Copas europeas
Payet contra Rumania
Rival ordenado y peligroso, nervios por el debut y por jugar en casa, imprecisiones y atasco en el medio, jugadores que no iban a ser titulares pero que lo fueron por la cantidad de bajas en la previa al torneo. Para el que no vio el partido, entenderá que Francia se volvió a pegar un tiro en el pie en un partido inaugural (véase 2002), pero ésta vez no, Dimitri Payet no lo permitió y una gran Rumania sólo sufrió cuando el jugador del West Ham entró en juego.
De inicio, Didier Deschamps sacó el once previsto con un 1-4-3-3. N’Golo Kanté como vértice inferior de un triángulo que completaron Blaise Matuidi y Paul Pogba, a izquierda y derecha respectivamente del campeón con Leicester de la Premier League. Por delante, Payet abierto en banda izquierda, Olivier Giroud como delantero centro y Antoine Griezmann por derecha. Por su parte, Anghel Iordanescu planteó un 1-4-4-2 con un repliegue en la mitad de la cancha que mutaba a un 1-4-2-3-1 con balón tras recuperación. Una defensa segura por alto y por bajo, un doble pivote que anuló por completo -con la ayuda de los extremos Bogdan Stancu y Adrian Popa- las proyecciones de Pogba y Matuidi y aisló a Griezmann y Giroud. Un mediapunta habilidoso para dar el último pase como Nicolae Stanciu y el goleador del Córdoba, Florin Andone en punta, buscando, generando espacios y peleando con los centrales en cada jugada dividida.
La contienda fue más pareja de lo que se imaginaba en un principio, ambos elencos tuvieron ocasiones de adelantarse en el marcador pero fue Giroud el que lo inauguró. Ocho minutos después, Stancu, tras un penal cometido por Patrice Evra a Stanciu, empató y silenció el Stade de France. Hasta aquí, un cotejo que no dejaba a nadie asombrado y denotaba un Deschamps nervioso que realizó cambios poco ambiciosos. Iordanescu tampoco buscó más y el empate era justo para lo acaecido.
Pero Francia tiene a uno de los mejores jugadores de la Premier League, Payet. A Dimitri ya desde el minuto uno se le vio activo, participativo en cada ataque posicional. Él junta a todos sus compañeros, se asocia con cada uno de ellos. Es el amigo ideal. Busca siempre el pase para romper líneas. Flotó por todo el frente de ataque, arrancó desbordando en izquierda, jugó por detrás de Giroud y centró y desequilibró por derecha. Cuando los locales tenían problemas para sacar el balón jugado, él se ofreció a la altura de Matuidi (bajando de extremo a interior) para generar superioridad y mayor volumen de juego. Los hinchas franceses sólo veían la opción de ganar cuando él tocaba la pelota. El gol de Giroud se inició con un centro suyo y el tanto de la victoria sólo él lo podía ejecutar de esa forma. Un disparo que se coló por toda la escuadra y que emuló otros tantos en los amigables previos (le dio el triunfo en uno de los últimos amistosos ante Camerún en el minuto final). Recibió un pase corto y raso de Kanté, se perfiló y se sacó de la galera un hermoso zurdazo imparable para Ciprian Tatarusanu.
Francia ganó su primer partido y se sacó de encima el peso del debut con un gol agónico que otorga confianza y tres puntos vitales de cara al siguiente choque. Ahora, observará por televisión a sus otros dos rivales, el Albania-Suiza, con la tranquilidad del trabajo (¿bien?) hecho. Todos los niños soñarán hoy con ser Payet.
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- AUTOR
- Nicolás Quiroga
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