Entrevistas
Mi segunda piel
Gustavo Psonkevich (34) vive por y para las casacas. Sus más de 600, desparramadas por doquier, confirman su amor y mantienen la ilusión que genera en él conseguir cada una de ellas. “Coleccionista, cazador de prototipos, redactor en ‘Todo sobre Camisetas’, diseñador amateur y, sobre todo, ‘nerd camisetero’, su descripción en Twitter define a la perfección su personalidad.
Villa del Parque se convirtió en el epicentro de una cita casaquera. Una nota más, a desarrollarse en algún bar ubicado una esquina de dicha zona metropolitana, que tiene como leitmotiv hablar sobre una de las facetas más hermosas del mundo fútbol, adoradas por jugadores e hinchas: camisetas. Como no podía ser de otra manera, Gustavo arriba al encuentro caminando por la calle Cuenca luciendo una camiseta del Odense, equipo que milita en la “Superliga Danesa”, una de las tantas joyas que suele buscar.
Fútbol argentino
Sus redes sociales no se inundan sobre opinología en base a tal o cual gestión, o si el equipo jugó bien o no el domingo. “Gus” –para los amigos- habla, razona y opina en internet sobre casacas. Hincha de Boca, opinó sobre uno de los cambios más significativos dentro de este rubro, la partida de Nike del club de la Ribera y la sorpresiva llegada de Adidas. Además, dio un pantallazo general sobre los diseños para diversos clubes de la Argentina.
- Cultura: ¿El fútbol llega a vos por tu afán sobre las camisetas? ¿O viceversa?
Gustavo: No está tan ligado al fútbol. Me gustan las camisetas en sí, me apasionan, pero creo que hoy en día me apasionan más que el fútbol en sí. En redes sociales trato de no ser partidario. Se sabe que soy hincha de Boca, de vez en cuando lo he dado a entender, pero trato de no inclinarme. Si me preguntan por una camiseta de River puedo contestar objetivamente, no tengo prejuicio con camisetas rojas y blancas.
- C: ¿Te sorprendió la salida de Nike?
G: Sí, pensé que era mentira. No me la creí. Lo que tenía que pasar para que Nike se vaya era no igualar la oferta de diez millones y tranquilamente lo podría haber hecho, entonces no sé qué motivó su salida. De hecho, hace poco salió en una página (“Ofoball”) el catálogo de lo que hubiese sido la ropa y me parece que era de lo mejor de Nike en años. A mí no me suele gustar la ropa de salida, pero distingo cuando algo es bueno o no.
- C: ¿Sentís que a nivel diseño fue decayendo en el último tiempo? Hubo algunas camisetas controversiales como la verde flúor, la violeta, la rosa…
G: Puede ser, o por lo menos desgastó la relación del hincha con Nike. Igual sigo viendo demasiados detractores de Adidas. Yo no sé si es porque es la misma marca que tiene River, pero hay gente pidiendo que vuelva Nike y, para mí, los últimos años no fueron buenos en materia de diseño.
- C: En ese sentido, ¿qué te parecieron estos primeros diseños de Adidas con Boca?
G: Por lo que escuché, tuvieron sólo siete meses para diseñarlas, porque la puja entre los dos fue hasta último momento. Para ser un proceso que, por lo general, lleva casi dos años, creo que están más que aprobadas.
- C: ¿No la considerás de catálogo?
G: No. Nos dieron un template actual, no llegaron a preparar la “versión jugador”, pero River no siempre la tuvo, entonces no me voy a poner a reclamarles cuando son sus primeros diseños. Sí me voy a poner más exigente para la próxima temporada ya que van a tener mucho más tiempo. Creo que Adidas va a explotar bien a Boca. Reeditar la del ’81 es lo más inteligente que pueden hacer, porque sino no les interesa ganar plata. Creo que están más que aprobadas, incluso la suplente que es bastante controversial, medio que “asesinaron” el diseño de Alemania ‘90, pero cuando la vi en vivo me cambió un poco la cabeza.
- C: Ahora, si explotan Boca, ¿cómo repercute en River?
G: Es difícil dejar conformes a todos, no lo van a lograr. No me imagino a River sin Adidas, creo que es una marca para ese club. Sinceramente, como hincha de Boca deseo que continúen con esta marca, no me molesta eso, no tengo problema.
- C: Hoy por hoy, entre Adidas y Nike, ¿con cuál te quedás?
G: En la actualidad me quedo con Nike. Durante mucho tiempo, y eso también se vio reflejado en mi colección, yo priorizaba Umbro y Adidas, en una época en la que Nike hacía todas las camisetas iguales y les cambiaba el color, no tenía ningún tipo de personalización, salvo un detallito, pero no me compraba. Está buenísimo que metas algo en la parte de atrás del escudo, pero te pido más, esforzate. Empezaron a repuntar un poco cuando sacaron la tecnología del material reciclado, que es cuando empezaron a mostrar la faceta de vamos a ir más por lo tecnológico que por el diseño. Actualmente hacen un mix entre las dos cosas, a veces hacen cosas que no son de mi agrado, pero hoy Nike está muy por encima de Adidas.
- C: Recién nombrabas a Umbro y, siguiendo con la línea del fútbol argentino… Si tenés que hacer un top tres, ¿con qué marcas te quedás?
G: Kappa a nivel mundial; Umbro, no es la calidad que tiene en Brasil, pero está muy bien; y de última Hummel, que en realidad es “Sport 2000” con una licencia de Hummel, pero la elijo por el amor que le tengo. Me costaría mucho encontrar otra ya que el resto están por de bajo.
- C: ¿En qué te basás para tu elección?
G: Calidad, por ejemplo, Kappa lo que hace con Racing y Vélez está a la altura de lo que hacen afuera, y personalización. Obvio, no quiere decir que todo me guste. Racing saco una edición especial “La Academia” que me pareció espantosa. Muchas veces una camiseta me parece fea, pero sí celebro que corran riesgos, que no se encasillen.
- C: ¿Por ejemplo “Under Armour” con sus diseños para Rosario Central?
G: Exacto. A mí mucho no me gusta, pero tienen un par de detalles interesantes como la locomotora, y se la jugaron con los bastones. Sí quizá tendrían que haber ido más allá y ponérselos en la espalda, yo soy anti espalda lisa en camisetas con bastones. Si un equipo los tiene van adelante y atrás, distinto es si hay una reglamentación, pero sino tenés que hacerlo.
- C: Es raro lo que hace Under Armour que se juega con estos diseños para Rosario Central, pero te hace una tradicional para Estudiantes con la vuelta del banderín…
G: Me gustaría conocer un poco más los procesos en los cuales llega una marca y te dice “esto es lo que tengo”. Todo club tiene que aprobar un diseño, no sé qué motivó a Central para aprobar ese diseño en particular, pero tampoco sé las otras propuestas que hubo. Quizá eran peores o mejores. Lo de Estudiantes fue completamente acertado, el único pero es que Under Armour todavía no sabe cómo resolver la aplicación del logo y eso de unir los bastones no me gusta.
Coleccionismo
Más de 600 casacas llenan todo tipo de estante, caja o valija que tenga Gustavo en su casa.. Su ambición por llegar a las mil, las que más le gustan, qué busca y cómo fue acrecentando su caudal:
- C: ¿Cómo nace tu amor por las camisetas?
G: El amor por las camisetas de fútbol me llegó cuando tuve acceso a poder comprarme la primera camiseta original. La compré por “Mercado Libre”, me acuerdo que era una de Sudáfrica del 2004/2005 y la pagué 70 pesos. Fue la primera original, después compraba algunas “Thai” cuando no sabía pensando que eran originales y, con el tiempo, empecé a descubrir qué cosas tenía que buscar. Esto fue en el 2008. En ese momento vi que acá el mercado no estaba hecho para lo que me gustaba. Cuando empecé a coleccionar, me propuse tener camisetas, en lo posible, que no las tenga nadie, o que no se vean acá, que llamen la atención, que sean atractivas, pero que salgan de lo común. Acá todos tenían las del Milan, Barcelona, Real Madrid y yo no quería esas que podía tener cualquiera. Tengo algunas ediciones especiales de esos clubes, pero porque soy fanático de una tecnología.
- C: ¿Cómo fuiste creciendo? ¿Cuándo empezaste a considerarla como una colección?
G: Después de la de Sudáfrica un día descubrí “Ebay” y fue un viaje de ida. Empecé a encontrar ciertos vendedores de Inglaterra que vendían a precios que no entendía y me envicié con eso. La de Sudáfrica fue un primer paso, pero tiempo después esa camiseta se perdió. La lavé a mano, mi vieja la colgó y se voló. Después la volví a conseguir, pero yo me quedé sin mi primera camiseta oficial, entonces cuando descubrí Ebay me compré una del Brøndby IF de Dinamarca, una Adidas del 2006 de cuando tenían el cuello medio deformado. Cuando me llegó, me di cuenta que había algo, de hecho, fue el puntapié inicial para buscar proveedores para vender y con eso retroalimentar mi colección.
- C: ¿Siempre compraste por gusto? ¿O por algo en específico?
G: No me encasillaba. Me metía, navegaba y decía: “esta me gusta, es barata, la compro”. Al principio era así. Cuando llegué a 50 creí tener una colección aceptable, pero en ese momento no le daba el cuidado que les doy hoy en día. Algunas las usaba para jugar al fútbol. Con el tiempo, cuando la colección fue creciendo, fui destinando esas camisetas que tenían cierto deterioro para seguir usándolas y paralelamente arranco con camisetas que no voy a usar más que para dar una vuelta y “mostrarlas”. Algunas de las que usaba para jugar al fútbol procuré volver a conseguirlas, o al menos buscar alguna de ese equipo que me guste más y reemplazarla de alguna manera.
- C: Tocaste el tema cuidados, ¿qué procesos llevás adelante para mantenerlas?
G: Desde que tengo hijas, me quedé sin espacio en el placard. Ahora las tengo en cajas plásticas o en valijas, obviamente les pongo bolsas de silica gel para absorber la humedad y no es que simplemente están ahí; las reviso una o dos veces al mes; las aireo; a veces aparecen manchas amarillentas que son inexplicables, entonces las saco, las lavo a mano, las seco del revés, nunca al sol; no las doblo sobre algún estampado de vinilo para que no se quiebre. Algunas se deterioran porque el estampado es de mala calidad. Tengo camisetas que cuidé muchísimo, pero cuando las saco no sé qué pasó. Tengo una Techfit (Adidas), que es la argentina del Mundial 2010, la tengo doblada en una bolsa. Un día la saqué para ver cómo estaba y yo ya sabía que las bandas se ponían amarillentas, pero las tiras de los hombros que son como de goma se empezaron a quebrar, se empezó a secar el material y contra eso no puedo combatir.
- C: Actualmente, ¿cuántas tenés?
G: No tengo un número exacto y creo que es algo que quiero mantener. Me gusta el misterio. Tengo claro que tengo más de 600, no sé 600 cuánto… es una cosa mía. Creo que nació porque, en algún momento, por necesidad económica, me tuve que desprender de varias y, en ese momento, cuando la colección bajó bastante no quería saber cuántas me quedaron, tenía miedo de ponerme mal. Me desprendí de muchas de las cuales me arrepentí, pero en ese momento lo necesitaba. Cuando me acomodé e incrementé el número, no me tomé la molestia de contarlas. Algún día lo haré, pero tampoco tengo tiempo de sacar una por una y contarlas, porque son muchísimas.
- C: En se sentido, ¿cuál es o cuáles son las camisetas de las que más te costó desprenderte? Y, ¿qué anécdota tenés sobre alguna que hayas conseguido?
G: Locuras hice un montón. Me dolió desprenderme de algunas camisetas de equipos de Qatar, de la tercera división de Alemania, algunas de juego, que yo sabía que no iba a volver a conseguir, pero también sabía que estaban muy bien cotizadas. Yo necesitaba la plata y me ocupé de que lleguen a las manos de un coleccionista que le diera el cuidado que se merecen. Con todos establecí un muy buen vínculo, sé que las van a cuidar, que no van a aparecer un día con agujeros ni que la van a regalar, entonces por un lado estoy tranquilo porque están en buenas manos.
- C: ¿Siempre que te desprendiste fue por ventas?
G: Sí, ya sea para subsistir, porque en ese momento me sirvió, o para acrecentar la colección. Hubo un año en que sumé 150 camisetas. Era una época en la que pedía por correo y el muchacho venía con un bolsón de arpillera lleno de camisetas. Con las restricciones se cortó, pero era una época en la que iba muy bien la venta, entonces me la gastaba en camisetas.
- C: ¿Te enfocás más afuera? ¿O el mercado local también tiene sus cosas para comprar?
G: El mercado local mucho no me interesa. El que trae cosas de afuera, yo también las puedo conseguir. Hay un montón de camisetas que tienen otros coleccionistas que me encantaría tener, pero porque por ahora no me la puedo comprar, no porque no las consiga. Son muy pocas las veces que vi cosas y dije “de dónde la habrá sacado”. Estoy constantemente en Ebay, “Classic Football Shirts”, páginas de Instagram de rusos, indonesios, malayos, todo el tiempo consumo cosas relacionadas con camisetas.
- C: Cuando hablaste de la camiseta de Sudáfrica dijiste que acá comprabas en microcentro algunas Thai. Para el que recién está incursionando, ¿cuáles son los tips que debería tener en cuenta para diferenciar que una camiseta sea original o no?
G: Hoy en día es difícil darse cuenta si una camiseta es original o no, porque se esfuerzan al máximo. Sí es cierto que las tecnologías más desarrolladas como las Techfit o Vaporknit les cuesta. Lo ideal para el que no esté empapado en el tema sería tener una al lado de la otra porque ahí las diferencias son notorias. Si no tenés experiencia, empezá a mirar las costuras, cómo están cocidas las etiquetas… Un error básico: las Nike de jugador vienen con una etiqueta impresa que, por ejemplo, si tenés una camiseta de Holanda, debería estar escrita en holandés, y así sucesivamente. Ese error lo cometen siempre. La del Barcelona debería tener la etiqueta en español, y quizá en Ebay te la quieren vender como de jugador por 350 euros, pero cuando te muestran la etiqueta está en otro idioma. Entiendo que es por desconocimiento, sino no lo mostrás. Hoy en día, estoy en condiciones de afirmar que el precio te dice todo. Vos me traés una camiseta Thai, la publicás y pedís 3500 pesos, vas a engañar a un montón de gente, pero en Europa esa camiseta vale 80 euros, está perdiendo plata a ese valor. Hay mucha gente que no hace la conversión y es una cuestión de sentido común.
- C: Hablando de Thai, y para que lo comprenda todo el mundo, ¿de qué hablamos cuando hablamos de eso?
G: Thai es la abreviatura de Tailandia. Se apropiaron de ese término, pero no quiere decir que las hagan en ese país. Las hacen en China, en Indonesia, pero les quedó el apodo de Thai. Dejó la creencia de que porque es de Tailandia es trucho, y está mal. Una vez me pasó de tener que entregarle a un potencial cliente una camiseta de arquero usada en juego del Dinamo de Kiev. La camiseta estaba hecha en Tailandia y me dijo “es Thai”. Le hice toda la explicación y no hubo forma de convencerlo. Le llenaron la cabeza. Es trucha si tenés una Puma del 2008 que las hacían en Paraguay, Turquía o Georgia, pero te llegaba una de Tailandia y es trucha, porque no había fábrica ahí. Yo conseguí la camiseta azul de España del Mundial 2010, Techfit, a la que le bordaron la estrella de campeón. Es un simple, tiene la etiqueta, esa camiseta no existe y está hecha en Tailandia, no es trucha.
- C: Del 2008, que es cuando arrancaste, para acá, ¿sentís que creció el número de personas que incursiona en el coleccionismo de camisetas?
G: Sí, pero también porque tengo más conocimiento del mercado ahora que antes. No somos tantos los que coleccionamos las camisetas que a mí me gustan como esta del Odense. El tipo de colección que yo hago es de nicho, pero el mercado en general creció bastante.
- C: ¿No encerrás tu colección? ¿No tenés ningún tipo de barrera o enfoque?
G: No. En un momento me encerré porque quería tener todas las que pudiera o me gustaran de las Techfit. Creo que marcó un antes y un después en lo que es tecnologías en camisetas, eso y las PowerCell de Puma. Me enfoqué en conseguir todas la que pueda, pero mi colección no está cerrada. Si bien tengo tendencias de comprar una camiseta de la liga turca, ucraniana o rusa, si el día de mañana aparece alguna de una liga que no conozco, la compro. A veces, por no conocer, la gente se pierde de cada joya que a mí me encantaría poder tenerlas. Si tuviese el bolsillo me la pasaría comprando camisetas.
- C: ¿Qué es un prototipo? ¿Se considera original?
G: El prototipo es una camiseta original. Es aquella que no salió a la luz, que fue una muestra que fabricó la marca ya sea para presentar en el club o ver simplemente cómo quedaba una tecnología o cierta paleta de colores. Tengo un prototipo del Borussia Dortmund en el cual buscaron saber qué pasa si sublimás negro sobre una tela amarilla, te queda verdoso. Por eso tengo camisetas de ese equipo, que nunca pudieron haber aprobado. Es una remera que no salió a la luz, pero que pudo derivar en el modelo final con ciertas diferencias, o que no se parece en nada a alguna camiseta que se haya conocido. Hay prototipos que son iguales a la camiseta que salió; hay otros que es el mismo diseño pero cambiaron los colores; y prototipos que no se parecen en nada, absolutamente nada, a lo que sacaron.
- C: ¿Son cotizados en el ambiente del coleccionismo?
G: Sí, pero no somos tantos a los que nos vuelven locos. Yo me entusiasmo cuando los consigo, pero cuando los quiero vender cuesta. Supongo que debe ser por desconfianza, o simplemente no les interesa tener una camiseta que no existe, cosa que me genera un atractivo impresionante. Es como conseguir el “mash-up” de Boca que acá no se comercializó, pero se vende en Estados Unidos, y me gustaría tenerla. Uno no siempre tiene que comprar camisetas porque le gustan, y eso es algo que mucha gente no lo entiende. Animate a comprar una camiseta porque es rara, no tengas miedo de comprar una que tenga brócolis o jamón crudo.
- C: ¿Cuándo te sentirías satisfecho? ¿Cuál es tu objetivo?
G: Mi primer objetivo es llegar a las mil y considero que las voy a empezar a contar cuando esté llegando. Eso sería marcar un hito, pero no tengo tope. Yo voy a seguir juntando indefinidamente. Hoy es un sacrificio enorme comprarme una camiseta. Hay un montón que tengo en el carrito o vistas, pero salen 100 euros, para mí son 8000 pesos, y entre comprarme una camiseta o cosas para mis hijas, hoy las priorizo a ellas. Es por eso que, además de querer meterme en el mundo del diseño para hacerme un lugar y trabajar de eso, otro motivo es percibir ingresos para comprar camisetas.
Diseño
Además de coleccionar, Gustavo crea. Su evolución como diseñador, su colaboración con algunas marcas, los “jueves fantasy”, su intención de romper los esquemas y su ambición por dedicarse a este rubro.
- C: ¿Cuándo empezaste a diseñar?
G: Empecé a fines del 2017.
- C: ¿Por qué nació esa curiosidad?
G: Arrancó como un juego. Empecé con el Paint, que era bastante limitado, y le escapaba al Photoshop, creía que era demasiado complejo como para que yo pudiera empezar con eso. Sabía que tenía que aprender, pero le escapaba. Casi a fines del 2018 le perdí el miedo, me lo bajé, descargué un “mockup”, que es como una plantilla que ofrecía “La Casaca” gratis, y empecé pintando. Le cambiaba el color a la manga, al cuello, veo qué pasa si le pongo bastones, y me lancé. De a poco empecé a ver qué hacía cada función. En un momento dije: “Me gusta lo que estoy haciendo. Tienen buena recepción. Veo cómo está el mercado hoy en día, no me gusta todo lo que hay”. Me comprometí con el “jueves fantasy” (campeonato de diseño de camisetas) y ahí exploté mucho mi creatividad, porque nos permitió romper esquemas. Hay mucha gente que está hace bastante y es muy estructurada, no se animan a hacer algo revolucionario, a intervenir un escudo…Yo hice una del Galatasaray (Turquía) en la que me animé a sacar una cola del león y estoy orgulloso, la amo. A partir de ahí me perfeccioné mucho. Quiero que las camisetas que haga cuenten una historia, para hacer una genérica no hago nada.
- C: Vi que tuviste la posibilidad de trabajar con Kyrios, hiciste tres diseños para Sportivo Luqueño (Paraguay), y con el Círculo Deportivo Otamendi (Argentina).
G: La del Circulo Deportivo Otamendi es mi primer diseño materializado por un club de fútbol.
- C: ¿Cómo arrancás a trabajar con las marcas?
G: A raíz del “jueves fantasy” me di cuenta que tenía cierto talento. Empecé a armar una especie de book y a ofrecerlo. Muchas veces no me respondieron. Primero hice una especie de asociación con una cuenta de Irlanda que se llama “Football KitBox”, que hacía convenios con clubes chicos, y ofrecía hacer los diseños. Ahí generamos una especie de contrato implícito en el cual me pagaban tanta plata por tantos diseños. Ese surgió porque él llegó a mí. Con Kyrios pasó que un amigo, “Matupeco”, me dio el contacto del gerente comercial.
- C: ¿Cuánto tiempo tardaste en hacer las remeras de Sportivo Luqueño?
G: Un mes como mucho, no me llevó tanto. Hay camisetas de las cuales estoy muy orgulloso del trabajo final y me llevó menos tiempo del que la gente cree, porque estaba inspirado o porque tenía la idea en la cabeza.
- C: Te consultaba porque anteriormente dijiste que el proceso de una camiseta puede llevar hasta dos años…
G: Antes de empezar a diseñar yo no desconozco ciertas cosas del club. Empiezo a mirar todas las camisetas que está sacando, cuándo salió campeón, me meto en simbologías, leo sobre la ciudad, me fijo por qué se caracteriza… y con todo ese conocimiento el diseño sale casi solo. Después hay que ajustar, corregís errores, pero trato de que el boceto se asemeje al resultado final.
- C: En el diseño, ¿es con la tercera camiseta con la que más podés jugar?
G: Sí. Jugar hay que jugar con todas, el tema es cuánto. Soy partidario que en la titular hay que mantener cierta tradición y buscar cómo personalizarla sin salir de lo clásico, más que nada para no ponerte en contra al hincha. Con Luqueño yo sabía que la titular era azul y amarilla a bastones, pero después le busqué la personalización con el tema de la música, que está muy vinculada a la ciudad. Con la “away” podés salirte un poco más, porque son pocos los equipos que tienen un parámetro establecido sobre la “away”. Y la tercera es para volverse loco. Respeto los colores, pero busco hacer algo que genere impacto. Ojo, con la tercera tenés que saber hasta dónde tirar de la soga. La camiseta rosa de Boca tuvo una pésima aceptación, y por algo la terminaron rematando a 300 pesos en los outlets. Volverse loco no es meter un color poco tradicional. Cuando hice la de Luqueño me volví loco con la trama, pero era azul y amarilla. Vos tenés que medir qué está dispuesto a aceptar la marca y el club.
- C: ¿Qué pasó con Luqueño?
G: Había una firme posibilidad. Básicamente, no alcanzó las expectativas de provisión de indumentaria que requería el club. Ellos vienen hace mucho tiempo con Puma, a través de una marca llamada Kemsa, que también tiene a Lotto, por eso firmaron con ellos. Por lo que pude escuchar, no prosperó por no satisfacer el volumen que requería la institución. Kyrios es una gran marca, que realmente se esfuerza por hacer grandes diseños y aplicar tecnologías de primera. Me dio mucha pena, porque era un sueño que un club de la primera de Paraguay utilice tus diseños, era realmente un sueño.
- C: ¿Cómo ves las camisetas en general a nivel diseño?
G: Creo que hay una cuota de conservadurismo. Lo que hizo el Inter con la camiseta inspirada en Pirelli es fantástico. Hay muchos que simplemente se limitan a ver el trabajo final, por eso, por ejemplo, me enojo cuando dicen que la camiseta titular de Inglaterra en el 2010 “es una chomba blanca”, ¡no! Ahí les doy todos los motivos por los cuales no es simplemente una chomba blanca. Hay que considerar todo el trabajo de fondo. La de Pirelli del Inter tiene un trabajo detrás y un concepto, ahora la verde menta es porque es un color de moda y fueron más que acertados en la paleta de colores, quisieron hacer una camiseta linda y lo lograron. A veces las marcas buscan hacer una camiseta linda porque sí.
Comunicación
Redactor de “Todo Sobre Camisetas”, Gustavo va más allá. Su proyecto en Youtube, su intención de armar una mega convención y hasta un posible libro componen sus principales objetivos.
- C: Tenés una relación muy fluida con tus seguidores, ¿cómo te llevás con la comunicación? ¿Cómo está el proyecto de “Fun With Camisetas”?
G: No quedó en el olvido “Fun With Camisetas”. A los ojos de muchos quedó como un proyecto trunco. La realidad es que, primero, nos costó mucho con mi compañero poder encontrar horarios para grabar. Cuando estábamos empezando mi mujer quedó embarazada y, después de grabar el primer video, mi amigo fue operado de columna, se sumó todo. Cuando más o menos nos acomodamos, el edificio en donde grabamos se prendió fuego y recién recuperó su casa hace dos meses. De querer empezar en enero del 2019 a no haber comenzado, pero sigue en pie porque es un proyecto al que le pongo muchísimas fichas.
- C: ¿A qué apunta?
G: Apunta a entretener y enseñar sobre camisetas. Es una búsqueda por captar y generar pasión por las camisetas. Es como crear un ejército de “nerds camiseteros”, que la gente no compre camisetas porque sí, sino que vean qué cuenta esa camiseta, qué dice. Si puedo contarte algo que haga que esa indumentaria te guste, aún más lo voy a hacer. La idea del programa era poder debatir sobre ciertos temas y ver la gente qué opinaba, con quién estaba de acuerdo, generar un “feedback” constante con el público. Todo lo que tenga que ver con camisetas iba a estar en ese programa. No existe.
- C: Siguiendo con la rama de la comunicación, el año pasado participaste de “La Casacapallooza”…
G: No estuve como orador. En el primer evento participé como expositor principal, en el segundo estuve en un stand de camisetas locas como «la de Lenin», la «del brócoli», la «del jamón crudo» y demás. Quizá, al estar tan pendiente del stand, no pude reflejar todo lo que digo en Twitter en un cara a cara. Eso también motivó que yo quiera comunicar lo que digo en esa red social, pero en un evento mío. Yo fui como invitado, pero quiero que el evento esté a cargo mío. Tengo como objetivo, ojalá que lo pueda hacer en el 2020, una exposición de 500 camisetas de fútbol que sea de primer nivel. Como si fuera una galería de arte, pero de camisetas, algo que no se hizo nunca acá. Quiero que sean 500 camisetas que dejen a todos con la boca abierta, y dividirlas en secciones como “camisetas reversibles”, “ediciones especiales”, “ediciones carnaval del fútbol alemán”, “camisetas raras”, una selección muy cuidada de 500 camisetas. Es un objetivo que tengo para este año.
Cierra Gustavo, y expone su gran meta: «El día de mañana me encantaría escribir un libro. Todavía no tengo muy en claro qué quiero contar. Por ahora es un deseo. Yo colecciono libros de camisetas de fútbol y veo muchas falencias, entonces sé qué cosas no quiero que tenga y qué cosas sí. El libro de “Camisetas Legendarias” tiene muchas cosas que me gustan, o el “Atlas de Camisetas de Fútbol” también está muy bien. Quiero ir por ese lado con esa característica del lado nerd que tengo yo. Quiero hablar de camisetas como la del Semen Padang o del Barito Putera (Indonesia). Ahí estoy yo. El mensaje que quiero dejar es que sepan que hay algo más allá y quiero que lo conozcan. Hay grandes cosas dando vuelta, es cuestión de buscar un poco».
- AUTOR
- Julián Barral
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