Calcio
Los matices de Spalletti
Obsoleto había quedado el plan de Rudi García. Sus casi tres años al frente del equipo estuvieron configurados por una idea de juego, que en los primeros meses fue tomada como una revolución y que acabó sin válvula de escape. Conforme al paso del tiempo, Roma se hizo espeso en su juego, ya no dominaba con el balón, y jamás pudo siquiera acercarse a Juventus en la pelea por el Scudetto. Así las cosas, y sin rastros de variantes que puedan modificar el sentido colectivo en el último año, dejó el cargo en enero.
En medio de rumores, el presidente estadounidense James Pallotta decidió volver a lo que algún día había dado resultado. Luciano Spalletti abandonó la capital italiana en 2009, habiendo obtenido dos Copas nacionales y siendo eliminado dos veces consecutivas en cuartos de final de Champions League, en una de ellas con el recordado 1-7 ante Manchester United en Old Trafford. El propósito del ex entrenador del Zenit ruso era retornar a ese juego de fluidez que exhibió en su anterior paso, y desde un principio contó con los futbolistas adecuados en el plantel.
Cumplidos casi tres meses desde que asumió, Roma ganó nueve partidos y empató uno en sus últimos diez encuentros por Serie A. Posteriormente a un comienzo en el que el plan fue resguardarse y proteger su arco, hoy en día domina gran parte de los partidos. Su incipiente plan de los primeros días pareció ser un paliativo, bajo el precepto de empezar a ordenar a su equipo desde la línea defensiva, y a la espera de lo que sentenciara el mercado de pases. Sobre el cierre, arribaron tres jugadores que son elementales en el once titular: Ervin Zukanovic, Stephan El Shaarawy y Diego Perotti.
El plan llevado a cabo en el Juventus Stadium de Turín fue el repliegue y la ocupación efectiva de espacios en propio campo. Paulo Dybala desafectó la idea con su gol, más allá de que Roma logró realizar con acierto su idea y no pasó muchas zozobras en el encuentro. Spalletti inició su nueva andadura con cinco defensores, dos centrocampistas, y dos enlaces que acompañaban a Edin Dzeko. El bosnio, inmerso en un equipo que juegue la mayor parte del tiempo atrás, no es realmente productivo; toma contacto con el balón lejos del arco y cuenta con pocas opciones para descargar.
Mientras Daniele De Rossi ejercía de líbero, retrasando su posición como alguna vez lo había hecho, La Loba conseguía mejorar sus registros defensivos. El alemán Antonio Rudiger ocupó su lugar como central y, en determinados partidos, hizo las veces de lateral por derecha, intentando sacar diferencias por su físico y velocidad. Pronto, la idea del germano como marcador de punta fue desestimada por el cuerpo técnico. En tanto, El Shaarawy comenzaba a salir como titular y ocupaba la banda izquierda, con la idea de transformarse en extremo en fase ofensiva y ocupar la mitad de cancha cuando su equipo no tenía la posesión. Al mismo tiempo, Radja Nainggolan intentaba ejercer como conector de Dzeko.
De cualquier manera, la lesión de De Rossi hizo que el conjunto volviese a sufrir alteraciones. Spalletti optó por modificar el esquema en lugar de reemplazar al referente en la misma función, aunque el cambio acabó siendo positivo para su objetivo de juego. Roma pasó al 4-3-3 similar al utilizado por García, pero con matices muy diferentes. El conjunto actual es más directo, y se ordena mucho mejor en su propio terreno cuando pierde el balón. Es decir, sin ser óptima su fase defensiva, ha adquirido una mayor consistencia.
A partir del cambio, Perotti comenzó a tener mucha más relevancia y la Roma a dominar un tiempo prolongado de los partidos con fases de muy buena circulación de pelota. El argentino, ubicado como falso 9, comprende de gran manera cuándo salir y cuándo atacar ese espacio. En muchas ocasiones, el jugador que recuperó parte de su juego en Genoa se acercó a los centrocampistas para asociarse y crear superioridad numérica, mientras Mohamed Salah se encargaba de atacar el vacío. Precisamente, el egipcio es otro futbolista de mucho valor en la búsqueda del DT, puesto que se ha transformado en un puñal para las defensas rivales. Actualmente, Salah se halla recuperando su mejor versión y brinda mucha profundidad al equipo, partiendo desde la banda derecha con posibilidades de atacar por el centro. Por caso, su nivel en la serie ante Real Madrid, de octavos de final de Champions League, fue muy bueno, pero falló acciones clave y la jerarquía rival acabó pesando.
Miralem Pjanic es uno de los líderes de la escuadra dentro de este nuevo signo colectivo. Si bien ha atravesado algunos problemas musculares, ha mantenido un rendimiento alto en el que se encarga de dar fluidez a la posesión. Con mucha mayor movilidad ofensiva de la que existía con García, el mediocampista cuenta con más variantes y tiene la cancha de frente para dar continuidad. No obstante, la Roma aún no logra dominar un partido de principio a fin. Su gestión de la victoria parcial en los complementos no ha sido del todo buena (sucedió en el juego ante Udinese, por ejemplo), y aún debe dar continuidad a su idea. En los últimos cotejos, ha apostado por un 4-2-3-1 en el que Dzeko se encuentra más arropado.
La estadía aún corta de Spalletti no ha estado exenta, por otro lado, de contratiempos. Hace poco más de un mes, la difícil relación entre Francesco Totti y el entrenador salió a la luz tras declaraciones cruzadas, en el diario AS de España y en la cadena RAI italiana. El capitán, que había tenido un gran nivel en el anterior período del DT, no ha sido titular hasta aquí. Ingresó en diversos partidos en el segundo tiempo, mostrando su capacidad y desnivel y dejando detalles de mucha calidad. A mediados de año, el contrato de Totti finaliza y todavía es una incógnita cuál será su futuro.
Ante la mejor temporada de Serie A de los últimos años, con la extrema competitividad de Juventus y el Napoli de Sarri, Roma intentará finalizar el año entre los tres primeros puestos que brindan acceso a Copa de Europa. Es el único certamen que le queda hasta el final del curso, y deberá lidiar con Fiorentina, Inter y Milan. Con el correr de las últimas jornadas, Spalletti buscará seguir asentando su estilo directo, además de continuar agrandando su racha victoriosa.
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- AUTOR
- Nicolás Galliari
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