Calcio
La importancia de un proceso
En un fútbol como el actual, en el que la cantidad de dinero que se maneja y circula es de una proporción inmensa, y en el cual esto logra que la brecha entre los equipos grandes y menores cada vez se agrande un poco más, historias como la del Crotone tienen un color e interés especial para el aficionado común.
Crotona, localizada en la región de Calabria, es una ciudad que se ubica al sur de Italia y que alberga a, aproximadamente, 62.000 personas. En general, las condiciones que se presentan en este sitio son precarias, porque además, en un estudio que realizó el ISTAT en 2015 (Instituto Nacional de Estadística de Italia), se llegó a la conclusión de que la mayor tasa de desempleo se encuentra en esta localidad (31%).
En lo que respecta a lo deportivo, el último representante de Crotona en la Serie A fue el Reggina, allá por 2009. Y para la temporada 2016/2017 tendrá un nuevo equipo: el Crotone. Los pitagorici –les apodan así por el conocido matemático Pitágoras, quien fundó y dirigió una famosa escuela en el tiempo que vivió en la ciudad- ascendieron, por primera vez, a la máxima división de Italia en sus 93 años de historia. Sin lugar a dudas es el mayor hito del club, pero lo realmente llamativo y curioso es el proceso que se desarrolló previo a este logro tan significativo.
En 1991, el Crotone se encontraba en la Octava División, y nueve años después alcanzó a subir hasta la Serie B. Los artífices de tal transformación son Raffaele Vrenna -presidente actual desde hace 25 años- y Beppe Ursino -21 años siendo el director deportivo-, dos décadas encargándose de administrar y organizar el club, por lo que lo convierte en algo ciertamente utópico, ya que en el fútbol actual cada vez se ve menos estabilidad en cuanto a proyectos se refiere.
El Crotone, la temporada pasada, es decir la 2015/2016, se salvó del descenso solamente por un punto. Entonces, difícilmente, el objetivo hubiese sido otro que mantener la categoría el año próximo. Con equipos como el Cagliari, Pescara, Bari o Cesena, claros favoritos para ascender a la Serie A, pensar en terminar arriba de ellos en la tabla era, con cierta coherencia, inapropiado. Sin embargo, a pesar de lo dicho anteriormente, los pitagorici terminaron en la segunda posición -tan solo a un punto del Cagliari- y jugarán, esta campaña, en la máxima división de Italia.
La filosofía que tuvieron Vrenna y Ursino, para la conformación del plantel, fue acorde a la situación del club, por eso se intenta remarcar el logro que consiguieron. No gastaron ni un solo centavo en contrataciones, ya que lo integraron 1) agentes libres, 2) a préstamo de otros equipos y, por último, 3) futbolistas de la cantera del Crotone, por lo que los dirigentes y el entrenador croata Ivan Jurić debieron emplear todos sus conocimientos para fijar la mira y fichar jugadores “desconocidos”.
Ante Budimir, delantero del St. Pauli, no había podido convertir ni un solo gol en 19 partidos disputados en la Segunda División alemana. El Crotone mostró interés por él, consiguió la cesión del croata y rindió a gran nivel, al anotar 17 tantos en la Serie B. Sin embargo, luego de comprarlo definitivamente a fin de temporada, fue vendido a la Sampdoria. Otro ejemplo es el de Federico Ricci, extremo de la Roma. El conjunto de la capital lo prestó en la temporada 2014/2015, pero fue en la siguiente campaña en la que explotó: 11 goles y 8 asistencias.
También se encuentra Raffaele Palladino, un futbolista ya algo mayor (32 años) que se unió al equipo calabrés luego de la quiebra del Parma. Le aportó a un plantel -edad media de 25 años- la experiencia necesaria, ya que en el pasado había jugado con la Juventus y Genoa -entre otros-. Por último, los jovencísimos Eloge Koffi Yao (central marfileño de 20 años a préstamo del Inter), y los italianos Leonardo Capezzi (21) y Andrea Barberis (22) en el mediocampo, fueron una parte importante para el hito que significó el ascenso a la Serie A.
Pero nada de esto se hubiese cumplido sin Jurić, el encargado de dirigir al equipo, y de tan solo 40 años. En su época de futbolista jugó cinco temporadas en el Crotone, y el técnico, por ese entonces, era Gian Piero Gasperini. Luego, el entrenador italiano tomó el mando del Genoa en 2006, se llevó consigo al croata y, cuando este mismo se retiró en 2010, comenzó a trabajar como ayudante de campo de Gasperini. “Le debo casi todo”, confesó Jurić recientemente. Debido a ese aprendizaje es que comenzó a emplear el 3-4-3, con la idea de atacar más y utilizar un pressing ante cualquier rival. Pero no todo es la ofensiva, ya que el equipo calabrés terminó siendo el conjunto menos goleado de la Serie B (36 goles en 42 partidos disputados).
Sin embargo, a causa de sus métodos y, obviamente, a los resultados que logró, decidió aceptar una oferta del Genoa y se transformó en el nuevo técnico para la temporada 2016/2017. Habrá que ver si el Crotone podrá mantenerse en la máxima división luego de su primer ascenso en su historia, ya que la pérdida de Jurić más la de otros futbolistas como Budimir, Yao y Ricci -a sabiendas de no poder predecir el rendimiento de sus reemplazantes- es duro para el equipo. Además no podrá ser local en su cancha, al menos hasta diciembre –fecha en la cual concluirán las refacciones-, porque no cuenta con la capacidad reglamentaria (el estadio alberga a 9.000 espectadores, se necesita al menos 16.000) y, además, por no poseer la tecnología del gol en la línea del arco obligatoria. Por eso se mudarán hasta Pescara -600km de distancia entre esta ciudad y Calabria- cuando tengan que ejercer la localía.
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