Argentina
MWU: 5 oscuros pasos de delanteros por los 5 grandes
Sigue y sigue la sección Millennials Will Understand, esa que ha de repasar momentos futbolísticos claves, bisagra o de culto que marcaron los años más tempranos de la actual generación millennial, rememorando tiempos donde la banda ancha ya llegaba a casa de prácticamente todos, pero aún el asunto era primitivo como para poder gozarla a través de memes. En esta ocasión, cinco casos de delanteros que pasaron de manera desapercibida o, simplemente, con más pena que gloria, por los cinco grandes del fútbol argentino. Son nombres de peso y no tan lejanos en el tiempo -haciendo énfasis en el sentido de esta sección-. Pero aquellos episodios parecen destinados a ubicarse en el olvido, justamente, por lo insulso de aquella estadía.
REINALDO NAVIA EN RACING (2008)
Símbolo del fútbol mexicano durante la primera década del actual siglo, el chileno Navia dejaba atrás al país centroamericano para ponerse la camiseta de un Racing Club que, de cara a la temporada 2007/2008, sudaba la gota gorda por el peligro del descenso. La promesa del refuerzo era goles por doquier para sanear la malaria.
Nada más lejos de la realidad. En un año en el conjunto de Avellaneda, Navia acumuló 16 partidos y mojó solo una vez, versus Boca Juniors. Esto le valió para tener su propio compilado de goles en YouTube (real).
Para 2008, con Miguel Ángel Micó en el banco del Cilindro, Navia acumuló poco y nada en base a tiempo de juego. De hecho, a comienzos de ese año el técnico lo borró del plantel, generando encono en Reinaldo: «La verdad es que esto no lo esperaba. Acá en Racing viví cosas que jamás me ocurrieron en mi carrera, porque siempre fui titular en todos los clubes donde jugué. No me quiero calentar, voy a tratar de tomarlo con tranquilidad».
Con el equipo jugándose la permanencia contra Belgrano, él ya apuraba a su representante para encontrar un nuevo hogar. Hizo las valijas y partió en silencio.
ROLANDO ZÁRATE EN RIVER (2007)
No, no lo soñaste. Antes de que su hermano Mauro llegara a Boca en un torbellino de polémicas y traiciones familiares, el Roly vistió de manera efímera la casaca del team de Núñez, cuando a mediados de 2007, por pedido del entrenador Daniel Passarella, arribó desde el Tigres de México a los pagos riverplatenses. La contratación no solo fue recibida con buena ventura por la falange millonaria, sino que el debut -frente a Gimnasia en Jujuy- incluyó un gol del ex Vélez en la primera bola que tocó. El ambiente era promisorio.
Pero la magia se acabó en el norte del país. Zárate jugó poco y nada, aquel tanto sería el único con la casaca de la institución y, al poco tiempo, emigró al fútbol de Ecuador tras un puñado de meses en el Monumental. Al poco tiempo, detallaría que sus pocas oportunidades en aquella etapa se debieron al gusto del DT: «Fue una experiencia linda, triste porque no pude demostrar lo que podía. Daniel (Passarella) me decía que no me veía bien físicamente. No me dio la posibilidad como jugador pero como persona me trató siempre muy bien, y le estoy agradecido porque fue el que me llevó».
LEONARDO ULLOA EN SAN LORENZO (2005-2007)
Este caso no se trata de un paso de corta duración, ya que este lungo delantero estuvo tres años en las filas de CASLA. Pero durante su presencia en aquel lar se acomodó principalmente como una pieza de recambio del equipo, y contó con pocas oportunidades. En aquel tiempo, disputó 32 partidos y anotó únicamente tres veces. Algo así como un gol cada 365 días.
Una década más tarde a su salida del club de Boedo, se consagraba campeón con el Leicester City en Inglaterra. Ulloa reinventó su carrera en el Viejo Continente, rompiendo redes en España y en la liga inglesa posteriormente. Sus días en San Lorenzo parecen episodios de otra vida.
Artículo relacionado: Ulloa, del adiós en silencio al grito de campeón
LUCIANO LEGUIZAMÓN EN INDEPENDIENTE (2012-2013)
De los que integran este conteo, es el que más fortuna parecía traer una vez concretada su llegada. A mediados del 2012, y tras consagrarse campeón con Arsenal de Sarandí en el torneo local, firmó por un Club Atlético Independiente asediado por la chance de caer en el descenso. Pero… ¿para qué contar el chiste, si ya conocemos el remate? Leguizamón tuvo un paso paupérrimo por la entidad roja, esfumándose con su presencia tan solo un año después a su arribo, con el descenso consumado. LL dejó atrás solo un tanto en 16 cotejos.
Lo bizarro de esta experiencia es lo que pasó un año después al día en que Leguizamón abandonó el club. Un proceso judicial por el reclamo del atacante respecto a una deuda que el club mantenía con él devino en el embargo de las copas de la institución roja.
Situación hija que parecía más bien apostar a un golpe amarillista en los medios que otra cosa, el paso de Leguizamón por Avellaneda es más recordado por el después que el durante. Tiempo a posteriori de aquella experiencia sinsabor, él declaró: “El que estuvo en Independiente no fui yo, decididamente. Nunca estuve al 100 por ciento en el aspecto físico y no pude demostrar lo que fui en Arsenal, todo lo que puedo dar”.
BRUNO MARIONI EN BOCA JUNIORS (2007)
Otro caso más de un romperredes en tierra azteca que, en su etapa en Argentina, dejó mucho que desear. Si bien acumuló una gran cantidad de goles en sus inicios en el fútbol doméstico, vistiendo casacas de Newells, Estudiantes e Independiente, fue en la liga de México donde Bruno Marioni entró en la categoría de goleadores a temer. A comienzos de 2007, el Boca Juniors de Miguel Ángel Russo puso sus ojos en él, como una atractiva pieza de recambio para los desafíos venideros.
Marioni nunca superó el enorme cerco que la letal dupla Martín Palermo-Rodrigo Palacio implicaba en el área xeneize. Su marca fue de tres goles en 18 partidos, dos de ellos en un 7-0 frente al Bolivar en cancha de Vélez. Levantó la Copa Libertadores como actor de reparto y enfiló derecho hacia las filas del Atlas de México, lugar donde mejor le sentaban los tantos y los festejos.
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- AUTOR
- Esteban Chiacchio
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