América
Problemas sucesivos y un Messi estelar
El último tercio del juego bastó a Lionel Messi para ser diferencial. Hat-trick estelar y un pase excelso a la ruptura de Sergio Agüero. Tras la lesión que sufrió en el amistoso previo a la Copa América, frente a Honduras, no había podido ser de la partida en el debut ante Chile. Frente a Panamá, la temprana apertura del marcador hizo pensar en algún momento que su presentación en el certamen podría aguardar incluso hasta el encuentro siguiente, pero las vicisitudes del partido y las limitaciones propias llevaron a que el ‘10’ maquille falencias colectivas.
Las incidencias del primer tiempo encarrilaron el partido para Argentina. Cuando aún intentaba soltarse en el campo, llegó la acción a balón parado en la que Nicolás Otamendi convirtió el primer gol. Más tarde, la expulsión de Aníbal Godoy terminó por decantar el juego para los dirigidos por Gerardo Martino, posteriormente a varios minutos en que los centroamericanos habían dificultado la salida argentina desde atrás plantando su línea más adelantada en tres cuartos de campo. El planteo agresivo de Hernán Darío Gómez, entrenador de Panamá, volvió a evidenciar un problema que acarrea la albiceleste desde meses después del Mundial 2014. Argentina desea el balón, pero es incapaz de crear ventajas constantes en ataques posicionales.
Sin poder hallar a los centrocampistas interiores y con las líneas de pase obturadas para dar continuidad desde primera fase, los zagueros argentinos se repiten en envíos largos. Con el paso de los minutos, la circulación de balón se hace espesa, de escasa velocidad, y existe poco intercambio de posiciones por delante de la línea del esférico. Es un problema recurrente del seleccionado que solo ha disimulado en algunos partidos y que ha quedado de manifiesto en más de una competencia. El ejemplo más reciente tiene que ver con el cotejo disputado ante Ecuador, cuando nunca pudo romper las líneas del rival y terminó siendo desbordado por la verticalidad rival.
El pragmatismo del cuerpo técnico tuvo lugar ante Colombia o Chile, por Eliminatorias, posibilitando que tome lugar la naturaleza de sus jugadores para jugar a la carrera. Argentina posee argumentos y efectivos para hacer daño en transiciones vertiginosas después de recuperar, aunque todavía carece de sustento colectivo para tomar la iniciativa y dominar a su rival mediante la posesión del balón. Presionando al trivote chileno en el debut de la Copa, pudo desnivelar el juego con ataques cortos y determinantes.
De cualquier modo, la escasez de variantes para subir el balón con precisión y dinámica encuentra en el cambio del mediocampo una arista de mejor nivel. Martino parece haber modificado su línea de tres volantes por un doble pivote y tres mediapuntas que se ubican por detrás del centro delantero. Ese cambio ha dado lugar a que Ever Banega se mueva por el sector de la mediapunta, en el que mejor se ha desenvuelto durante su gran temporada en Sevilla. Con la pelota en tres cuartos de campo, Banega filtra pases por dentro y crea ventajas decisivas. Contra Panamá, se vio obligado en la primera parte a apoyar la salida cerca de Javier Mascherano, y perdió influencia en metros claves. Ya con la expulsión del jugador contrario, comenzó a jugar más arriba y colocó dos pases que pudieron acabar en gol de Gonzalo Higuaín o Erik Lamela.
El ingreso de Messi cambió radicalmente la corriente en la que estaba inmerso el partido, con un equipo que se repetía ante el repliegue de los panameños. Banega acompañó a Messi por dentro y a ellos se sumó Lamela, dejando los carriles libres para la amplitud de los laterales. El crack del Barcelona ha abandonado en los últimos partidos la posición de extremo por derecha. Ahora mismo actúa más cerrado y desde allí ejecuta.
Post clasificación a la siguiente ronda, la lesión de Ángel Di María vuelve a poner en escena la cuestión sobre las formas en que atacará Argentina. Con el retorno de Messi y Banega a su lado, puede que el equipo obtenga mejores mecanismos para juntarse con el balón, aunque pierde a una de sus principales figuras para el escenario en el que más desequilibra. Es una incógnita que, de momento y en la segunda fecha de la fase de grupos, Messi se ha encargado de tirar por tierra.
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- AUTOR
- Nicolás Galliari
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