Copas europeas
Partizan de Belgrado: a 20 minutos de la gloria
El primer dato llamativo es que no descendió nunca. No importa el mapa político que se mire: Yugoslavia, Serbia y Montenegro o Serbia, los de Belgrado se mantienen inamovibles en la élite local. Fundado por jóvenes oficiales superiores del Ejército Popular Yugoslavo en octubre de 1945, el Partizan debe su nombre a los grupos de resistencia anti-nazi que lucharon por la liberación del territorio de las Potencias del Eje durante la Segunda Guerra Mundial, mejor conocidos como “partisanos”.
Al momento mismo de nacer, ya tenía a su acérrimo rival, el Estrella Roja, otro que surgió de la situación política de post guerra. Los choques entre los Crno-beli (blanquinegros en croata) y los Crveno-beli (rojiblancos) en la liga yugoslava se tornaron en una lucha de poder entre los ministerios de Interior y Defensa. Hoy, el “Derbi eterno de Belgrado” es uno de los más reconocidos y, también, violentos.
La relación entre ambos es tan estrecha que los hinchas del Estrella Roja terminaron por apodar a sus vecinos, aunque sin tener el propósito, claro. Cuando Partizan cambió sus tradicionales colores rojo y azul por el blanco y negro, los Delije (“héroes”) les pusieron el sobrenombre de Grobari (“sepultureros”), pero estos terminaron por adoptarlo con orgullo por considerarlo intimidante.
Partizan consiguió sus primeras ligas a finales de los ’40 y fue el primer club yugoslavo en participar de la Copa de Europa (Champions League). Allá por 1955/1956 estuvo a un paso de eliminar al Real Madrid en cuartos de final: el Merengue se impuso en la ida por 4-0 en España en un partido sospechado de arreglo, pero en la vuelta los yugoslavos dejaron la serie en suspenso hasta el último segundo gracias al triunfo 3-0. Diez años después volvieron a verse las caras en el Estadio de Heysel en Bruselas, pero en la gran final.
¿Qué pasó en esos diez años? Real Madrid ganó cinco veces la Copa de Europa (llegó a siete finales), dio siete vueltas en la liga de España y alzó una Copa del Rey. Para los Crno-beli, en tanto, lo mejor por esos años fue la excelente camada de jugadores surgidos de la cantera: entre 1955 y 1959 aparecieron el arquero Milutin Šoškić, los defensores Fahrudin Jusufi y Velibor Vasović, los volantes Jovan Miladinović y Zvezdan Čebinac, y los delanteros Milan Galić y Vladica Kovačević, entre otros. Conocidos como «los bebés del Partizan» (“Partizanove bebe”), la generación dorada de la institución ganó cuatro veces la liga de Yugoslavia y fue en busca de conquistar territorio europeo. Nunca estuvo más cerca de lograrlo que en aquella temporada de 1965/1966…
Nantes y Werder Bremen fueron las primeras víctimas de los yugoslavos, que se hicieron imbatibles de local. Ante los franceses fue 2-0 en Belgrado y 2-2 en territorio galo, mientras que frente a los alemanes fue 3-0 en casa y 0-1 de visitante. En cuartos de final, el elenco conducido por “El Profesor” Abdulah Gegić apeló a la heroica ante el Sparta Praga. Después de perder 1-4 en suelo checo, otra vez Belgrado se erigió inexpugnable: 5-0 con dobletes de Mustafa Hasanagić y Vladimir Kovačević. En semifinales apareció Manchester United, pero otra vez los balcánicos se hicieron fuertes en su estadio: 2-0 en la ida y un muy sufrido 0-1 en Inglaterra.
Bruselas recibió a los Crno-beli y a los Merengues en la gran final del ‘66. 55.000 espectadores, dos equipazos, once españoles de un lado, once yugoslavos del otro y un partidazo en el horizonte. Partizan puso en aprietos a los Blancos en la primera mitad, pero no pudo sacar ventaja. Sin embargo, “dos cabezazos en el área es gol” rezan algunos decálogos de la redonda, y Partizan lo puso en práctica: córner a los diez minutos del complemento y gol de Vasović para desatar el delirio de los Sepultureros, que invadieron el campo para abrazarse con los jugadores. La copa estaba más cerca que nunca…
Pero el gol despertó al Madrid, que asedió insistentemente el arco de los yugoslavos, que apenas apostaron a replegarse y buscar golpear en alguna contra. Finalmente, a los 25 minutos llegó el doble amague de “El Brujo” Amancio para quedar mano a mano y poner el 1-1. Galić pudo haber puesto nuevamente en ventaja a su equipo, pero falló su chance… y Real Madrid no. Un zapatazo de Fernando Serena terminó por sepultar las esperanzas de Partizan a falta de 15 minutos. Ya no hubo nada que hacer. Los minutos pasaron y la chance de ser reyes de Europa se desvaneció.
Para Partizan fue una oportunidad única. Tras aquella final, el club sufrió una fuerte crisis institucional y sus figuras terminaron firmando para otros clubes. Recién en los ’90, después de la separación de Yugoslavia, los blanquinegros lograron recuperar el prestigio local con cinco títulos de liga y tres de copa. Las décadas del 2000 y 2010 también fueron fructíferas en el plano doméstico, pero a nivel internacional el club terminó por quedar en el olvido, más aún con el título de Estrella Roja en la Copa de Europa de 1991. Nunca volvió a pisar los cuartos de final y bajo el nuevo formato apenas si logró disputar un par de veces la fase de grupos.
El tren pasó, y con él la ilusión de coronarse campeones. Sin embargo, una parte de Belgrado mantiene vivo en la memoria a aquel maravilloso equipo de Abdulah Gegić, “los bebés del Partizan”, los que estuvieron a sólo 20 minutos de alcanzar la gloria.
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- AUTOR
- Federico Leiva
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