Informes
Los fundamentalistas del gol en contra..
1-El reglamento, la picardía y nueve más..
Corría 1994 y los protagonistas de nuestra historia, las selecciones de Barbados y Granada, disputaron un partido por la Shell Caribbean Cup, un torneo que involucró a países de las Antillas, pero mejor vayamos por partes.
En primer lugar los organizadores de la competencia decidieron que todos los encuentros debían tener un vencedor, entonces los choques de la fase de grupos que terminaron en empate tuvieron que ir a un tiempo extra, donde jugaron a muerte súbita (el viejo y siempre mal visto Gol de Oro).
En segundo lugar y más importante, una regla decía que en caso de que un partido vaya a tiempo suplementario el ganador debía contar el tanto que le dio la victoria como doble, es decir en vez de sumar un gol se sumaban dos, algo claramente insólito casi tanto como el campeonato de 38 equipos o la AFA paralela que inventó Daniel Vila con sus 3000 equipos.
Ahora sí, toquemos el tema que nos interesa (?). Para pasar de ronda Barbados llegó a su último partido con la necesidad de ganarle en su zona a Granada por al menos dos tantos de diferencia, lo cual le permitía pasar de ronda por diferencia de gol.
Aquí es donde comenzó realmente esta desopilante novela, porque hasta el minuto 83, los barbadenses ganaban por 2-0, pero entonces llegó la debacle total, la seguidilla de hechos bochornosos que involucró a…perdón, perdón, mejor sigo con el relato. En ese momento, sus rivales convirtieron y pusieron el cotejo 2-1, con lo cual Barbados se quedaba afuera del torneo.
El tiempo siguió pasando y a pesar de los embates, el marcador no se movió. Entonces, faltando tres minutos para el final, los jugadores de Barbados se dieron cuenta que no podían quebrar a la defensa contraria y entonces decidieron clavarse un gol en contra para igualar el encuentro e ir al alargue.
De esta manera tenían media hora más para anotar el gol que los deje en la siguiente fase (no sean colgados y recuerden que el gol en este periodo valía doble), aunque no fue todo festejo, porque los players de Granada se dieron cuenta de esta situación y de que si ellos caían derrotados 3-2 sus adversarios quedaban afuera y ellos pasaban a la fase próxima.
Por razón y haciendo uso de la alocada reglamentación, luego de sacar del medio los granadinos (?) intentaron meterse un gol en contra, algo que no les resultó fácil, ya que ahora los que defendían su valla eran los jugadores de Barbados!!!. En resumen y para que quede totalmente claro, los muchachos barbadenses se metieron un autogol y después evitaron que sus competidores hagan lo mismo. Una locura, claramente.
Finalmente y para ir cerrando esta linda postal, el choque terminó igualado y fueron a la prórroga, donde la victoria fue Barbados, que se clasificó, pero en la siguiente ronda fue eliminado sin atenuantes y sin que ningún gol en contra pueda ayudarlos..
2-Un invitado con criterio..
A pesar de que CR se dedica al fóbal internacional, no podíamos dejar pasar esta historia, aunque no queda del todo desencajada, porque uno de sus protagonistas nació en la tierra de los pentacampeones del mundo y formó parte de una de esas conquistas.
Pero como nos queremos hacer los interesantes (?) todavía no daremos su nombre y haremos una pequeña reseña antes, con la cual quedará claro el porqué de la importancia de nuestro héroe incógnito
Allá por 1984, el fútbol argentino ya tenía un resumen de cada una de sus fechas y, como en los viejos tiempos, se lo podía ver por TV los domingos por la noche. El programa se llamaba “Todos los Goles” y era conducido por muchachos que hoy por hoy siguen apareciendo en cámara como el crack de Enrique Macaya Márquez, el panqueque de Marcelito Araujo, el conspirador de Don Niembro, el matemático Adrián Paenza y nuestro querido Julio Ricardo, quien todavía hoy sostiene y defiende que “no fue mano de Marino”.
La temática era sencilla, un grupo de periodistas que hablaban sobre los partidos de la jornada, mostraban los goles y llevaban un invitado al piso, el cual se llevaba una caricatura de Luis Ordóñez y sobre el final el propio invitado seleccionaba el mejor gol de la fecha.
Aquí rompemos nuestro cerrojo (?) y les dejamos el nombre de nuestro confidencial hombre. Se trataba del brasileño Dino Sani, quien por aquel entonces era el director técnico de Boca y un fin de semana asistió al renombrado ciclo, donde como siempre le pidieron que elija el tanto más bello de la fecha y el brasuca sin mosquearse aseguró que el más destacado fue un gol en contra!!.
El tanto distinguido fue del defensor Marcelo Firpo a Daniel Carnevale, de Atlanta, con el cual Vélez consiguió una victoria por 1-0. «Quise rechazar al córner de media chilena. La pelota me pegó en la pierna y se metió por el ángulo. No tengo consuelo. En cualquier momento nace mi segundo hijo y ni sé con el ánimo que lo voy a recibir”, explicó el zaguero después del encuentro.
Muchos años más tarde, Firpo fue entrevistado y le preguntaron por el “famoso gol en contra” y quedó claro que el dolor ya había pasado y hasta se dio tiempo para el humor. «El famoso gol en contra fue el 13/5/84. ¡Cómo olvidarlo si ese día nació mi hijo Esteban Nicolás!. Esa mañana bien temprano, mi mujer empezó con las contracciones. Vivíamos en Quilmes, y el sanatorio de la obra social estaba en Caballito. Agarré el auto y la llevé a toda velocidad. La dejé con un amigo, y de allí me fui a concentrar con mis compañeros. El gol fue un golazo, jaja. Quise rechazar un córner del lado derecho. Estaba marcando a Mario Lucca. La pelota medio que se frena, y en vez de rechazar como dice el libro con izquierda para el medio, lo hice al revés, con la derecha, con tanta mala leche que la clavé en un ángulo. A la noche estaba cenando en un bar cerca del sanatorio viendo Todos los goles, y cuando Dino Sani eligió mi gol en contra como el mejor tanto de la fecha, no pude parar de reírme.», recordó. Desde hace rato la televisión da para todo..
3-Un error y una historia que quedará en la memoria..
Esta narración es diferente a las demás y termina de la peor manera: con la muerte de su protagonista. Quizás varios escucharon hablar sobre la historia de Andrés Escobar, pero vale la pena revivir lo sucedido con este futbolista que formó parte de una de las camadas más importantes de la Selección de Colombia.
En 1994 todo parecía color de rosa para este zaguero que llegaba al Mundial de Estados Unidos como de los pilares del conjunto Cafetero, que en las Eliminatorias le pegó un baile terrible a la Argentina y le clavó cinco goles que quedaran en la retina de más de uno. El arribo a tierras yanquis era prometedor y los hinchas colombianos se ilusionaban con dar el batacazo, pero una serie de hechos hizo que su selección quede eliminada en la Primera Ronda y los sueños fueran sólo eso, sueños.
En el primer partido, el más difícil en la previa, los colombianos cayeron 2-1 contra Rumanía, entonces, con este panorama, los jugadores se jugaron todas sus cartas en los dos encuentros restantes frente a Estados Unidos y Suiza, respectivamente. Con sus fichas apostadas a un sólo número salieron a jugar ante los locales y aquí ocurrió un hecho que, lamentablemente, cambiaría la vida de Escobar.
El encuentro transitaba por los carriles normales, hasta que un ataque, que parecía intrascendente, terminó como un disparo, el cual fue desviado por Escobar y el balón finalizó dentro de su propio arco. Es decir fue gol en contra, aunque, a pesar de desafortunado hecho, quedaban varios minutos para dar vuelta el choque, algo que finalmente no sucedió y con una nueva derrota, Colombia se quedó afuera del Mundial.
El último encuentro fue victoria para los Cafeteros ante Suiza por 2-0, pero la cuestión ya estaba cerrada. Quienes llegaban como candidatos se fueron en la Primera Ronda (la gran Argentina en el 2002) y no fueron pocos los que le culparon a Escobar por esta situación. No hace falta aclarar que un sólo jugador tenga la culpa de una eliminación, pero bue..
Al regresar a su país el defensor se tomó vacaciones y días después de su vuelta, mientras se encontraba en el estacionamiento de una discoteca fue increpado por Humberto Muñoz Castro, quien le reclamó por el gol en contra. La cuestión no finalizó ahí, porque al no encontrar reacción por parte del jugador, Castro desenfundó un arma y le disparó hasta 12 veces. El futbolista murió cuando era trasladado al hospital e inmediatamente los medios se hicieron eco de lo sucedido.
Las investigaciones, junto con el vox populi, posteriores a su deceso aseguraban que su desafortunado final fue ordenado por narcotraficantes colombianos, quienes habían apostado mucho dinero por su conjunto nacional, aunque nunca pudo ser comprobado. El asesino de Escobar fue condenado a 43 años de prisión, pero un tiempo después sería rebaja a 23 y en 2005 fue liberado. Hoy por hoy, el central es recordado por todo su país como su un símbolo de la intolerancia.
4-Con compañeros así para qué necesito rivales..
Nos quedamos en Colombia, pero metemos un cambio de lado de volea y sin mirar. Esta vez nos vamos exactamente hasta Manizales y, ya que estamos imaginativos, nos remontamos a un domingo de 1958, que es donde se llevarán a cabo los hechos de esta muy curiosa historia.
Se enfrentaban Deportes Caldas, que hacían de locales, contra Atlético Bucaramanga. El partido se desarrolló con normalidad, aunque mejor vayamos directamente a los últimos cinco minutos de juego. En ese momento el marcador decía que los visitantes ganaban 4-3, un buen resultado para ellos claramente.
Hasta aquí nada anormal, pero la cuestión cambia radicalmente si les contamos que los siete goles del encuentro los convirtieron jugadores del Bucaramanga. Para ser más exactos, los tres del Caldas fueron anotados por un mismo jugador: Orlando «Choclo» Martínez. No pensaron mal, este muchacho hizo tres goles en contra. Un hattrick en su propio arco, un amigo, claramente.
No vamos a ser malos, porque un error lo comete cualquiera. Igualmente tres autogoles, ya suena a una serie de hechos desafortunados y por eso lo mejor es apoyarse en sus compañeros y tratar de salir adelante, lo cual Martínez no pudo hacer, porque cuando el cotejo se moría sus compañeros, mejor dicho uno de ellos, le soltó la mano.
Según cuenta la leyenda (?), la última jugada del partido fue un córner para el Caldas y obvio en el área el que manda es el arquero. En este caso tiene nombre, apodo y apellido: Miguel Ángel «El Loco» Zazzini, quien ante los antecedentes de su compañero no tuvo mejor idea que gritar a los cuatro vientos: “¡Por favor, marquen al Choclo!”.
Por suerte para nuestro antihéroe no hubo otro gol, en ninguno de los dos arcos, y su team se llevó una victoria bajo el brazo, algo que casi se les escapa por ser rotundamente un fundamentalista del gol en contra..
- AUTOR
- Facundo Mirata
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