Historias
La redonda con pasamontañas..
Muchos de los mejores jugadores de la historia del fútbol mundial fueron, son y serán rebeldes. Esos tipos que van en contra del sistema que les marca qué deben hacer a cada paso de sus vidas. Su pelea es contra el juego estático y sin movimiento pero a su vez en sus vidas cotidianas también intentan destrabar mucho de lo que el sistema impone como un tema normal y sin soluciones. Diego Armando Maradona, loco y con todos sus defectos podría ser una de las banderas de este séquito, Socrates sería uno de los mejores ejemplos y Eric Cantona con sus ideas de revolución se cuelga la medalla en el pecho. A su vez y por suerte en la sociedad estos casos no son escasos y cada tanto un grupo de personas se junta en la búsqueda del bienestar general o de al menos un pequeño contingente. De eso se trata del Ejercito Zapatista de Liberación Nacional.
Como el fútbol tiene que ver con todo y todo tiene que ver con el fútbol, el EZLN también tiene su historia con la redonda. Igualmente más de uno no debe tener idea de qué se trata este movimiento y se lo pasaremos a detallar. En sus inicios esta organización nacida en México tuvo un tinte paramilitar y esto se terminó de confirmar en su alzamiento de 1994. Fueron 12 días de combate contra el Gobierno, que luego buscó sellar la paz, algo que finalmente sucedió pero no calmó las voces de reclamo. Sus pedidos no solo eran para el territorio mexicano, sino que comprendían el mundo entero. Su identificación se afianzó con los pueblos indígenas de Chiapas que como muchos otros pueblos autóctonos de la región sufrió y sufre por el olvido general. Su bajada de línea general intenta concientizar al mundo de las desigualdades, cuestión que busca desterrar del territorio que hoy comprende el zapatismo. El marxismo y el socialismo podrían marcarse como sus idiologias primarias.
Algunos datos que quizás sumen más aún para los curiosos es que parte de su nombre nace en Emilio Zapata, reconocido líder militar, y con el paso del tiempo ha ido ganando adeptos tanto reconocidos como no reconocidos. Uno de los más nombrados es Manu Chao, quien suelta varias palabras en sus recitales en honor al EZLN. Más allá de sus rasgos distintivos desde el pensamiento, hay que destacar lo que probablemente todos remarquen desde un principio: todos sus integrantes ocultan sus rostros con pasamontañas, algo que sucede desde sus comienzos y se mantiene en la actualidad. Su principal estandarte es conocido como el Subcomandante Marcos, un hombre que es la cabecera aunque que se distingue por sus conocimientos literarios y comunicacionales, los cuales también se suman al cariño por la caprichosa.
El fútbol es uno de los deportes más populares dentro de las comunidades zapatistas y esta pasión se pudo plasmar de forma contundente en 1999. Ese año se organizó un partido donde participaron varios combatientes y varios ex jugadores donde se encontró como una de las figuras principales a Javier Aguirre, ex técnico de la Selección Mexicana. El resultado terminó por ser una victoria para los ex profesionales por 5-3 pero eso poco importa porque lo realmente relevante fue dar a conocer sus iniciativas. «Los zapatistas llegaron al campo sin zapatos de fútbol, con botas militares, por lo que tuvimos que prestárselos nosotros. No quisieron desprenderse del pasamontañas para jugar», contó el Vasco tras el cotejo.
Otra de las uniones futbolistas que logró el EZLN fue el acercamiento con una de las entidades más grandes del planeta: el Inter de Italia. En 2004, Bruno Bartolozzi, por ese entonces director organizativo de la entidad tana, viajó a tierras aztecas y se reunió con un grupo de zapatistas. En esa ocasión les entregó balones, uniformes, camisetas del Nerazzurri y un cheque por cinco mil euros, dinero que salió de los bolsillos de los jugadores pero que básicamente fue simbólico porque surgió de las multas que les imponía Roberto Mancini, DT por esos días del team, al plantel profesional: llegar tarde a los entrenamientos, celulares prendidos en horas indebidas o uniformes desordenados eran algunas de las faltas que tenían en cuenta para multar a los futbolistas. Javier Zanetti, ahora ex player, fue uno de los mayores cabecillas para que el conjunto italiano se vincule con este movimiento.
Tiempo después el Subcomandante Marcos, que actualmente es conocido como Subcomandate Galeano, le envió una carta a los interistas donde los retaba a una serie de partidos, el texto es para leer varias veces pero quizás uno de los pedidos más simpáticos fue que Maradona iba a ser el árbitro del cotejo. Del otro lado de la línea de cal y más precisamente en la cabina de transmisión, si es que hubiera, los comentarios estarían a cargo de Eduardo Galeano y Mario Benedetti, dos grandes escritores uruguayos. «Para deslindarse de la cosificación de la mujer que se promueve en los partidos de futbol con las porristas y en los comerciales, el EZLN le pediría a la comunidad lésbico-gay nacional, especialmente a travestis y transexuales, que se organizaran y deleitaran al respetable con novedosas piruetas en los partidos en México y, además de provocar la censura de la tv, el escándalo de la ultraderecha y el desconcierto en las filas del Inter, elevaran así la moral y el ánimo de nuestro equipo. Y es que no hay únicamente dos sexos y no sólo existe un mundo, y siempre es recomendable que los perseguidos por su diferencia compartan alegrías y apoyos sin dejar de ser diferentes», es un pequeño extracto del texto.
Lamentablemente el amistoso jamás se llevó a cabo, sin embargo el pope de los zapatistas ya había demostrando su amor por la redonda y hasta le escribió una carta a Galeano donde relataba algunas sensaciones que le ocurrieron. «Suerte con la digestión del mate. Avisen si llegó este escrito y sus anexos. ¡Ah! Y no olviden decirme en que lugar de la tabla de posiciones va «El Peñarol», equipo cuya fama llegó al México de mi infancia como debieran llegar todas las noticias, es decir, con un balón de fútbol», tira sobre el final del escrito el Subcomandante pero con anterioridad mezcla sanamente su realidad con la realidad del fútbol y del mundo.
Queda claro que la rebeldía y el fútbol van de la mano. ¿Qué sería del fútbol sin esos desfachatados que tiran un caño adentro del área? ¿A quién aplaudiríamos cuando el marcador quedó clavado en 0- 0 y ese desfachatado rompe todo con una gambeta? Muchas veces hacen falta de estos locos lindos que se cansan de de los sistemas y que van contra el. Por suerte siguen surgiendo y la naturaleza nos provee de ellos, pero el mundo, queda claro, necesita mucho más a estos amotinados. Esos que van contra las desigualdades y que a medida que el planeta evoluciona son cada vez más necesarios. Por suerte se divierten con una pelota como varios mortales aunque su insignia sea un pasamontañas y una estrella roja en el pecho..
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- AUTOR
- Facundo Mirata
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