedazarlo. A continuación, los futbolistas de ambos equipos se juntaron para hacer el saludo protocolar. Ese mismo 9 de noviembre, Unión jugó de visitante y venció 3-2 a Mainz.
Fútbol en la RDA
En los países socialistas, la actividad deportiva era cuestión de estado y el gobierno ejercía control en los equipos. Cada logro deportivo en una competencia internacional de cualquier disciplina era celebrado como un triunfo del sistema socialista sobre el capitalista. Los clubes estaban bien organizados desde las categorías juveniles y, cuando se encontraba un talento joven, se invertían los recursos necesarios para fomentar el desarrollo del jugador.
Berliner FC Dynamo, Hansa Rostock, Dynamo Dresden, 1. FC Magdeburg y Lokomotive Leipzig pueden ser catalogados como los clubes más importantes que tuvo la RDA. El equipo de Magdeburgo se jacta de haber sido el único campeón internacional de Alemania del Este, cuando obtuvo la Cup Winners’ Cup en 1974 al ganarle la final 2-0 a Milan en Róterdam. Desde la reunificación alemana, nunca jugó en la Bundesliga y la temporada pasada -en la que descendió- fue su única participación en segunda. Berliner FC Dynamo fue el más laureado a nivel local, así como el más odiado por los hinchas de los demás. Las diez ligas consecutivas ganadas entre 1979 y 1988 (récord en la DDR-Oberliga) se dieron gracias a la manipulación ejercida por Erich Mielke sobre la federación de fútbol. Mielke era el director de la Stasi (Ministerio para la Seguridad del Estado) y lograba que los árbitros favorecieran a Dynamo. Los hinchas rivales lo llamaban “El Equipo de la Stasi”, no pudo ascender en la reestructuración de 1991 y, en lo que va del Siglo XXI, aún no estuvo en ninguna de las principales tres categorías de Alemania. Desde su ascenso en 2014 se encuentra en la Regionalliga, la cuarta división. Otro equipo que tuvo éxito en la DDR-Oberliga y que quebró después de la reunificación es Carl Zeiss Jena. Jugó seis temporadas en la 2. Bundesliga, aunque la mayoría fueron en la década del ’90. Fue semifinalista de la Copa Alemania en 2008 y en la actualidad disputa la 3. Liga, a la que regresó en 2017 después de años jugando fútbol semiprofesional en la Regionalliga.
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Cuando cayó el Muro de Berlín, los clubes de la RDA estaban consiguiendo resultados importantes en las Copas Europeas. Dynamo Dresden alcanzó las semifinales en la Copa UEFA 1988/1989, serie en la que perdió ante Stuttgart por un global de 2-1. Berliner FC Dynamo quedó eliminado de la UEFA Cup Winners’ Cup ante Mónaco por gol de visitante una semana antes del 9 de noviembre, mientras que un mes después Karl-Marx-Stadt perdió contra el posterior campeón Juventus en cuartos de final de la Copa UEFA. La ciudad de Chemnitz fue bautizada Karl-Marx-Stadt entre 1963 y 1990, y en ese período el Chemnitzer FC llevó su nombre.
A diferencia de los clubes, a los mejores futbolistas les vino bien la reunificación. Muchos de ellos pudieron jugar en los clubes grandes de la RFA y en la selección. Matthias Sammer, nacido en Dresde, obtuvo el Balón de Oro en 1996 y fue galardonado como el mejor futbolista teutón en 1995 y 1996. En Stuttgart habían quedado encantados con él cuando enfrentaron a Dynamo Dresden en la Copa UEFA meses antes de la Caída del Muro. En la temporada 1991/1992 fue un jugador importante para que Stuttgart se consagrara campeón de Alemania. Tras un breve y fallido paso por Inter, en 1993 se incorporó a Borussia Dortmund. Allí, Ottmar Hitzfeld le dio la capitanía y lo reconvirtió en líbero. Entre 1994 y 1996 ganó dos Bundesligas consecutivas y en 1997, la Champions League. A fines de 1997, se rompió el ligamento cruzado anterior de la rodilla derecha y se sometió a cinco operaciones, pero por diversas infecciones no pudo hacerse un lugar en el Mundial 1998 y se retiró del fútbol con 31 años.
Si bien no jugó la final, Steffen Freund era el volante central del Borussia Dortmund campeón de Europa. Era reconocido por ser bastante áspero y por tener un fuerte temperamento, y en una entrevista reconoció: “Los futbolistas de Alemania del Este tenemos más garra que los del Oeste. Venimos de un país más pobre y desde pequeños sabemos que hay que luchar y trabajar duro para salir adelante”. Surgido de Stahl Brandeburgo, el ya disuelto equipo fundado por los acereros de su ciudad natal, Freund fue buscado por la Stasi para llevarlo al Berliner FC Dynamo cuando era adolescente, pero se negó porque quería debutar en el primer equipo de Stahl. Su primer club post reunificación fue Schalke 04, aunque sus mejores años en Alemania los pasó en Dortmund. En 1998 dejó su país para jugar en Tottenham, donde estuvo cinco años y rápidamente se convirtió en un favorito de los hinchas. Inducido al Salón de la Fama de los Spurs, lleva siete años en Londres alternando entre la coordinación de las divisiones inferiores y el cargo de ayudante de campo.
En contraste, Uwe Rösler no pudo adaptarse a la vida en Alemania Occidental. Cuando cayó el Muro de Berlín, era el centrodelantero más importante de la DDR-Oberliga. Jugó en Lokomotive Leipzig, Chemie Leipzig, 1. FC Magdeburg y Dynamo Dresden, hasta que en 1992 lo compró Núremberg. En el equipo bávaro jugó 28 partidos, en los que no pudo convertir. Consultado por Deutsche Welle sobre las diferencias entre ambos Estados, Rösler confesó: “En el Este se trabajaba más en equipo y se hacía todo a nivel colectivo. En Núremberg me fue mal porque me costó adaptarme a la nueva vida. Los contratos y la sociedad eran diferentes y tenía que arreglármelas yo solo para sobrevivir. Era muy ingenuo y notaba que el Muro aún estaba en la mente de muchas personas”. Como Freund, es muy reconocido en Inglaterra. En Manchester City anotó 50 goles en 154 partidos, para ser el máximo goleador del club en la década del ’90.
Selección de Alemania: antes y después de la reunificación
La República Federal de Alemania siempre fue una potencia futbolística. De hecho, en el primer Mundial que disputó bajo esa denominación salió campeón en Suiza 1954 (en Brasil 1950 no participó porque su Federación aún no había sido reconocida por la FIFA). Nunca se perdió una Copa del Mundo y, además del ’54, conquistó las ediciones de 1974 como local y la de Italia 1990 mientras se planificaba la reunificación alemana que llegaría a principios de octubre. También perdió las finales en Inglaterra 1966, España 1982 y México 1986, y se quedó con la medalla de bronce en México 1970.
Su primera Eurocopa la jugó en Bélgica 1972 y, al igual que en su primer Mundial, salió campeón. En Yugoslavia 1976 fue finalista y cuatro años más tarde se quedó con el título en Italia. En los Juegos Olímpicos de Seúl 1988 obtuvo la medalla de bronce.
La selección de la República Democrática Alemana solo jugó un Mundial. Lo hizo en 1974, en la otra Alemania, y se dio el lujo de superar 1-0 al campeón en Hamburgo con gol de Jürgen Sparwasser. Ese resultado le sirvió para ganar el Grupo 1. La RDA quedó eliminada en segunda ronda y finalizó en un meritorio sexto lugar. Un mes antes de la Caída del Muro, Alemania del Este le ganó 2-1 a Unión Soviética -Sammer anotó el segundo gol- y se ubicó en puestos de clasificación a Italia 1990 a falta de una fecha. El 15 de noviembre de 1989, perdió 3-0 en Austria y quedó eliminado.
Nunca clasificó a una Eurocopa, pero sí se subió a tres podios olímpicos consecutivos: bronce en Múnich 1972, oro en Montreal 1976 y plata en Moscú 1980. En 1990 el país se disolvió y la selección de fútbol fue absorbida por el equipo de Alemania Federal.
En la Eurocopa 1992, Alemania disputó su primer torneo como selección unificada y perdió la final contra Dinamarca. La lista de veinte jugadores tuvo tres representantes del Este: Matthias Sammer, Andreas Thom y Thomas Doll. En el Mundial 1994 el único que repitió fue Sammer y a él se le sumó el delantero Ulf Kirsten.
Alemania ganó su tercera Eurocopa en Inglaterra 1996. Ese año Sammer fue el ganador del Balón de Oro y, en la lista de veintitrés, estuvo acompañado por otros dos oriundos de Alemania Oriental: Steffen Freund y René Schneider. Contando a ellos tres, son cuatro los jugadores de la antigua RDA en levantar un trofeo con “Die Mannschaft”. El restante es Toni Kroos, único oriental en el plantel campeón del mundo en Brasil 2014. Marcel Schmelzer fue parte de la lista de treinta, pero no pasó el último corte.
El equipo mundialista que más jugadores nacidos en el Este teutón integraron fue el de 2002, que contó con seis: Michael Ballack, Bernd Schneider, Thomas Linke, Marko Rehmer, Carsten Jancker y Jens Jeremies; mientras que en la Eurocopa 2008, cinco orientales llegaron a la final: el mencionado Ballack, Tim Borowski, Clemens Fritz y los arqueros suplentes Robert Enke, quien se suicidó un año más tarde, y René Adler.
Como hace tres décadas, los mejores futbolistas se van a temprana edad de los clubes que los forman y hacen sus carreras en equipos del sector más rico del país. Por ejemplo, Kroos hizo inferiores en Hansa Rostock y a los 16 años fue reclutado por el sector juvenil de Bayern Múnich.
Clubes del Este en las ligas profesionales
Cuando se disolvió la República Democrática de Alemania, el apoyo económico que recibían los clubes desapareció. No apareció ninguna empresa de la RFA que les ayudara a ser competitivos en un fútbol de mercado y a la Federación de la Alemania Occidental no le importó fusionar ambas ligas. Además, los equipos del Oeste aprovecharon la cantidad de grandes futbolistas que había en Oriente y se los llevaron a bajo costo, de modo tal que los ingresos eran insuficientes para mejorar la infraestructura de los clubes. Uwe Rösler manifestó en una entrevista para la Deutsche Welle: “No niego que hubo un mal manejo dirigencial después de la reunificación, ¿pero cómo una institución del Este va a saber administrar un club de fútbol tan rápido cuando nunca habíamos hecho eso antes?”
56 equipos juegan profesionalmente al fútbol en Alemania en la temporada 2019/2020, pero solo nueve de ellos jugaban en la DDR-Oberliga. Unión Berlín es el único que juega en la Bundesliga, mientras que en la 2. Bundesliga participan Erzgebirge Aue y Dynamo Dresden. La 3. Liga no responde a la DFL (Deutsche Fussball Liga), sino que la organiza la Federación Alemana de Fútbol. En ella aparecen Chemnitzer FC, FSV Zwickau, Hansa Rostock, Carl Zeiss Jena, 1. FC Magdeburg y Hallescher FC. De estos nueve equipos, la mayoría está luchando por no descender de sus respectivas categorías.
Otros históricos de la DDR forman parte de la semiprofesional Regionalliga Nordost, la cuarta división que está dividida en cinco zonas: Norte, Nordeste, Oeste, Sudoeste y Baviera. Sin embargo, muchas escuadras que pasaron grandes momentos en el fútbol germano oriental juegan en divisiones amateurs mientras hacen lo posible para no quebrar económicamente.
Los triunfos de Unión Berlín en la máxima categoría deberían ser festejados por todos los clubes del Este teutón. Sobrevivió a graves problemas financieros y hoy en día compite de igual a igual contra las grandes potencias futbolísticas de Alemania, e incluso logró ante Borussia Dortmund su primera victoria por Bundesliga. En el próximo mes de octubre se cumplirán 30 años de la reunificación alemana, pero en el fútbol esa reunificación nunca sucedió.
- AUTOR
- Guido Antonelli
2 Comments
Diego
08. ene, 2020Felicitaciones Guido por la nota, se nota que hay un trabajo de investigación importante detrás. Sigo al fútbol alemán regularmente desde hace varios años, me informo mucho de los equipos y los campeonatos y sin embargo hay varios datos que no conocía. Gracias.
Guido Antonelli
29. ene, 2020Muchas gracias por el comentario, Diego! Me alegra que te haya gustado la nota