Copas europeas
¡Quién te ha visto y quién te ve!
En su primera Eurocopa, Gales se ha infiltrado entre los mejores 16 equipos de la competición. Cierto es que en 1958 disputó en Suecia su único (hasta hoy) torneo trascendental, pero no con la huella que está dejando en un sinuoso camino de rosas y espinas. Líder de grupo con dos victorias y una derrota. Seis puntos obtenidos tras una victoria épica en el debut ante Eslovaquia y una goleada con oleajes de gran juego ante una desnutrida y taciturna Rusia. Inglaterra fue el rival que hizo hincar la rodilla a los galeses pero en los últimos minutos de un partido en el que se defendió a capa y espada al mejor estilo Godinesco.
Los pupilos de Chris Coleman basan su éxito en una poderosa línea de cinco defensores con un líder como Ashley Williams ejerciendo prácticamente de falso arquero. Por delante de la furiosa defensa, una medular con un señor imponente de barba llamado Joe Ledley, de técnica aceptable y orden ejemplar, y un Joe Allen que ha dejado en los tres encuentros detalles al más estilo Andrés Iniesta. Allen recibe el balón de cualquier forma (en su mayoría rechaces de sus compañeros de la retaguardia), lo controla y lo entrega -todo con un movimiento, dejando la sensación de que piensa un segundo antes que el rival – con un moño a Aaron Ramsey, Gareth Bale o el delantero que acompaña en ese momento al jugador del Real Madrid, sea Sam Vokes, Jonathan Williams o Hal Robson-Kanu (dependiendo del contrincante y su esquema defensivo para liberar espacios en mayor o menor medida a Bale o asociarse con él con más o menos frecuencia).
Ramsey se halla en el podio de rendimiento individual junto a Allen y Bale. Al (ahora) rubio parece haberle sentado de maravilla el nuevo look, ejerciendo de forma excelsa la posición de enlace con los atacantes. Cierto es que su posición como mediapunta liberado sin presión (Gales casi nunca es favorito ante sus rivales y esto suscita una especie de «ya he cumplido y lo que haga a mayores me elevará a los altares») y el primer pase recibido siempre con claridad y precisión al pie bueno de parte de Allen, generan el gran momento de Aaron. Sin balón luce un sacrificio defensivo posicional admirable, formando un trío simétrico en la mitad de la cancha. Con la pelota, busca al acompañante de Bale (si es Vokes, por alto) para que retenga el esférico y dé esos segundos mágicos que ayudan al equipo a tomar oxígeno y salir del área. Si el enemigo deja abundantes metros a sus espaldas, el destino es hacerle llegar la redonda a un Gareth que ha marcado tres goles en tantas presencias. Bale corre poseído e inalcanzable por la pradera cual roedor que escapa de su enemigo de turno. El latifundio que regaló Rusia dejó en evidencia el potencial con y sin balón del dorsal 11 que, entre faltas ejecutadas, regates y funcionamiento asociativo, está completando un certamen magistral.
Con Gary Speed desde el cielo y un Ryan Giggs retirado que disfruta viendo por televisión o in situ algo con lo que él no pudo deleitarse, Gales posee dentro y fuera del campo las fuerzas necesarias para seguir adelante y soñar con un posible pase a cuartos de final. Un tercero de grupo (Albania, Turquía e Irlanda del Norte son los probables) será su destino en octavos. Un destino que a priori no parece inabordable para lograr un billete a la fase de los ocho mejores. ¡Quién te ha visto y quién te ve!
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- AUTOR
- Nicolás Quiroga
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