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La negación a evolucionar de la Premier League
Es la liga que reina en cuanto a popularidad y en cantidad de personas que la ven alrededor del mundo, a la que más se le paga por los derechos de televisación, como también es la más equitativa en cuanto a reparto de dinero y presupuesto entre sus equipos. Sin embargo, la Premier League vive, desde hace unos años, en una negación a evolucionar, a cambiar sus formas de ver el fútbol, contrariamente a la mayoría de los países europeos.
Los ingleses dominaron la escena mundial hasta el comienzo de la presente década, con un ritmo muy alto de juego –y que a los demás les costaba igualar–, sumado a la verticalidad y a la apuesta de un juego más directo. Pero el fútbol fue transformándose en otra cosa, la Premier demostró quedarse a la deriva –con respecto a lo que fue ocurriendo en las otras grandes ligas–, más que nada debido al pensamiento en común que ronda las islas: lo mejor está allí (incluso el Brexit podría ser utilizado como ejemplo).
Aunque con las contrataciones, en esta temporada, de entrenadores como Pep Guardiola, Antonio Conte, José Mourinho y de algunas que se realizaron en un pasado como las de Jürgen Klopp y Mauricio Pochettino, los ingleses parecen haber comenzado a dar los primeros pasos para no quedarse estancados. Pero, ¿por qué los ingleses son tan conservadores cuando se habla de evolucionar en el fútbol?
Hay una disputa entre lo que entienden que es su filosofía y las ideas que, actualmente, giran en las afueras de las islas del Reino Unido. Varias veces le preguntaron a Guardiola, en conferencias de prensa, si la Premier League era la mejor liga y si, también, era la más difícil que le tocó disputar, como si los ingleses necesitaran de alguien, en este caso un entrenador aclamado del fútbol, que les afirme esa inquietud para sentirse avalados.
Asimismo, cuando al Manchester City le toca perder, le preguntan, al ex técnico del Barcelona, si tiene pensado adaptar su forma de jugar para intentar sacar mejores resultados. Y el español responde: “Gané 21 títulos con esta idea, estoy convencido y no la voy a cambiar”. O luego de la derrota contra el Leicester, se le criticó, al nacido en Santpedor, que su equipo necesitaba mejorar en los “tackles”, es decir, que tenía que robar más pelotas. “No vamos a ganar o perder por los tackles”, respondió Guardiola. El fútbol inglés se encuentra en un proceso carente de identidad, no sólo en la Premier League sino también en su selección.
La no aparición de entrenadores nacionales, con nuevas y novedosas ideas, también es un punto a analizar. No hay técnicos británicos en ningún equipo importante de la Premier y últimamente, cuando tuvieron la oportunidad, la despilfarraron (David Moyes en Manchester United, Brendan Rodgers en Liverpool). También puede verse que esto que ocurre con el seleccionado; Roy Hodgson y después Sam Allardyce –aunque duró poco– no lograron plasmarle una idea de juego a Inglaterra, acorde a sus ¿sobrevaloradas? expectativas que hay cada vez que juegan.
Hubo (y hay), no obstante, equipos que le escaparon (y le escapan) a la regla del típico juego anglosajón. El Swansea de hace unos años, dirigido por Rodgers, fue uno. También los grandes de la actualidad decidieron cambiar su rumbo (ambos conjuntos de Manchester, Liverpool y Chelsea), al contratar técnicos de elite para intentar forjar una identidad –excepto el Arsenal, que es un caso aparte, en lo positivo y negativo–, luego del flojo rendimiento de todos en la temporada anterior, que le permitió al Leicester coronarse. E incluso el pequeño Bournemouth, con una propuesta novedosa para los ingleses, o el Tottenham, desde que lo dirige Pochettino, apostando por un juego plenamente ofensivo de jugadores jóvenes y algunos salidos de las inferiores del club.
La Premier League se encuentra en una cruzada entre: “Lo mejor está en nuestro país, que se adapten los nuevos que llegan desde otras ligas” y “debemos cambiar para que se vea un nivel acorde a la calidad de futbolistas que hay en Inglaterra”. El gran problema táctico de la liga y la apuesta a que los jugadores definan individualmente los partidos se comprueba, en su mayoría, cuando los equipos se enfrentan en Europa a escuadras que sí son conjuntos consolidados. Si esta transformación ocurre, no será a pasos agigantados, sino luego de un proceso; aunque es incierto que los ingleses quieran realizarla.
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