Brasil 2019
(No tan) Big in Japan
En posteos anteriores hacíamos la radiografía de la escuadra japonesa que vino a probar suerte a la Copa América de Brasil. Un conjunto sub-23 que ponía sus fichas en conformar un plantel dotado de experiencia y dinamismo para los Juegos Olímpicos del año próximo. Lo cierto es que el balance general que arroja el conjunto nipón es alarmante. Su fugaz participación en el certamen continental compone un tridente de desempeños fallidos, dejando la curiosa cifra de cero títulos sobre tres competiciones –dos de ellas, accesibles para el conjunto japonés- en un tiempo de solo seis meses. Así es, en 2019 Japón disputó tres torneos, llegando a instancias decisivas en dos de ellas, y la vitrina de títulos no sufrió modificación alguna. Para que veamos que la desazón no es solo argentina.
Japón arrancó su año futbolístico en enero, subcampeonando en la Copa Asia, al caer en la final frente a, curiosamente, Qatar. Tras haber sido campeón en 2011, y con una temprana eliminación en cuartos de final en 2015 que buscaba remediar, los de casaca azul debieron conformarse con la medalla de plata. En marzo, con un partido de más gracias al extraño reglamento de la Copa Kirín, quedó relegado al segundo puesto, siendo Colombia el campeón de la competición. Y en la copa que nos enarbola en estos días, Japón culmina como el peor tercero, con la mitad de puntos de Perú y en igualdad en dos con Paraguay, siendo esta selección beneficiada por menor cantidad de goles en contra.
Para la composición de su plantel, y el ritmo de competición que acarreaba, lo realizado por los asiáticos es digno, pero queda empañado por su abultado debut -0-4 ante Chile- y su estigmatizado rol en la Copa América, más como exótico animador de fase de grupos que como candidato real a llegar, al menos, al podio.
El equipo mejoró lo hecho en 1999. Por poco, pero lo hizo. En la última Copa América del milenio sumaron solo un punto y fueron últimos de su grupo, detrás de paraguayos, peruanos y bolivianos. ¿Una curiosidad? Su goleador en este certamen, Koji Miyoshi, autor de un doblete frente a Uruguay, tenía apenas dos años de vida en aquella primera aventura nipona en Latinoamérica. Símbolo de los tiempos nuevos que corren en el plantel japonés.
Mencionábamos al principio que Japón disputó un tridente de certámenes en lo que va del 2019. Un número considerable teniendo en cuenta que estamos solo a mitad de año. Y sin embargo, aún nos queda una pendiente, la que en diciembre tendrá a Japón como uno de sus protagonistas, junto a Corea del Sur, China y Hong Kong: el Campeonato de Fútbol del Este de Asia, a disputarse en suelo surcoreano.
¿Paciencia para la fermentación de grandes talentos (Takefusa Kubo, Shoja Nakayima, entre otros) , o dejarse llevar por la presión de, en un año con dos continentes, todo tipo de rivales y un cuarteto de competiciones –esto es, una cada tres meses- poder terminar con las manos vacías? Solo la evolución nipona podrá responderlo.
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- AUTOR
- Esteban Chiacchio
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