América
La gloriosa década del ’80
En muchos aspectos la década de los ochenta fue una época bisagra para Argentina, posiblemente con excepción del terreno económico. La recuperación de la democracia, el surgimiento de bandas de rock icónicas, tanto para Argentina como para el resto de América Latina, como Soda Stéreo, Los Redondos, Sumo, Virus, Los Fabulosos Cadillacs. Y, obviamente, está el fútbol. Una década dorada. Nos proponemos sumergirnos en ese futbol argentino de los años ochenta a partir del mayor logro de la década: el mundial de México 1986. La Copa de Diego Armando Maradona. Pero… ¿Cómo se conformó el plantel campeón? ¿De qué equipos surgió la selección?
Vamos a empezar por el cuerpo técnico: Carlos Salvador Bilardo, Carlos Pachamé y Raúl Madero, entre otros trabajaron en Estudiantes de La Plata que en 1982, quince años después de su primera y hasta ese momento única conquista nacional se impusieron en el Nacional 1982 dos puntos por encima de Independiente. Dos jugadores claves de dicho plantel dijeron presente en la final de México 86. José Luis Brown, zaguero central de ese Estudiantes y Marcelo Trobbiani, habilidoso mediocampista que sustituyó en el último minuto a Jorge Burruchaga. Estudiantes repetiría la hazaña en el torneo inmediato después, el Metropolitano 1983, ya sin Bilardo que había sido contratado para dirigir a la selección y reemplazado por Eduardo Luján Manera, pero con la incorporación de un joven arquero de 18 años en el plantel, Luis Alberto Islas, quien sería suplente de Nery Pumpido en la cita mexicana tres años después. En la final del Metropolitano, el equipo derrotado fue precisamente Independiente.
Si bien Independiente acabó derrotado en esos dos torneos por Estudiantes, tendría revancha en el Nacional 1983, con el agregado de ganarle a su clásico rival Racing Club y enviarlo por primera vez a jugar en la segunda categoría. Con un mediocampo de antología que salía de memoria: Ricardo Giusti, Claudio Marangoni, Ricardo Bochini y Jorge Burruchaga. Con excepción del segundo, espigado y rubio volante central, los tres fueron campeones en México con Giusti y Burruchaga en un papel preponderante. Otro campeón del “Rojo” que diera la vuelta en México sería Néstor Clausen, que estuvo presente sólo en el primer partido contra Corea del Sur. Independiente dirigido por José Omar Pastoriza tendría su año de gloria en 1984 ganando la Copa Libertadores al derrotar a Gremio, por 1-0 en el global con un gol de Burruchaga y obtendría su segunda Copa Intercontinental al derrotar a Liverpool por uno a cero.
Tanto el torneo previo a los dos campeonatos de Estudiantes de La Plata como el posterior al ganado por Independiente fueron ganados por un equipo cuyo único palmarés al momento son esos dos torneos. Una institución modelo de la década del ochenta: el Club Ferro Carril Oeste. Dirigido por Carlos Timoteo Griguol se impuso en la final del Campeonato Nacional 1982 a Quilmes consagrándose de manera invicta y en la del Nacional 1984 ni más ni menos que a River Plate. Un equipo para la historia del cual participó el lateral izquierdo Oscar Garré, quien disputara como titular los primeros cuatro partidos en México 1986 quedando afuera del encuentro con Inglaterra por doble amarilla, perdiendo el puesto con Julio Olarticoechea.
Luego de Ferro apareció el otro gran equipo que nunca se había consagrado campeón. Otro equipo que, al igual que Ferro que es del barrio porteño de Caballito, tiene un fuerte arraigo barrial. Nos referimos a Argentinos Juniors, del barrio de Paternal. Argentinos ganaría el Metropolitano 1984 y el Nacional 1985, el último torneo de este tipo. Su hegemonía no se detuvo allí sino que también se hizo con la Copa Libertadores 1985 y perdió por penales tras igualar 2-2 con la poderosa Juventus liderada por Michel Platini en un partido que es recordado por muchos como el mejor disputado en suelo japonés. De aquel equipo de los “Bichos Colorados” hubo uno que fue un pilar clave en el campeón en México: el volante central Sergio Batista. También participaron Claudio Borghi, posiblemente el mejor jugador de Argentinos y Pedro Pablo Pasculli, quien había dejado Argentinos luego del Nacional 1985 para ir a jugar al Lecce. Asimismo, de Argentinos surgió el mejor jugador de la historia, para muchos, pero el que fue unánimemente elegido como mejor jugador del Mundial 86: Diego Armando Maradona. Maradona en 1981 ya se había ido de Argentinos a Boca Juniors, luego al Barcelona y al Napoli, historia ya conocida por todos.
Precisamente Boca Juniors tuvo dos campeones del mundo en una década que tal vez fue la más complicada de su rica historia. Una década con crisis económica saneada en buena medida por la gestión de Antonio Alegre a partir de 1985 y ningún campeonato nacional desde el Metropolitano 1981 al Apertura 1992, con la excepción internacional de la Supercopa 1989. Esos dos jugadores de Boca tuvieron la particularidad de pasar directamente de River a Boca. Fueron Olarticoechea, titular y clave a partir del partido de cuartos con Inglaterra y Carlos Tapia, quien disputó apenas unos minutos precisamente contra Inglaterra, con un tiro en el palo inclusive. Ellos hicieron el salto de vereda precisamente por un conflicto suscitado en Boca por dos jugadores: Oscar Ruggeri y Ricardo Gareca, que solicitaron la libertad de acción y firmar con River. El conflicto terminó saldándose con River con el paso de esos dos jugadores. Ruggeri sería parte fundamental del título en México y Gareca no fue de la partida, pero marcó el gol agónico que otorgaría la clasificación contra Perú.
River Plate tuvo unos años complicados luego del Nacional 1981 ganado con Alfredo Distéfano en el banco y que sería el último título como jugador en clubes de Daniel Passarella, campeón en México sin disputar un minuto, mientras jugaba en Fiorentina previo a su paso a Internazionale. La crisis llegó a tal punto que quedó anteúltimo en el Metropolitano 1983. Sin embargo, desde el torneo 1985/1986 con la dirección técnica de Héctor Rodolfo Veira encadenó una serie de triunfos que culminarían en la obtención de la primer Copa Libertadores y Copa Intercontinental. Partes fundamentales de este triunfo también dieron la vuelta olímpica como titulares en México 86, culminando un año campeones de todo. Ellos fueron Nery Pumpido, Oscar Ruggeri y Héctor Enrique. Pero también tuvo tres uruguayos clave que fueron mundialistas: Antonio Alzamendi, Nelson Gutiérrez y Enzo Francescoli, quien partió al futbol francés antes de la Libertadores.
El cordobés José Luis Cuciuffo fue campeón del mundo jugando para Vélez y un año después de ganar el título pasaría a Boca. Vélez Sarsfield tuvo una década donde fue muy competitivo en el primer lustro, pero donde la segunda parte fue un equipo que estuvo en mitad de tabla y recién en la década del 90’ se convertiría en el equipo multicampeón nacional, sudamericano y mundial.
Jorge Valdano, jugador clave en México 1986, había dejado el país en 1975 de Newell’s Old Boys para desarrollar una muy exitosa carrera en España, con su punto máximo de dos ligas consecutivas con la llamada «Quinta del Buitre» en Real Madrid y dos Copas UEFA.
Queda por señalar a dos jugadores que no tuvieron participación en cancha en la gesta mexicana. Uno fue Sergio Almirón, puntero izquierdo de un Newell’s Old Boys que en 1987/88 obtendría su segundo torneo dirigido por José Yudica y donde participarían jugadores que luego serían mundialistas en Italia 90’ como Néstor Sensini, Gustavo Dezotti o Abel Balbo.
El otro es el tercer arquero Héctor Zelada que surgió de Rosario Central, aunque emigró hacia México en 1978, con una prolífica carrera en América y Atlante. Aprovechamos su mención para destacar un logro inédito de Rosario Central. Comenzó la década del 80’ con todo, obteniendo el Nacional 1980. Sin embargo, unas malas campañas acabaron por hacerlo descender en 1984. Un año después volvía a primera ganando la Primera B y doce meses después obtendrían el torneo de primera división, un hecho inédito en la historia del futbol argentino. Edgardo Bauza, actual entrenador de la selección y mundialista en Italia 90 sin disputar minutos, fue parte fundamental de todos estos títulos.
Si bien señalamos a José Luis Brown al comienzo de esta nota como parte de ese Estudiantes campeón, al momento de la cita mexicana, se encontraba jugando en Deportivo Español. Brown apenas jugó 5 partidos en el equipo “gallego”, que tuvo su momento de gloria precisamente en ese momento, alcanzando un subcampeonato en 1985/86, un tercer puesto en 1988/89 con un equipo que salía de memoria.
Hubo dos equipos grandes que no tuvieron participación de jugadores en México. No fue casualidad que hayan sido los dos equipos grandes que descendieron en esta década y no ganaron títulos. San Lorenzo de Almagro fue el primero en hacerlo en 1981, con un regreso muy festejado en 1982 y saliendo subcampeón en 1983. Poco después de México 86 surgiría el equipo apodado “Los Camboyanos”, un equipo muy aguerrido en un contexto institucional y económico muy malo de los “Cuervos”. Por último, Racing Club descendió en 1983. Le costó dos años volver a primera división, recién a fines de 1985. Sin embargo, la década culminó con la obtención de la primera Supercopa en 1988, primer título de la institución en 21 años, aunque la crisis institucional continuaría por un buen tiempo más.
Ya estamos culminando el repaso por la gran década de 1980, donde comenzó el programa Fútbol de Primera. Una década donde los equipos sostenían sus planteles, donde era muy difícil entrar en el fútbol europeo. Una década donde los chicos fueron más grandes que los grandes que, salvo Independiente, atravesaron momentos de dificultad. Una década de tres libertadores seguidas con tres equipos distintos y grandes partidos en Copas Intercontinentales. Una década donde se terminaron de disputar los torneos nacionales, donde equipos como Loma Negra de Olavarría o los cordobeses Talleres y Racing fueron competitivos. Donde Temperley llegó a una semifinal. Platense esquivando el descenso, torneo tras torneo. Una década donde nos quedó señalar muchos jugadores clave como Juan Ramón Comas, Luis Amuchástegui, Norberto Alonso, Claudio Morresi, Jorge Rinaldi, Enrique Hrabina, Julián Camino, Juan Gilberto Funes, Alejandro Sabella, José Daniel Ponce, Roberto Passucci, Alberto Márcico, Gerónimo Saccardi, José Percudani, Walter Perazzo, Mario Husillos, Víctor Rogelio Ramos, Gerardo Martino, Miguel Colombatti, José “Toti” Iglesias, José Luis Rodríguez, Omar Palma, los uruguayos Juan Ramón Carrasco y Rubén Paz, el peruano Franco Navarro, el paraguayo José Luis Félix Chilavert en el arco de San Lorenzo. Los inicios de Néstor Gorosito, Alberto Acosta, Fernando Redondo y Oscar Dertycia y las últimas etapas de goleadores como Carlos Bianchi o Carlos Morete. Arqueros como Carlos Barisio, récord de minutos sin recibir goles, Enrique Vidallé, Norberto Scoponi o las últimas etapas de Ubaldo Matildo Fillol o Hugo Orlando Gatti.
Una década gloriosa que marcó a fuego el fútbol argentino.
- AUTOR
- Pablo Dragun
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