Ya había empezado mal, bueno, como casi todo lo que se puso en marcha a partir de marzo de 2020 a la fecha. Todo lo que comenzó rondando, o posterior, a esa fecha sufrió alguna complicación y no hablamos solo del plano futbolístico. El Covid19 llegó de manera sorpresiva para alterar todo lo que estaba estipulado que pasaría. La Copa Africana de Naciones no fue la excepción. Vamos a arrancar por el final, para que se entienda el punto de este artículo. Durante enero y los primeros días de febrero de 2022 se jugó la edición número 33 del torneo continental, pero perteneciente a 2021. Sí, cómo los Juegos Olímpicos de Tokio 2020 que se disputaron en 2021.

Este desbarajuste en las fechas se debió a complicaciones para disputar la fase clasificatoria. Como dijimos al principio normal en los tiempos que corren. Por lo tanto, podríamos decir que no tiene nada que ver que haya sido en África, el continente más desfavorecido, vale aclarar, en todo sentido. De eso hablaremos más adelante, porque sin dudas, el desorden que brota en aquellas tierras se vio reflejado en algunas acciones puntuales. Curiosidades que, de ocurrir, por ejemplo, en la Eurocopa estarían en boca de todo el mundo.

Una copa, muchos problemas.

Lo cierto es  que el inicio de esta edición del torneo estuvo a punto de posponerse una vez más, y hasta podría catalogarse como una rareza que esto na haya ocurrido. Porque no solo la UEFA bregó por la suspensión del inicio del certamen, sino que llegó a solicitarlo de mano de la entidad madre del fútbol mundial, la FIFA. Excusado en un “deterioro sanitario de Camerún”, debido a la variante Ómicron, el pope de la FIFA, Gianni Infantino, propuso a las autoridades africanas posponer el inicio, a sólo un mes del puntapié inicial. Otra excusa fue la proximidad con el Mundial de Clubes y la molestia de los clubes europeos.

“La Copa Africana desmantela a las Ligas europeas”, “El destrozo que la Copa Africana hace al fútbol europeo”.  Son títulos que se pudieron leer en algunos de los medios deportivos del Viejo Continente. Ante estos pedidos, la Confederación Africana se reunió para decidir qué hacer, y desoyendo el pedido de la FIFA, por amplia mayoría determinaron que el torneo debía jugarse. Todo esto nos lleva a pensar que las curiosidades que se dieron, en el inicio de la competición, no hayan sido mera casualidad. ¿Certezas? no tenemos ninguna, pero permítannos dudar.

Puede pasar, pero…

A ver, puede pasar que a un árbitro se le apague el reloj, se le quede sin baterías o que se haya olvidado de iniciar el cronómetro. Lo que no puede pasar es que un árbitro de por finalizado un partido al minuto 85 de juego, que tenga que continuar el juego advertido por el banco del equipo que va perdiendo y que luego lo vuelva a terminar antes de tiempo, en el minuto 89 con 50 segundos. Bueno, eso pasó en el Mali 1 -0 Túnez. Y con el agravante de que el juego se detuvo en tres oportunidades durante la segunda parte, para revisar dos penales y una expulsión y así y todo Janny Sikazwe el árbitro nacido en Zambia no sólo no agregó tempo, sino que restó diez segundos al reglamentario. Luego se supo que la excusa del árbitro, fue haber sufrido insolación que lo habría llevado a perder la concentración.

Fue una sucesión de hechos curiosos y lamentables los que ocurrieron en la ciudad de Limbé, en la costa suroeste de Camerún. Las autoridades pretendieron reiniciar el partido 35 minutos después del bochornoso final decretado por Sikazwe, pero Túnez se negó. Más allá de haber sido los tunecinos los que reclamaron y los que se podrían haber favorecido con jugar el tiempo adicionado, treinta y cinco minutos después ya no le encontraron sentido.

Esta determinación de jugar el tiempo restante, que finalmente no ocurrió, llevó a que se retrasara el inicio del siguiente partido de la jornada: Mauritania – Gambia. El encuentro empezó con una hora de retraso y para no ser menos, ante el papelón precedente, esta vez el error vino desde afuera.

Al momento de tener que sonar el himno de Mauritania, la melodía que se escuchaba por los parlantes no fue la correcta. Ante las caras de asombro y algunas sonrisas de los mauritanos alguien le dio pausa a la música y se volvió a anunciar el himno de Mauritania. Con solo ver la cara, a esta altura de fastidio, de los Leones de Chinguetti todos nos dimos cuenta que los acordes que se oían, nuevamente era un himno diferente a la canción patria del país del noreste africano. Lo intentaron una tercera vez, pero ya con los dos primeros acordes y muy atinadamente desistieron y pasaron solemnemente al himno de Gambia.

Otro hecho curioso, de los que nos llegamos a enterar, se dio ya avanzada la Copa. En instancias de cuartos de final, se midieron Túnez (sí, otra vez Túnez en el medio) y Burkina Faso. Esta vez no hubo problemas con el árbitro. El hecho fue la suspensión repentina de la conferencia de prensa previa, cuando un hombre entró a la sala y recogió los micrófonos, indicando que la organización le debía 60 dólares.

Podríamos seguir buscando y encontraríamos mas detalles en esta Copa, estamos seguros. Algo de lo que no estamos seguros es que pintaba la presencia de Gianni Infantino en las semifinales y la final. Bueno, imaginamos que un poco de demagogia, por parte del presidente de la FIFA.

No somos especialistas en el fútbol africano, pero está claro que cada vez son más las figuras internacionales que emergen desde el olvidado continente, ya sea por país de nacimiento o por legado de sangre. Quizás eso es lo que nos lleva a estar más atentos a este tipo de torneos, siempre es buena la oportunidad de ver a los Salah, Mané, Mendy, etc, en acción.

Estas líneas no pretenden ridiculizar el torneo, al contrario. Porque nos podemos reír de las situaciones curiosas que pasan, pero si nos ponemos a hurgar un poco, podemos tener algunas sospechas de que no todo es casualidad. Que, lamentablemente, siempre hubo y habrá intereses políticos y económicos ahí donde ruede la número 5. Que pueden desconfigurar por completo un evento a nivel continental, a tal punto de llegar a ridiculizarlo.