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Mucho más que un trampolín
La modernización del fútbol mundial lleva a que selecciones, o ligas, que antes tenían poca repercusión, o una calidad futbolística de menor jerarquía, tomen mayor relevancia. Por muchos años, la liga holandesa o la francesa eran las predilectas para ser utilizadas “como trampolín”, para luego introducirse en las ligas más importantes del Viejo Continente. Está claro que esto fue mutando durante los últimos años y Portugal se transformó en un certamen codiciado para dar los primeros pasos. La reestructuración en las divisiones juveniles, como la creación de la “Liga Revelación”, y un mecanismo de incorporación más que interesante, hicieron del torneo portugués uno de los filtros más importantes a la hora de pasar a los certámenes más populares de Europa.
En este mercado de pases se dieron dos grandes ejemplos. El primero es el de Enzo Fernández, uno de los volantes con más proyección del fútbol argentino, que llegó al Benfica a cambio de un poco más de diez millones de dólares. El oriundo de San Martín tomó el mismo camino que Ángel Di María, Nicolás Gaitán, David Luiz o Lisandro López, quienes eligieron pisar Portugal para luego impulsar sus carreras en tierras europeas. El otro ejemplo es Darwin Núñez, quien llegó a las Águilas Rojas proveniente del Almeria, a cambio de 35 millones de dólares, y pasó al Liverpool en 100M. Este mecanismo de compra y venta es el que sitúa al Benfica como el equipo con más ingresos por ventas de la última década, con un monto que supera los mil millones de dólares. Dentro de esta lista de las ventas más caras, hay un popurri entre jugadores que llegaron como apuestas, como Victor Lindelof o Ederson, y de juveniles que explotaron en la primera, como Renato Sanches o Joao Felix. Justamente, los 160 millones de dólares que abonó el Atlético Madrid, significan el traspaso más caro de la liga lusa. Pero en estos ejemplos está la fortaleza actual del fútbol portugués: incorporaciones con las que buscan ganancias en el corto plazo y el potenciamiento de futbolistas juveniles.
Las estrategias deportivas de los equipos históricos para darle rodaje a sus canteranos son amplias, desde cesiones, hasta la participación en la Liga Revelación y los equipos filiales en el ascenso. El primero es una herramienta de gran uso y con resultados diversos. Para citar los más destacados, se puede mencionar los casos de Oblak y Ederson en Rio Ave. Ambos fueron cedidos y compartieron plantel en la temporada 2012-13, para retornar al Benfica en distintas etapas y con un efecto final muy fructífero. Por otra parte, la liga Revelación es un torneo con planteles sub23, un promedio de edad de 21 años, y quienes lo disputan lo hacen porque previamente se apuntan al mismo.
Thiago Dantas, Diego Moreira, Henrique Araujo, Mateus Fernandes, Goncalo Borges, Miguel Falé o André Lacxmicant son algunas de las joyitas que dicen presente en sus equipos para competir en dicho torneo, muchos de ellos con pasos por las selecciones juveniles. Quien no participa en esta competencia es el Porto, ya que entiende que con su equipo filial es suficiente para potenciar a sus juveniles. La que acompaña a la filial del Porto en la segunda categoría es la del Benfica, mientras que las del Sporting de Lisboa y Sporting Braga están en la tercera división, por citar a las instituciones históricas. Pero más allá de que las luces están allí, se encuentra el crecimiento de equipos de menor talla en materia de scouting y desarrollo de talento, como el caso del Portimonense, que cuenta con una infraestructura a la altura de los más grandes y una captación de futbolistas de élite. Estoril Praia y Vitoria, que basan su idiosincracia en la jerarquía de sus bases juveniles, y Belenenses SAD, amplían el abanico para la jerarquización del fútbol luso.
Estas reestructuraciones se ven en los resultados de las selecciones juveniles, como la última Eurocopa Sub 20, disputada en Eslovenia y Hungría, en la que Portugal cayó ante Alemania en el partido decisivo por 1-0. Rafael Leao, figura central en la obtención del Scudetto por parte del Milán, Diogo Dalot, Fabio Vieira, Gedson Fernandes, Francisco Conceicao o Luis Maximiano, fueron algunos de los integrantes de aquella plantilla y con un gran presente. Por otra parte, la Sub 17 también tiene buenos pergaminos, ya que en la Eurocopa 2022 en Israel, perdió en semifinales por penales ante Francia, quien terminó quedándose con el título.
Es una realidad que el fútbol portugués se convirtió en uno de los grandes canales de exportación de talento. Las salidas de Vitinha al PSG, Fabio Vieira al Arsenal inglés o Francisco Conceicao al Ajax (todos desde el Porto), Palinha dejando el Sporting de Lisboa para convertirse en refuerzo del Fulham o la incorporación de Samuel Lino al Atlético Madrid, son la clara demostración de esto. Desde hace un tiempo, la liga lusa dejo de ser solo un torneo para relanzarse, ahora invierte en futbolistas que se transforman en estrellas mundiales y desarrolla talento joven de élite. Los fanáticos portugueses se pueden quedar tranquilos porque hay vida después de Cristiano Ronaldo. Y material para envidiar.
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- AUTOR
- Claudio González
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