Informes
La letra chica del pase de Neymar
No descubrimos nada al decir que Neymar da Silva Santos Júnior, o simplemente Neymar, es un excelente jugador. Capitán y figura de la Selección de Brasil, formó parte de un tridente histórico del Barcelona junto a Lionel Messi y Luis Suárez. Pero hablar de la carrera deportiva no solo sería reiterativo sino también superfluo, puesto que Ney logró destacarse no solo como un gran deportista sino también como una figura comercial de impacto mundial. Imagen de la nueva era de Nike, de altísimo perfil en redes sociales, el brasileño ha tenido un gran atractivo comercial desde sus primeros años como profesional en el Santos de Brasil. Y justamente, fue ese imán para el dinero sobre lo que hablaremos aquí, sin dejar de señalar la estructura jurídica y financiera que hizo de su transferencia al PSG el fichaje más caro de la historia del fútbol
Del jugador local al modelo global
Con 17 años, Neymar había destacado en las categorías inferiores del Santos y se postulaba como la nueva figura del equipo paulista. La permanencia del “crack” en el primer equipo era algo que no se sostendría demasiado, puesto que los equipos europeos habían puesto el ojo en el jugador hacia ya varios años y tentaban con sumas de dinero por demás inalcanzables para cualquier conjunto sudamericano. Es entonces cuando DIS, una empresa controlada por inversionistas privados con activa participación en el fútbol brasileño, adquiere el 40% de los derechos económicos de Neymar Jr. al Santos, que por ese entonces era el dueño de la totalidad de su ficha. Sin embargo, la estructura jurídica que protegía al joven jugador había arrancado muchísimos años antes, cuando con 14 años sus padres decidieron la creación de un emprendimiento de gestión deportiva con las siglas de su nombre. Con la explosión deportiva, el club, como forma de competir con las crecientes ofertas, le propone una asesoría multidisciplinaria para convertirlo en un ícono de escala mundial y mejorar así sus ingresos sin necesidad de aumentar su sueldo, través de la explotación conjunta de los derechos de imagen del jugador, que quedarían en un 60% en poder de la firma dirigida por el padre de Neymar Jr. y el restante 40% en cabeza del Santos.
Cuando Neymar fichó por el Barcelona, en 2013, contaba en su haber con varios patrocinadores personales, entre los cuales se encontraban contratos globales de Nike, Panasonic, Red Bull, y varios para el mercado local como Tennys Pé (productos de higiene para los pies), Lupo (ropa interior), Claro (telefonía móvil), Guaraná Antárctica (refrescos), Santander, Unilever (bienes de consumo, como productos alimentarios, de higiene y limpieza), Volkswagen y Heliar (baterías para vehículos).
Como dijimos, con 17 años, el Santos y Neymar firman con DIS un acuerdo por el cual este grupo empresarial se quedaba el 40% de un futuro traspaso a cambio de pagarle el equivalente a su sueldo de entonces multiplicado por 18 años de carrera. Roberto Moreno, director ejecutivo de DIS, recordó que “ya era un jugador que cobraba como un profesional, pero decidió cambiar la incertidumbre por la certeza. Asegurarse de que ninguna lesión u otro problema romperían su carrera. Y le pagamos al contado por 18 años de futbolista”.
Justamente, y a raíz de estas complejas relaciones societarias, el traspaso del futbolista desde el Santos con destino al Barca no estuvo exento de críticas, investigaciones y procesos judiciales varios, tanto en Brasil como en España. Acusaciones de fraudes sobre el monto total de las transferencias, demandas por parte de los fiscos de ambos países y del grupo empresario DIS, comisiones abonadas a distintos actores, entre los cuales estaba involucrado el propio padre del jugador, y la posterior dimisión del presidente del conjunto culé condicionaron la estancia del jugador en Catalunya, más allá de sus indudables condiciones deportivas.
De Barcelona al PSG: El pago de la cláusula
Al comenzar el verano europeo, el rumor de una inminente transferencia de Neymar había comenzado a trascender. Desde la “confirmación” de autoridades parisinas para la presentación del jugador hasta la foto de Gerard Piqué con el ya famoso “se queda” que se ha vuelto un meme viral a raíz de los acontecimientos posteriores.
Cabe destacar que el brasileño había renovado recientemente su vínculo con el club blaugrana, donde elevó su cláusula de rescisión a los famosos “222 millones de euros” de los cuales ahora habla el mundo. Pero para poder fichar de tal manera a Neymar, cabe destacar ciertos aspectos que el mapa jurídico y deportivo presenta a nivel mundial.
En 2015, tras una serie de debates con distintos actores involucrados en la industria deportiva, FIFA decide la prohibición total de los conocidos TPO o Third Party Ownership, que significaba el fin de la propiedad de empresas privadas de derechos económicos de futbolistas en todas las latitudes. Los clubes se veían de esta forma impedidos de ceder onerosamente porcentajes de derechos económicos de futuras ventas de futbolistas a personas físicas o jurídicas que no fueran clubes de fútbol, para obtener de esta forma un financiamiento que les permita o bien mantener jugadores bajo su nómina, incorporar nuevos profesionales o en definitiva hacer frente a las deudas que azotaran sus arcas. Este mecanismo, ampliamente difundido en Sudamérica, había sido duramente criticado en Europa, principalmente tras las repercusiones del caso de Marcos Rojo y su transferencia desde el Sporting de Lisboa hacia el Manchester United. En otro artículo nos hemos referido al caso de Jonathan Calleri y su salida de Boca con destino a Maldonado, club que ostenta la propiedad de diversos futbolistas que nunca han vestido su camiseta, cediéndolos a instituciones más poderosas para así obtener un rédito mayor entre el precio de compra y el de venta.
Asimismo, desde 2009 rige en el ámbito de la UEFA el Financial Fair Play (FFP) o fair play financiero, mediante el cual básicamente no se permite a ningún club gastar por encima de sus posibilidades económicas reales, regulando de esta manera una burbuja financiera que amenazaba la estabilidad a largo plazo de los clubes participantes de sus competencias, tras la irrupción de jeques e inversionistas golondrinas que realizaban grandes erogaciones y contrataciones fastuosas durante un breve lapso temporal y luego abandonaban al club, dejándolo a la deriva por completo. Este mecanismo ha sido criticado por varios sectores por favorecer a clubes poderosos y con mayores ingresos a pesar de que justamente impedía fichajes como el de Neymar, con cantidades totalmente exageradas. Para dar un ejemplo clarificador, los fichajes de Gareth Bale y de Cristiano Ronaldo por parte del Real Madrid, de los más caros de la historia, contabilizados en conjunto, no llegan a cubrir lo abonado por el PSG en la contratación del brasilero.
Estos dos elementos combinados, el Fair Play Financiero y la prohibición de TPO implicaban en teoría la imposibilidad de los clubes, sobre todo de los más poderosos del continente, de fichar jugadores por precios fuera de mercado. Sin embargo, Neymar se vistió con los colores del PSG y fue presentado como el nuevo jugador emblema del equipo parisino. ¿Cómo?
El PSG y los fondos de inversión de Qatar
El Paris Saint-Germain fue fundado en 1970 y participa de la liga francesa desde 1974 y en su escudo destaca la presencia de la Torre Eiffel, uno de los grandes símbolos de París. En 2012, y por iniciativa del emir, el Qatar Investment Authority (QIA), un fondo soberano de inversión que maneja los beneficios de la explotación del petróleo y el gas natural de dicho país, adquirió el paquete mayoritario de la institución, haciéndose con el control de la misma. A partir de su creación en 2005, el QIA amasó una fortuna de casi $335 billones, lo cual lo coloca dentro del top 15 de fondos de inversión más importantes del mundo.
Desde entonces, a fuerza de talonario, el PSG ha ido comprando jugadores para posicionar al equipo primero en la liga local, la cual ha ganado en reiteradas oportunidades, y en Europa, lo que se le ha negado una vez tras otra desde el desembarco de QIA. Esta gran inversión que trajo a tierras francesas a jugadores de la talla de Zlatan Ibrahimović, David Beckham, Javier Pastore, Angel Di María, David Luiz, Dani Alves y compañía, implicó una sanción en 2014 por violar el Fair Play Financiero de la UEFA, mediante la imposición de una multa económica y reducción de cupos de plantilla para la inscripción en los torneos continentales. El fichaje de Neymar apunta justamente a lograr el asalto a la Champions League y darle definitivamente la jerarquía de ¨grande¨ continental al equipo parisino.
Sin embargo, los vínculos entre Barcelona y Paris Saint-Germain son más estrechos de lo que pensamos, al observar que el anterior sponsor del club catalán era justamente Qatar Airways, controlada por QIA, dueña de los destinos del PSG. Justamente, casualidad o no, Neymar llegó al club español enfundando la camiseta con el main sponsor de la aerolínea y parte de forma definitiva de la tierra de Gaudí en el mismo momento en que la firma japonesa Rakuten desplaza a Qatar Airways en el pecho de la camiseta blaugrana.
Andamiaje jurídico-financiero
Entonces, cómo es posible que un club controlado por el Fair Play Financiero de UEFA, que hasta no hace mucho tiempo había sido multado por incumplirlo, está en condiciones de realizar una operación de casi 1.000 millones de euros por los próximos cinco años, según la estimación del presidente del Lyon, quien también participa en la Liga Profesional de Futbol de Francia.
Justamente, la opción que se baraja es una operación similar a los TPO, pero sin que el mismo sea encuadrado directamente dentro de la prohibición expresa por parte de FIFA. Según distintos medios, ha sido el propio Neymar quien depositó la clausula de rescisión de contrato, encontrándose de esta forma en libertad absoluta de acción. De dónde obtuvo el jugador entonces los fondos suficientes para semejante desembolso es la pregunta que circula. En este sentido, Pippo Russo de Calciomercato, teoriza sobre una sofisticada operación mediante la cual Neymar garantizaría el empréstito de la suma referida y su devolución a través de la prestación deportiva y comercial, mediante sus derechos de imagen como consecuencia de su participación dentro del conjunto controlado por QIA y de su posible figura como promotor de la Copa del Mundo de FIFA a celebrarse en Qatar en 2022, siendo entonces aquel y no el PSG quien en definitiva habría abonado el dinero al jugador para que este pudiera hacer frente al finiquito de su vinculo con el Barca.
En este orden de ideas, Barcelona advirtió públicamente que «trasladará a la UEFA los detalles de la operación para que depuren las responsabilidades disciplinarias que puedan derivarse de este caso». Sobre el particular, la UEFA ha manifestado que no se pronunciará sobre el presente hasta el cierre del mercado, atento que el PSG está en condiciones de dar salida a varios jugadores que permitirían equilibrar la balanza requerida por el FFP.
Además, según el portal Globoesporte, el Santos reclama el 5 % del fichaje de Neymar por el club francés (unos 8,9 millones de euros) y 4,5 millones de euros por el incumplimiento del Barcelona de un contrato que establecía la disputa de dos partidos amistosos, firmado cuando el delantero fue contratado por el club catalán lo que se suma a los reclamos del padre del jugador a los catalanes por comisiones impagas a raíz de la renovación del vinculo entre el jugador y la entidad catalana, el cual justamente se vio interrumpido por el pago de la clausula de rescisión.
Inclusive, todavía la Federación española (RFEF) no ha enviado el transfer internacional del jugador, requerido para su inscripción en la liga francesa lo que habilitaría al jugador a disputar los partidos con la camiseta del PSG. Al respecto, la liga se ha pronunciado intimando a su par español a remitir el documento bajo amenaza de recurrir a FIFA para su habilitación. En definitiva, la novela de Neymar Jr. no ha terminado, y quedan varios capítulos por delante para conocer la historia del jugador más caro de la historia.
- AUTOR
- Juan Esteban Diez
Comentarios