Copas selecciones
Luka Modric, el jugador total
76 minutos en el reloj y los jugadores de Real Madrid se abrazan contra un banderín de córner. Acaban de empatar la serie de octavos de final frente al PSG de las superfiguras, con Messi incluido. Perdían la serie por 2-0 pero se reponen y alcanzan el empate.
Las cámaras lo siguen al francés de origen argelino que acaba de convertir un doblete para la hazaña. A dos metros se abrazan dos jugadores de blanco; uno de ellos es un croata que minutos antes arrastraba a medio conjunto francés sobre sus hombros, cruzaba la mitad de la cancha y tiraba un pase al vacío para que su compañero pique habilitado. En esa misma jugada, que parecía diluirse, llegaba desde atrás aquel mismo rubio que había iniciado el contraataque. Dejaba el casco de obrero, se colocaba una galera de mago y largaba un pase preciso para burlar a todas las ingenuas piernas azules, para que al fin Benzema definiera la jugada. Todas las cámaras con Benzema, que luego, anotaría el 3 a 2. Madrid eliminaba al favorito, sacaba polvo a su chapa de equipo copero, y se plantaba como el gigante europeo que defiende su trono.
La orejona 2022 fue para Real Madrid una vez más, y Luka Modric levantó su quinta Champions desde que llegó al merengue en 2012. Hoy jugó ante Marruecos, su partido número 13 en mundiales: 2 en Alemania, 3 en Brasil, y 7 en Rusia llegando a la final. De haber clasificado su selección al mundial 2010 estaría igualando la situación de Messi y Ronaldo en Qatar.
Luka Modric, el jugador total en tiempos de fútbol mecanizado y de estrellas goleadoras. En Real Madrid es el tercer mediocampista. Aquel que forma el triángulo defensivo, y luego se despega para llegar al área, para gambetear, para abrir espacios, lanzar pases a los wines, o pegarle al arco. En la selección de Croacia es un interno, en un equipo que por momentos tiene 3 medios y cuando defiende lo hace con 5 hombres. Si en Madrid hace de todo, en la selección mucho más: En el mediodía del caluroso Qatar, y con 37 años, Modric tapó la salida del mediocampista central rival, rebotó bien todos los pases cortos a sus laterales, metió un pase extraordinario desde mitad de la cancha, y en un momento se lo vio disputando la pelota en la banda izquierda.
A cuatro años de conseguir el balón de oro, Luka sigue en cancha. En todos lados. Arriba, abajo, y en el medio. No porque sea desordenado, sino porque le da para estar en todo. Y además, hacerlo muy bien.
Relacionado
- AUTOR
- Nicolás Diana
Comentarios