América
Paralelismos y diferencias
Poco más de diez meses de gestión. Edgardo Bauza y Tité asumieron a mediados de 2016, y su andadura por Eliminatorias se inició en la séptima jornada. Argentina se encontraba en el tercer puesto, mientras Brasil había empatado con Paraguay en Asunción y ni siquiera asomaba por el quinto puesto que da lugar al repechaje. Ocho partidos más tarde, y a falta de cuatro juegos para el final de la competición que otorga cupos para Rusia 2018, las posiciones se han invertido. La Canarinha venció en todos su partidos, alcanzó la clasificación a la Copa del Mundo y un estilo reconocible. Por el contrario, la albiceleste cayó a la quinta ubicación, sin ideas de juego.
La diferencia sustancial se encuentra en la renovación. El ex entrenador de Corinthians dejó atrás a varios protagonistas del 1-7 que propinó Alemania en el Mineirao. Y posteriormente a ambas eliminaciones prematuras en las consecutivas Copas América, Brasil se recuperó y exhibe su mejor versión en años. El colectivo es sólido (recibió solo dos goles desde la asunción del entrenador), se mueve siempre en bloque, logra asociaciones de mucha calidad y hace la diferencia con nombres propios que han mostrado un rendimiento superlativo. Paulinho y Renato Augusto, ambos jugadores de la Superliga China, son la piedra basal del equipo. Tité no tuvo inconvenientes para citarlos pese a que no actúan en una liga de renombre. Como interiores, son vitales para que el equipo se despliegue, y también ayudan defensivamente. En ese contexto, Neymar, que ha logrado desatarse tras la obtención de la medalla dorada en los JJ.OO de Río de Janeiro, encuentra su nivel y se muestra como el mejor jugador de selecciones del mundo.
Por el contrario, Bauza ha mostrado un tono desafiante en su raid mediático. Se cansó de repetir que Argentina será campeón en Rusia, mientras en el campo no se exhibe una filosofía de juego y, mucho menos, principios de una identidad marcada. Y a un grupo de futbolistas de élite no se los convence con un mensaje por TV. El equipo se muestra partido, sin conexiones y con muy baja eficacia, al punto de no crear un escenario en el que sus delanteros de élite se sientan cómodos. Sin Lionel Messi, cuya sanción es un simbolismo del castigo de FIFA hacia AFA más allá de la irresponsabilidad del ‘10’, se crea un ambiente poco claro para las últimas cuatro fechas, en las que el conjunto visitará Montevideo y Quito. Además, el juego de polarizaciones entre ambos entrenadores puede hallarse en los encuentros que disputaron fuera de casa, condición en la que existen resultados muy dispares y donde Tité consiguió muchas unidades con merecimiento.
Lógicamente, el presente de la Asociación del Fútbol Argentino y los miles de resquebrajamientos han actuado en contra del seleccionado. Con Claudio Tapia, presidente elegido democráticamente, todos los contratos estarán en observación. Incluso el del técnico. Esto no hace más que elevar la consideración de los jugadores, que bajo el lío de su federación arribaron a tres finales. Hoy, algunos parecen abatidos y reclaman un descanso luego de las frustraciones acumuladas. Cierto es también que no es fácil una renovación dentro de un equipo que alcanzó el partido definitivo de los tres últimos certámenes que disputó. No obstante, el ente que regula los destinos del fútbol brasileño tampoco atraviesa su mejor momento, y Tité igualmente ha logrado que su equipo lo identifique.
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- AUTOR
- Nicolás Galliari
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