Historias
Michael Olunga, de Kenia, con amor
«Benvinguts a la História», con esa frase, casi como un presagio, el Girona Fútbol Club recibía en las redes sociales a Michael Olunga, un delantero keniata que, hasta ese entonces, se había desempeñado en la liga de su país, en el Djugardens de Suecia y contaba con menos de una decena de partidos en la Superliga China vistiendo los colores del Guizhou Hengfeng. Además, formaba parte de la selección absoluta de su país desde el año 2015.
En septiembre de 2017, Olunga llegó con 23 años y su metro noventa y tres de altura para aportar en la delantera del Girona, club por entonces debutante en la Primera División de España. Y a decir verdad, no aportaría mucho al equipo. En primer lugar, porque la gran temporada del uruguayo Cristhian Stuani lo mantuvo relegado siempre a ocupar un lugar en el banco de suplentes, en segundo lugar porque, cuando tuvo oportunidades, no supo aprovecharlas (o quizás no tuvo suerte).
Pero, hay un asterisco en su paso de Olunga por la entidad (sí, ya no está en el club, hoy juega nuevamente en la Superliga China). Un asterisco que, sacado de contexto, desmiente todo el párrafo anterior. Porque ese moreno, espigado, que en su juventud en Nairobi jugaba con un calcetín relleno con papel, en los ratos libres que le quedaban entre el colegio y los días de labrar la tierra que su propia madre cultivaba, tuvo su día mágico.
Fue el 13 de enero de 2018. En el Estadio Montilivi, Girona recibía a Las Palmas por la fecha 19 de La Liga. Olunga iniciaba viendo el partido desde el banco. Su equipo se fue al descanso 1-0 arriba, gracias al tanto de penal marcado por Stuani. Pero el delantero uruguayo no salió a jugar el segundo tiempo, por un golpe que le hizo perder el conocimiento en el vestuario, y quien ingresó en su lugar fue Olunga, con el dorsal 14. Y su ingreso al campo de juego para jugar esos 45 minutos restantes sería su pasaporte a la historia, y no solo a la de su equipo, sino también de su país.
Tal vez crean que exageramos, pero no es así. Olunga se hizo presente en el marcador solo 12 minutos después de estar en cancha, convirtiéndose de esta manera en el primer futbolista nacido en Kenia en marcar un gol en la máxima división de España. Dato no menor, 13 minutos después marcaría el segundo, y unos instantes más tarde se vestiría de asistidor para que Cristian Portu marcara el quinto tanto de la tarde. Hasta aquí, para remarcar la importancia de ese primer gol en La Liga que le significaría recibir el saludo, nada más y nada menos, que del Presidente de Kenia.
Pero el fútbol tenía guardado un récord más para Olunga, sólo 22 minutos le bastaron para marcar el tercer gol en su cuenta personal, el sexto y último de su equipo en la goleada 6-0. Entonces fue que el muchacho que soñaba con ser jugador de fútbol, con Robin Van Persie como espejo, se inscribió en un récord más. Esta vez propio del Girona, siendo el primer jugador en convertir un triplete defendiendo los colores del conjunto catalán en Primera División.
Luego de la tarde soñada, Olunga siguió intercalando titularidad y suplencia en los partidos del Girona, pero paradójicamente no volvió a convertir y su marca en el club quedó con 14 juegos y tres goles, tres goles que marcaron a fuego su nombre en la historia del Girona y de La Liga.
De Kenya, con amor, Michael Olunga.
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- AUTOR
- Matías Zampini
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