La Liga
La transformación del Celta
Desde que Eduardo Berizzo se decidió por dirigir al Celta, en la temporada 2014-2015, el club gallego comenzó a vivir una realidad de la que no estaba acostumbrado. El entrenador argentino le inculcó al equipo un estilo centrándose, más que nada, en el dominio mediante la posesión y la pausa, sumado a un pressing alto cada vez que se perdía la pelota.
Entonces, el Celta, a tan solo dos años de haber ascendido nuevamente a Primera División, comenzó a competir sin sentirse inferior a nadie. En la primera temporada finalizó en el octavo puesto de Liga, y sumó victorias frente al Barcelona y al Atlético de Madrid, por ejemplo. En la segunda campaña mejoró su posición, concluyó en la sexta posición y, además de haber obtenido victorias contra el conjunto culé, en el famoso 4-1 como local en Balaídos, llegó a las semifinales de la Copa del Rey pero cayó eliminado ante el Sevilla de Unai Emery.
La idea de Berizzo, de intentar dominar los partidos desde la posesión de la pelota, podía llevarse a cabo porque contaba con futbolistas del nivel de Pablo Hernández, como generador, pero sobre todo con Fabián Orellana y Nolito, como continuadores. El chileno, ahora jugador del Valencia, y el español, actualmente en el Manchester City, fueron determinantes en el sistema del Celta; el primero arrancando desde la banda derecha pero ejerciendo más como mediapunta, conectando a los volantes con los atacantes. Mientras que el segundo era la principal fuente de creación de jugadas, porque el equipo tenía la “obligación” de buscar a Nolito para, de esa forma, adentrarse en campo rival, lo más rápido posible, gracias a la habilidad que demostraba el español con su desborde.
El entrenador argentino contaba con mucha calidad en su plantel. Además de los ya nombrados se le sumaban Augusto Fernández, Michael Krohn-Dehli, Marcelo Díaz y Santi Mina, entre otros. Quizás la defensa siempre fue el punto débil del Celta, pero del medio para adelante tenía una base potente de jugadores para emplear el estilo de Berizzo, quien lo llevó a ganar, en sus dos primeros años, en los estadios más difíciles de la Liga; en Camp Nou, San Mamés, Sánchez Pizjuán y Anoeta.
El conjunto de Vigo fue sufriendo varios cambios, en la conformación del equipo, debido a ventas que tuvo que realizar. Pero, en esta temporada 2016-2017, es en la que comenzó a sentir más que nunca esas ausencias, en especial por la salida de Nolito y la de Orellana, que recaló en el conjunto Che, en enero, luego de una pelea con el entrenador por actos de indisciplina. A causa de estas partidas, el técnico argentino se vio necesitado de una modificación en cuanto a sistema y estilo. Del juego pausado, apostando por avanzar hacia el área contraria con pases más cortos, a una idea en la que iba a predominar la verticalidad y los ataques rápidos.
El Celta comenzó la campaña con muchos altibajos. Mientras iban acostumbrándose a la transformación propuesta por el técnico argentino, Berizzo fue variando de sistemas e intentando encontrar qué era lo mejor para sus dirigidos. No obstante, la aparición de Iago Aspas, convirtiéndose en el eje total del ataque, sostuvo al equipo con sus goles (23 tantos en lo que va de temporada) que llevó, al español, a ser llamado por Julen Lopetegui en la última convocatoria de la selección nacional. Además, Nemanja Radoja y Daniel Wass dieron un paso adelante en su crecimiento como futbolistas. El serbio llegó hace dos años al Celta como titular, pero cumplía una función exclusivamente de mediocentro tapón; ahora tiene más confianza con la pelota y es uno de los jugadores claves del plantel. Lo mismo ocurría con el danés, que ejercía un rol secundario, pero el cambio de sistema le vino de lujo para sus características.
Desde el inicio de este año 2017, el conjunto de Vigo fue ganando confianza y reconocimiento en su nueva idea, y el punto álgido fue lograr eliminar al Real Madrid en los cuartos de final de la Copa del Rey. Además, ya se encuentra entre los ocho mejores de la Europa League y venció al Genk, por 3-2, en la ida de esta eliminatoria con el equipo belga. El Celta perdió calidad en su plantel y Berizzo se vio obligado a hacer unas modificaciones. Luego de unos meses, el equipo volvió a encontrar un rumbo justo en el momento decisivo de la temporada, porque en Vigo tienen un DT que va a intentar competir de la forma que crea más necesaria para sus dirigidos.
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