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La historia del falso 9 y sus intérpretes
En el fútbol, en el presente y por muchos momentos, se habla de la existencia de lo novedoso. Ciertos sistemas tácticos “nuevos” que emplean algunos equipos, o un determinado movimiento en especial de un entrenador, se los adjudican como inventos pero, luego de investigar en el pasado, termina ocurriendo siempre lo mismo; este deporte tuvo tantos cambios a lo largo de los siglos, que ya está todo creado. O, en realidad, queda muy poco espacio para el ingenio.
Un ejemplo, de lo referido anteriormente, es el famoso falso 9. En la modernidad del fútbol, cuando se habla de ese rol en particular, la mente instantáneamente gira hacia Lionel Messi con Pep Guardiola. Sin embargo, el ahora técnico del Manchester City repitió, en numerosas ocasiones, que “las ideas son de todo el mundo y yo he robado lo máximo posible”. No sería difícil de suponer que, al catalán, se le ocurrió colocar al futbolista argentino en esa posición por lo que aprendió de su maestro Johan Cruyff. El desconocimiento llevó a decir que fue un invento de Guardiola, pero la historia indica que el primer falso 9 se vio en la década del ’50.
Aunque en ciertos textos, y puede llegar a generar debate, se hace mención a que Matthias Sindelar fue el primero en jugar en ese rol por primera vez en los años ’30, con el famoso Wunderteam –así se la conocía a la selección de Austria–, la fecha históricamente reconocida es la del 25 de noviembre de 1953. Aquel día, Hungría jugó en el Wembley Stadium frente a Inglaterra, en uno de esos partidos que quedan como referencia sin importar el año transcurrido. El resultado fue a favor de los visitantes por 6-3, con tres goles de Nándor Hidegkuti posicionándose como falso 9 y revolucionando, por ese entonces, la manera de atacar –y también de defender de sus rivales–.
Probablemente Guardiola haya aprendido el rol de falso 9 procedente de Cruyff, de cuando dirigía al Barcelona en la década del 90 y el catalán formaba parte del plantel. Cruyff apostó por colocar al danés Michael Laudrup, jugador de extrema inteligencia y con una capacidad para meter pases poco antes vista, como falso 9 en su 3-4-3. De esta forma y, sumado a muchas otras circunstancias que terminaron por conformar un gran equipo, el Barcelona logró ganar, en 1992, su primera Copa de Europa de la historia.
Se encuentran numerosos casos en los que un futbolista cumplió este papel determinado a lo largo de las décadas y años, como también, seguramente, haya otros miles de ejemplos que se desconozcan. Menotti ubicó por el centro del ataque a Diego Maradona durante su época en Barcelona. Podría decirse que Pelé, en el Mundial de 1970 –por nombrar un campeonato dentro de todo cercano en la carrera del futbolista– ejerció ese rol, si es que a esta clase de jugadores se las puede referenciar por una posición en particular.
Acercándose más al presente o a tiempos no tan lejanos, Francesco Totti también es uno de los futbolistas utilizados como falso 9. Luciano Spalletti, el actual entrenador de la Roma, fue quien le demandó al italiano cumplir regularmente esas funciones allá por 2005, cuando el técnico dirigió por primera vez al equipo de la capital hasta 2009. Y desde luego, ya hacia el final de su carrera, primero con Rudi García y ahora nuevamente con Spalletti, sigue ejerciendo ese rol determinado cuando le toca jugar.
En la Eurocopa de 2012, pudo verse otro ejemplo del rol, que en este caso lo cumplió Cesc Fábregas con la selección española –posterior campeona del torneo–. El hoy jugador del Chelsea es un mediocampista puro, pero que ejerció como falso 9 por orden del entrenador Vicente del Bosque, y que terminó por ser de gran ayuda por sus características y por la manera de jugar del equipo.
Pero, como exponente máximo del fútbol moderno en la cuestión del falso 9, tal cual se hizo referencia, Messi es el principal caso. Guardiola lo movió de la banda derecha hacia el centro porque, en general, la clave para ganar los partidos está en crear superioridad por el medio. Y, además, para acercar al argentino al área, aunque probablemente el técnico no hubiese imaginado (o sí) que el argentino pueda llegar a tener la capacidad goleadora que demostró. La intención del de Santpedor era quitar referencias a los marcadores centrales, que Messi pueda asociarse por carriles interiores y liberar un espacio al arrastar a un zaguero y sacarlo de su posición.
Es necesario poseer ciertas características propias para poder ejercer de falso 9 pero, como lo demanda la historia, lo que más importa, entre otras cosas, es el contexto. Tal es así, que este rol lo ocuparon jugadores que no tenían por qué ser iguales unos de otros, ni tampoco sus equipos jugaban de la misma manera, porque el fútbol constantemente va cambiando y evolucionando.
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