Historias
MWU: La lesión de Petr Cech
Continuamos la entrega de la sección Millennials Will Understand, esa que ha de repasar momentos futbolísticos claves, bisagra o de culto que marcaron los años más tempranos de la actual generación millennial, rememorando tiempos donde la banda ancha ya llegaba a casa de prácticamente todos, pero aún el asunto era primitivo como para poder gozarla a través de memes. En este caso, la historia de una lesión que los consumidores de Fox Sports los sábados por la mañana casi dos décadas atrás difícilmente olvidaremos.
El ritual matutino del sábado era ir hacia el canal número 18 y desayunarse un cotejo de la Premier League. El 14 de octubre de 2006 la cita, en ese caso, era promisoria. El todopoderoso Chelsea de José Mourinho visitaba al ignoto Reading, en una soleada jornada con el equipo de casaca azul alineando a: Petr Cech; Paulo Ferreira, John Terry, Khalid Boulahrouz, Wayne Bridge; John Obi Mikel, Frank Lampard, Michael Essien, Arjen Robben; Andriy Shevchenko y Didier Drogba.
Es en el golero en donde nos detendremos. Porque la imagen masticada del checo Cech que tenemos en nuestros días es la del meta alto y de templanza sólida que ataja con un casco protector en su cabeza, similar al usado por algunos jugadores de rugby. Los televidentes de huesos amarillos de aquellas transmisiones sabemos muy bien tres cosas. El Manchester City solía ser un equipo insulso, el Sunderland siempre asciende y desciende -algo así como el Quilmes de ellos- y, viniendo al caso del post, en un principio, Cech atajaba sin casco, dejando ver sus delgados cabellos rubios con su bocha despejada.
En aquel partido contra Reading todo sucedió muy rápido. Iban solo doce segundos de partido cuando un despeje del portero local Hahnemann alcanzó tal potencia que se aproximó hacia el costado izquierdo de la valla defendida por PC. A la carrera por la pelota que inició el arquero se sumó el volante ofensivo Stephen Hunt, quien aún con el meta haciéndose con el balón entre sus manos no logró detener su marcha, colisionado de manera brusca su rodilla contra el cráneo de Cech.
Ante el ojo espectador, no parecía haber diferencia alguna entre los choques habituales de jugadores, hijos del roce típico del juego. Pero había algo malo en el arquero que, yaciendo en el suelo aún con la redonda en posesión, directamente no se movía. Hunt fue llamado por el árbitro para una amonestación verbal y él concurrió algo encabronado. Esto fue, a la larga, visto como un gesto de bajeza por parte del infractor. Lo cierto es que nadie tomaba dimensión de la gravedad del estado de Cech hasta que el cuerpo médico ingresó al campo de juego. El portero se movió como pudo para ser atendido. Aún con el juego detenido, salió gateando hacia las afueras del terreno. Dicha imagen comenzaba a dejar entrever que lo sucedido era más que una topada de la cotidianidad de los 90 minutos.
Fuero cinco largos minutos los que pasaron entre el desplome del checo y su retirada en camilla, en una espeluznante imagen que lo tenía con los ojos mirando al cielo y las manos garabateando movimientos. El desconcierto era total. El italiano Carlo Cudicini, arquero suplente, ingresó al campo de juego para su continuación. Pero el cotejo tenía más desgracias para hacer caer sobre los últimos hombres del Chelsea, porque, increíblemente, dicho sustituto padeció en una de las últimas jugadas del match un accidental golpe del defensa local Sonko. El mismo lo dejó inconsciente, obligando a los camilleros a, por segunda vez, retirar a un arquero en camilla. Insólito. En el arco, de forma improvisada, terminaría Terry, culminando el encuentro en un 1-0 a favor de los de Mourinho, que tras el pitido final nada tenía para celebrar: De manera tristemente increíble, sus dos arqueros estaban lesionados.
La línea de sucesión hizo recaer en un perfecto desconocido la responsabilidad de defender una de las vallas más importantes de Europa: Henrique Hilario, guardameta portugués que había llegado como reserva bajo el ala del propio Mou. De manera transicional, Hilario, partido a partido, se fue ganando la confianza de los descreídos seguidores del Chelsea. Poco tiempo después, Cudicini volvió al ruedo, recobrando la titularidad en contadas ocasiones.
¿Y Cech? Los primeros diagnósticos fueron duros. Fractura de cráneo, necesidad de intervención quirúrgica y un plazo de hasta casi un año sin actividad en base a la recuperación necesaria tras tamaño episodio. Menos de 48 horas después del partido, el golero fue sometido a una cirugía debido al hundimiento craneal que padecía. Aún con el resultado de la misma esperándose entre propios y extraños, Mourinho exclamó una frase tremenda: “Cech tiene suerte de estar vivo”.
La operación fue exitosa y tras un tiempo de chequeos minuciosos en la clínica, a diez días de ser intervenido a PC se le permitió visitar a sus compañeros en el club. Con la cicatriz como recuerdo de su urgente paso por el quirófano luciéndose en su ahora rapada cabeza, aproximó posturas un tanto más positivas respecto a sus vueltas en las canchas. Estaría completamente recuperado, finalmente, en un puñado de meses. Le dio su buena fe a Hilario, agradeció el apoyo de los seguidores y se dirigió a su nueva rutina: ejercicios y visitar al médico de forma estrictamente semanal para analizar que todo esté en orden. En vísperas de su regreso, lució en los entrenamientos lo que sería una marca registrada de su presencia en el césped, su casco protector, invitado obligado a su atuendo para evitar nuevos problemas en el área en cuestión. El 20 de enero de 2007, a tres meses del incidente, Cech volvió a la actividad profesional en un match frente a Liverpool. Su cabeza ahora lucía envuelta en la correspondiente protección.
¿Cómo culmina esta historia? Cech retomó en un altísimo nivel y continuó siendo considerado uno de los mejores arqueros del mundo hasta su retiro. En otra faceta, Stephen Hunt continuó su carrera en algunos equipos de rodaje menor en Inglaterra, así como también disputando algunos partidos con su Irlanda natal. En 2016, con 35 años, abandonó la actividad, tras un fugaz paso por el Coventry City. El que mejor la hizo, sin embargo, es Hilario, quien tras su efímero paso por el primer equipo del cuadro londinense, se convirtió en un actor de reparto en el banco de suplentes, manteniéndose hasta 2014 tan solo disputando veinte cotejos en ocho años. Lo valieron bien, porque una vez retirado, su ex compañero Frank Lampard al asumir como técnico del Chelsea lo convocó como entrenador de arqueros.
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- AUTOR
- Esteban Chiacchio
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