El fútbol nos ha acostumbrado a esperar cada tanto para observar un nuevo talento en algún sitio un buen día. Nos levantamos un sábado por la mañana y, entre la gran cantidad de partidos que se juegan alrededor del globo, posamos la mirada en alguno. Entonces aparece ahí, desbordando por la banda, regateando en tres cuartos de cancha, o maravillándonos con una atajada inverosímil.

Ser ojeador de un club de alguna liga europea de primer nivel debe provocar esas sensaciones. Acudir a un campo en la fría Europa del Este o adentrarse en el envolvente ambiente de un estadio sudamericano para observar algún muchacho deben ser sensaciones impagables, buscar hasta encontrar y después llevar a ese crack del futuro al primer nivel.

Eso debió pasar cuando los ojeadores del Udinese observaron a Antonín Barak descollando en el Slavia Praga de su país. Apenas vivía su primer año en uno de los equipos grandes de la República Checa y una sola temporada le bastó al joven jugador para armar las valijas a una liga de referencia europea.

Se hizo rápido un lugar en la mitad de cancha de los de Oddo

Hoy, apenas seis meses después de su llegada, es fundamental en el esquema del equipo friulani que el último sábado venció al Inter en el Giuseppe Meazza con un gol suyo incluido. Y es que el fútbol del equipo bianconeri se borda en tres colores: rojo, blanco y azul, los colores de la bandera de la República Checa, ya que la labor creativa pasa por los pies de Barak y su compatriota Jakub Jankto, quien con el respaldo de Seko Fofana fueron superando palmo a palmo a la triada de mediocampistas neroazzurros compuesta por Borja Valero, Matías Vecino y Marcelo Brozovic. Los locales fueron incapaces de resolver el organigrama checo hasta terminar sucumbiendo en su propio feudo.

14 presencias y cuatro goles son sus credenciales hasta esta mitad de temporada. No sabemos dónde terminará jugando Barak, lo que sí es cierto es que hace honor a una escuela futbolística que siempre nos ha regalado grandes exponentes. Es temprano aún, pero quizás algún día se hable de otro gran mediocampista rubio que venía de la república checa y que hizo carrera en el calcio.