Calcio
Lágrimas sobre Florencia
El domingo 4 de marzo estaba destinado a ser un día sumamente trascendental para Italia. El motivo yacía en las elecciones legislativas que envolvían a dicho país europeo, lo cual tenía ocupados a los principales medios en las jornadas que rodeaban a los comicios. Mucha tela había que cortar. El octogenario Silvio Berlusconi reiventándose personal y políticamente hablando para volver al barro político, los innovadores muchachos y muchachas del Movimiento 5 Estrellas -en la cara opuesta- ofreciendo una plataforma virtual y fértil para desenvolvimientos sociales por vez primera en elecciones de este tipo en el país de la bota. Los fascista de Casa Pound, en los márgenes de las plazas, captando incrédulos y desamparados sociales bajo las alas del patriotismo condensado con xenofobia. Principales actores de la contienda.
En otro plano, gran parte de Italia -en especial la Toscana, Venecia y Milán- se encontraba bajo una inesperada nevada que había venido a helar las vísperas de la primavera. Trenes interrumpidos, abrigos de punta a punta y cafés calientes eran moneda corriente ante este inesperado fenómeno.
Disputas, extremismos, sorpresas, sentimientos, factores inesperados. De alguna forma la naturaleza científica, social y humana nos advierte que lo no planeado es parte de la existencia. Y aún así, la desnudez de la fragilidad de nuestros cuerpos nos deja petrificados. En una noticia tan impactante como desarticuladora, el país se hundió en luto al saber de la muerte de Davide Astori, capitán y símbolo de la Fiorentina.
Este hecho me toma en coincidencia con mis días en tierras italianas, en trayecto de un viaje familiar. Días atrás habiamos ido a ver a la Fiorentina junto con mi abuelo. Duro es ver el boleto del choque con el Chievo Verona y descubrir que, a estas horas, es la última marca de Astori desenvolviéndose en su arte. Hoy descubrimos ese papelillo como un adiós, y nuestras almas como testigos finales de la incrédula despedida de este defensa en campo de juego. No queda más que balbucear en la conmoción.
Me enteré de la noticia de una forma un tanto particular. Estaba en un barco en el corazón del Lago di Como, en una clásica recorrida turística por tal paradisíaco local. Habíamos hecho buenas migas con un matrimonio británico, intercambiando tomas fotográficas de semejante paisaje. En cierto momento, el hombre de nariz rojiza y ojos claros observa su celular. Hace una mueca de sorpresa. Y se acerca hacia mí.
“Davide Astori, captain of Fiorentina, found dead in his hotel room”.
Esparcimos la nefasta novedad por el barco. Hubo un silencio prolongado. La nevada se ha calmado por estas horas de la noche. El duelo recién comienza.
Relacionado
- AUTOR
- Esteban Chiacchio
Comentarios