América
La posibilidad de evolucionar
Un suplicio que comenzó en el Monumental, con derrota ante Ecuador, y finalizó frente al mismo rival con victoria en Quito, un territorio en el que Argentina no ganaba desde 2001. Pasaron tres entrenadores, dos presidentes, una comisión normalizadora, dentro de la eliminatoria sudamericana más competitiva de los últimos 50 años. En el medio, sin una estructura que contenga a los futbolistas y con dirigentes que siempre postergaron lo urgente, transcurrió el tiempo y Argentina no llegó a configurarse como equipo.
El cambio de Gerardo Martino a Edgardo Bauza fue tan brusco como el juego sin contenido del conjunto. Hace tiempo que no existe una base que potencie a Lionel Messi, que no se crea un escenario donde se le posibilite exhibir su mejor versión. Y en ese sentido, actualmente, parece abordar la cuestión Jorge Sampaoli. Se refirió desde que asumió en el seleccionado a crear pequeñas conexiones que acaben brindando una evolución en el juego colectivo. Las sociedades aparecieron esporádicamente ante Perú y Venezuela, pero el gol no apareció y el equipo se desmoronó.
Fue Messi el que precipitó la caída de esa pesada mochila que acarrean los jugadores, minutos después del gol tempranero de Ecuador que hacía presagiar la debacle. Pero esta vez el entrenador alineó un doble pivote que dio mayor agilidad al juego; con un superlativo Enzo Pérez, el ‘10’ recibió con mayor comodidad entre líneas y desniveló en un partido de leyenda. Hat-trick y clasificación, a la altura de lo que significa. Lucas Biglia estuvo siempre bien ubicado y sus anticipos ofensivos permitieron en muchas oportunidades mantener al equipo arriba, mientras Enzo no falló pases y encontró a Messi con toques verticales.
Es tiempo de observar qué se ha hecho hasta aquí y, con tiempo y sin obligaciones a las que responder, el equipo irá a más. Durante los primeros partidos, algunos síntomas de lo que Sampaoli quiere para su conjunto pudieron observarse, con mayor fluidez, un equipo que encuentra a Messi en zona de fuego y la capacidad de profundizar con un ataque muy ancho. De aquí a la llegada a lares rusos, el casildense tendrá la posibilidad de hacer progresar el juego.
Si las últimas fechas fueron una situación límite que hicieron que algunas pruebas se dejen de lado, será tiempo de volver sobre ellas. Una, como claro ejemplo, será ver qué compatibilidad puede tener Paulo Dybala con Messi. Lógicamente, el tiempo de trabajo para el combinado albiceleste no sobrará, pero sí que pueden establecerse evoluciones con el objetivo marcado en la agenda y una mini pretemporada antes de desembarcar en la Copa del Mundo.
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- AUTOR
- Nicolás Galliari
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