Historias
La fruta prohibida, el gol y la foto
Si uno repasa la historia del fútbol argentino, tiene que remontarse a mediados de los años 80 para dar con un equipo de la Patagonia formando parte de un torneo de Primera División. Sí, desde la participación del Club Cipolletti de Río Negro en el Nacional 1985, ningún equipo al sur del Río Colorado formó parte de la élite del fútbol gaucho.
En los años 60 y 70 la producción de peras, pero en particular de manzanas, tuvo un auge muy importante en la región del alto valle de Río Negro, y ciudades como Cipolletti crecieron mucho. Y a la par de ellas algunos clubes. Un caso que nos sirve de análisis y que refleja ese crecimiento abrupto es del club homónimo de la ciudad.
El albinegro, por aquellas épocas en las que la manzana era sinónimo de abundancia para la región, se hizo fuerte gracias al aporte de los productores regionales y del gran poder adquisitivo del pueblo. Así fue como grandes equipos comenzaron a visitar el estadio “La Visera de Cemento”, en principio para disputar amistosos y después para jugar partidos oficiales en las participaciones de Cipo en los torneos Nacionales.
El primer grande que pisó el césped de La Visera fue Independiente de Avellaneda, flamante campeón de la Copa Libertadores, en 1964. En el derrotero de equipos que jugaron en Cipolletti a estadio lleno podemos mencionar a San Lorenzo (triunfo por 1 a 0), Boca (histórica goleada 4 a 2), Peñarol de Uruguay, Colo Colo de Chile, la selección de Polonia y Cosmos de Nueva York con Franz Beckenbauer a la cabeza, entre otros.
Pero en este caso nos vamos a detener puntualmente en dos visitas, que refieren a dos equipos distintos, dos anécdotas distintas pero con un mismo protagonista. Cuentan las crónicas que antes que Diego Maradona convirtiera su primer gol con la selección mayor, a Escocia en junio del 79, un seleccionado Sub 20 disputó un amistoso contra Cipolletti.
El 8 de abril de 1977, un equipo argentino juvenil en formación visitaba al conjunto rionegrino. Entre otros, en esa selección jugaban Sergio Olarticoechea, Edgardo Bauza y un tal Diego Maradona. Fue el segundo partido de una mini gira, que comenzó con un 3-2 ante un combinado de Chascomús, en el que Maradona no convirtió, seguido por un 2 -1 ante Cipolletti, en la Visera de Cemento.
Según narra un artículo del diario Río Negro: “Maradona, con un desconcertante cambio de piernas dentro del área, desequilibró a sus marcadores y entrando raudamente con un disparo al ras del suelo decretó el dos a uno”. Fue allí, ese fue el primer gol del Diego con la camiseta argentina, vestido de blanco y con el escudo de la AFA en el corazón. No hay video, pero sí está el recuerdo, quienes estuvieron presentes aquel día no lo olvidan.
Al año siguiente, a poco más de un mes de comenzar el Mundial de 1978, Argentina volvió a visitar la ciudad del Valle. El equipo dirigido por César Luis Menotti realizó una gira por el país, antes de ganar el primer Mundial, y también antes de que el Flaco decidiera desafectar a Maradona de aquel plantel mundialista.
El equipo argentino llegó en avión al aeropuerto de Neuquén, no lo esperaba un micro, tampoco había remises preparados para la ocasión. Dirigentes de Cipolletti, con sus propios autos, se peleaban por llevar a Américo Gallego, al propio Menotti, a Daniel Bertoni, y al resto de los consagrados, que uno por uno se fueron yendo del aeropuerto al hotel. Uno de los últimos en bajar del avión fue Maradona y uno de los últimos en llegar con su auto fue Omar Perales, ex jugador del albinegro.
Entre las últimas almas perdidas que esperaban el traslado al hotel, Perales divisó a un pibe de melena enrulada y mirada tímida: “Vení pibe, yo te llevo”. Maradona, que todavía no era “El Diego”, se subió al Renault 12 de Perales, que no sabía quién iba a ser Maradona, pero si había oído hablar de él y de lo que prometía su futuro.
El ex artillero de “Cipo”, ese día devenido en chofer, no dudó en pedirle una foto y poner condiciones. Al haber sido el único que quiso llevar a Maradona al hotel, Perales le pidió que en aquella visita no se sacara fotos con nadie más. Y al parecer Pelusa cumplió.
La foto está, ¿será la única de esa visita? Nadie lo sabe, lo cierto es que es la única que se conoce.
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- AUTOR
- Matías Zampini
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