Copas europeas
La gesta de Gibraltar
El fútbol es impredecible y por eso es uno de los juegos más bellos jamás creados por el hombre. Existen tantas variables, tantas circunstancias incalculables que lo impensado está un poco más cerca. En el fútbol nos es permitido imaginar hazañas mucho más seguido que en la vida cotidiana. Claro que esto no sucede a diario. Pero cuando veintidós jugadores saltan a la cancha para disputar un partido se abren las puertas de aquellos universos en los que no todo es como se supone que debe ser. Es entonces cuando soñamos con la victoria del humilde contra el poderoso. Cuando el arquero que viaja en bicicleta a los entrenamientos ataja el disparo del delantero consagrado. Cuando un equipo gana destrozando los planes de un aparato empresarial y mediático que bregaba por el rival vencido.
Uno de estos episodios tuvo lugar el martes 12 de julio de 2016. Ante la mirada inevitable de un gigante de piedra, el semiprofesional Lincoln Red Imps de Gibraltar venció 1 – 0 al Celtic de Escocia por la segunda ronda clasificatoria de la UEFA Champions League. El gol de la victoria, que fue el primero de un equipo del territorio a un par profesional, fue anotado por Lee Casciaro, un oficial de policía.
El fútbol en Gibraltar está signado por una paradoja propia de su estatus político. La península del Peñón es considerada un territorio de ultramar del Reino Unido, como las Islas Malvinas. Su Asociación de Fútbol fue fundada en 1895, lo que la convierte en una de las más antiguas del mundo. Sin embargo, recién fue admitida como un miembro pleno de la UEFA en 2013. Después de más de un siglo de ostracismo, tanto la selección como los equipos de la liga gibraltareña tienen acceso a las competencias internacionales organizadas por el máximo ente europeo. En mayo de 2016, finalmente, Gibraltar fue admitida como un miembro más de FIFA.
En ese escenario emerge la figura de un cuadro: el Lincoln Red Imps. El club, también llamado “The Devils” (los Diablos), fue fundado en 1976 y desde entonces ha ganado 22 títulos de liga. El uruguayo Julio César Ribas dirige un plantel semiprofesional que reparte sus días entre trabajar por las mañanas y entrenar por las tardes. De los jugadores sólo cinco son profesionales: el resto se compone entre policías, empleados administrativos y aduaneros, entre otros.
Uno de los pilares del Lincoln, que hoy buscará la hazaña en Celtic Park, es Yeray Patiño Blasco, un jugador español surgido en el Elche F.C. “La realidad es que todavía no creemos lo que conseguimos el otro día. Tendrá que pasar tiempo para asimilarlo. Todo Gibraltar se volcó con nosotros”, dijo el mediocampista en entrevista exclusiva para Cultura Redonda. “Somos un equipo humilde y llevamos este presente con tranquilidad y alegría.” El español confesó que apenas terminó el partido del martes pensó en su familia y amigos, quienes habían recorrido 600 kilómetros para verlo jugar. “Me vieron ganar en persona un partido de Champions League contra un grande del fútbol como el Celtic. Eso es algo que queda para toda la vida”.
Yeray cuenta que el plantel vive con mucha naturalidad el semiprofesionalismo. “La gente que trabaja, ahí la tienes… Trabajando, compitiendo y encima ganando.” El caso de Roy Chipolina, el capitán de los Red Imps, lo demuestra. Para poder viajar a Glasgow a jugar el partido de vuelta y no tener inconvenientes en su trabajo en la aduana, el defensor tuvo que usar días de sus vacaciones.
Hoy, el Lincoln Red Imps jugará en un estadio cuya capacidad duplica la población de Gibraltar. Frente a ellos estará el Celtic, el gigante escocés otrora campeón de Europa. En las gradas, una multitud verde y blanca entonará su clásico You’ll never walk alone. Entonces, un rato antes de las 10 de la noche lluviosa de Glasgow, quizás el fútbol nos regale otro episodio de aquellos en los que el sueño desmesurado de un grupo de hombres humildes puede más que el poderoso.
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- Cultura Redonda
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