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Ramón Fagoaga: «Lo lindo era que cuando jugábamos las balas cesaban»
La participación del seleccionado salvadoreño en la Copa del Mundo España ’82 estuvo marcada por diversas situaciones que aún hoy atraviesan con asombro al mundo del fútbol. Desde la guerra civil que azotó a la nación centroamericana desde finales de la década del ’70 hasta entrados los ’90, hasta el interminable viaje que depositó a un plantel incompleto en tierras españolas, pasando por la tremenda goleada que le propinó Hungría en el debut mundialista, aquella última asistencia de El Salvador a la máxima cita futbolística dejó perlas de enorme valor para comprender una época.
Ramón Fagoaga fue uno de los líderes de aquel grupo histórico. Caudillo y líder espiritual de «La Selecta», este «guerrero del fútbol y de la vida» tal como se autodefine expresamente, puede explicar de primera mano aquella etapa histórica de su país. Y lo hace sin bemoles. Intentando con la claridad y la sinceridad de un hombre que vivió el fútbol como una parte importante de su vida, pero que fue dejando crecer a este administrador de empresas y Maestro en finanzas que sostiene su presente. El fútbol queda en un costado en lo profesional. Pero el amor por la pelota es el que nos acerca a la charla a través de un «siempre es bienvenido hablar de fútbol» que nos abrió el camino a sus sensaciones.
CR: ¿De qué manera definiría la relación de El Salvador como pueblo con el fútbol?
- Nuestro pueblo es futbolero, apasionado, ama a su selección a pesar de no conseguir clasificar a otro Mundial desde España ’82.
CR: ¿Cómo se acercó al fútbol y de qué forma logró sobreponerse al asma, que puede ser un factor limitante a la hora de la práctica deportiva?
- Pasión por la pelota y apoyo de mis padres. Determinación, carácter, responsabilidad y amar lo que haces. No solo me sobrepuse al asma. También al pie plano, al estrabismo, a la tartamudez y una alimentación deficitaria desde chico.
CR: Usted estaba iniciando su carrera futbolística en el máximo nivel justo cuando la selección nacional de su país lograba competir por primera vez en una Copa del Mundo. ¿Cuáles son sus recuerdos e impresiones de aquella clasificación y de la participación en México ’70?
- Los Maestros… así les llamo a esos jugadores que me antecedieron. Nuestros referentes. En mi caso Mauricio Alonso Rodríguez, después mi entrenador. Una gran alegría ser el primer país centroamericano en asistir a un Mundial; creo que hicieron un papel aceptable, teniendo en cuenta los rivales, México, Bélgica y URSS, con situaciones confusas en el partido contra México, que incidieron en el marcador. En El Salvador tenemos un dicho: México nunca pierde y si pierde arrebata. Es importante mencionar que tuvimos la ventaja de que no debimos eliminarnos con México, para calificarnos al Mundial, pues ellos eran anfitriones.
CR: Los años ’60, ’70 y ’80 fueron tiempos de extrema tensión regional y especialmente en su país donde los conflictos limítrofes e internos culminaron con enfrentamientos bélicos y con una guerra interna que duró más de una década. ¿Cómo influyó esto en el fútbol local y en su vida personal?
- Era difícil y fuerte, costaba movilizarse y encontrarse con los bandos en contienda. Sin embargo, teníamos la base generacional del ’60, las nuevas camadas de generación natural de los ’70 y ’80 aunque es importante destacar que no existió, ni existen procesos de ligas menores de los equipos semi profesionales de nuestro país. Ayudaban los predios baldíos, las calles, los torneos de los salesianos y equipos juveniles que participaban para jugar los domingos, sin entrenar. A pesar de lo anterior, los equipos tenían una base de jugadores nacionales importante y se contrataban extranjeros de calidad. Esto dio como resultado un campeonato muy competitivo y atractivo para la afición. En lo personal, me ayudó a entender que tenía que trabajar duro, porque la competencia era fuerte.
CR: Curiosamente El Salvador ha logrado sus dos participaciones mundialistas en ese período. ¿A qué lo adjudica?
- La adversidad nos enseñó a ser luchadores y a nunca darnos por vencido a pesar de las limitaciones.
CR: ¿Cómo pasó de jugar como delantero a posiciones más defensivas?
- Cuando llegue a Atlético Marte había siete delanteros con experiencia y solo jugaban dos o tres. Me sugirieron volver a segunda y regresar en un año. No acepté y comencé a entrenar más fuerte, sabiendo que no tenía muchas opciones de ser goleador, y dediqué mi esfuerzo a buscar un puesto en cualquier sector del campo. Así me convertí primero en cinco –mediocampista central- y después en marcador central. Un verdadero perro de presa.
CR: ¿Qué lugar ocupa en su vida el Club Deportivo Atlético Marte?
- Imagínate ¡Jugué 17 años en el equipo! Sin embargo, también jugué en otros clubes a los que les guardo también cariño como Independiente y Alianza en nuestro país y Jalapa en Guatemala.
CR: En 1976 llega a la selección nacional ¿Qué recuerda de aquel momento y como define su carrera como internacional?
- Llego por accidente. En esos momentos la dupla defensiva era Paco Jovel y Luis Rivas, que hacían una pareja central formidable y a quienes siempre admiré. Una semana antes del 24 de julio de 1976 (N de R: fecha de la inauguración del Estadio Cuscatlán con el enfrentamiento entre la selección salvadoreña y Borussia Mönchengladbach de Alemania), Atlético Marte enfrentó a Águila, equipo en el que jugaba Rivas; en una jugada fortuita Rivas sale gravemente lesionado, regresamos a la capital y como a las diez de la noche se presenta el seleccionador, Raúl Alfredo Magaña, junto a mi Maestro Manuel Cañadas y me convoca a la Selección Nacional. Incrédulo, pero con gran alegría, recibí la novedad en ese momento. No me imaginaba ni siquiera ser titular. Concurrí al entrenamiento, me presentaron, y allí estaba yo saludando a esos grandes, que admiraba desde las gradas. Mi sorpresa es que salgo de titular con Paco Jovel, el mejor y más grande central que parió nuestra patria. De entrada nos entendimos. Era como si todo el tiempo hubiéramos jugado juntos. Perdimos 2-0, contra Borussia Mönchengladbach, campeón del mundo de clubes con tantos de Simonsen y Vogts. Al final de mi carrera jugué 105 partidos vistiendo la playera nacional, con honor, orgullo y determinación. Jugué tres eliminatorias mundialistas y asistí a un Mundial. Satisfecho plenamente.
CR: La eliminatoria para España 82 fue durísima en lo deportivo, pero además El Salvador tuvo la dificultad de atravesarla en el momento más cruento de la guerra civil ¿Qué sensaciones lo invaden al recordar esos tiempos?
- En lo deportivo fue impresionante, dejar afuera al gigante de CONCACAF fue único e inolvidable. Los mexicanos decían que jugábamos con pelota cuadrada, Hugo Sánchez ya era un consagrado y de entrada le aplique un correctivo. Ya no quiso entrar al área, se fue a las bandas. Les ganamos 1-0 (N de R: partido disputado el 6 de noviembre de 1981 en Tegucigalpa, por la segunda fecha del hexagonal final de CONCACAF). La guerra civil nos dejó 100.000 hermanos salvadoreños muertos. Fue espantoso. Íbamos al interior y toda la gente nos quería. En el trayecto, veíamos los desastres de la guerra, era horrible. Lo lindo era que cuando jugábamos, las balas cesaban y todos al estadio a ver los partidos por televisión u oírlos por radio, todos amigos, todos con la Selección.
CR: La participación en España 82 tuvo un punto muy negativo en la derrota contra Hungría. Sin embargo en los enfrentamientos con Bélgica y Argentina el equipo cumplió un papel aceptable y compitió con seriedad. ¿Qué ocurrió tras el partido inicial para que se modifique totalmente la imagen y el dispositivo táctico?
- Deportivamente, es la noche más triste que pasamos como salvadoreños y nosotros quedamos hundidos mentalmente. Nos reunimos, hablamos y concientizamos, hicimos autocrítica profunda y nos propusimos darle vuelta a la situación. Trabajamos individual y colectivamente la parte mental, pues estábamos seguros que fue un accidente y que no se nos había olvidado jugar. Esa fue la clave para levantar los ánimos y demostrar que sí podíamos cambiar para mejor nuestra actuación en ese evento mundial y por nuestra gente, por nuestro país.
CR: Existen distintas versiones futbolísticas y extrafutbolísticas y también testimonios de sus compañeros sobre la importancia de su ausencia. ¿Por qué no estuvo en la alineación inicial ante Hungría?
- Decisión técnica. Sin falsa modestia, todavía me pregunto eso, pero así pasó.
CR: ¿Cómo evalúa la labor de Mauricio Rodríguez al frente de aquel seleccionado? ¿Cree que la federación limitó sus posibilidades como entrenador o que por el contrario fue parte de la desorganización que rodeó aquella histórica participación mundialista?
- Para mí Mauricio Rodríguez es un buen entrenador y lo evalúo como aceptable. Es importante mencionar, y no lo digo como excusa, estábamos en una cruenta guerra, no tengo conocimiento que otro país haya conseguido asistir a un Mundial en esas condiciones (N de la R: Argentina también concurrió a España ’82 afrontando el final de la guerra de Malvinas). Las dirigencias deportivas en nuestro país se han distinguido por equivocarse mucho, incluso en la actualidad; la logística fue un desastre. Nos fuimos tarde en un vuelo con muchas escalas: San Salvador-Guatemala-Cuba-Madrid-Alicante y terrestre hasta Elche. Allí paramos en un lugar sombrío y en ruinas. Un espacio dedicado al “Tiro de Pichón”, sin cancha para entrenar, sin uniformes de entrenamiento y de competencia, sin zapatos. No sé si los uniformes se los entregaron a algún federativo, un juego azul y otro blanco. Una firma importante (N de R: la marca alemana de las tres tiras) me ofreció dinero para jugar con su calzado. Pero solo nos ofrecía a los titulares, a los suplentes no. Obviamente no acepté y por eso tapé con cinta adhesiva la marca. Ese fue uno de los problemas que tuve con el ente federativo, pues entiendo que ellos tenían un arreglo económico con la marca. Además, la prensa hizo su trabajo al presentarme ante la afición, ante el pueblo, como el peor ridículo, sin saber el motivo de mi actuación. Claro, muchos periodistas debían favores a los dirigentes. En general, no teníamos una buena relación con la prensa deportiva de nuestro país.
CR: La vuelta tras el Mundial fue complicada. ¿Piensa que el maltrato a los futbolistas, coincidentes con expectativas demasiado altas para aquel momento, fue un desahogo popular o una gestión dirigencial dentro y fuera del fútbol para distraer la mirada popular del momento nacional?
- Fue un poco de todo y parte de la prensa deportiva se encargó de eso. Nos estaban cobrando la tirante relación que teníamos con ellos. Eran tiempos de buscar culpables en medio de una situación nacional complicada y fuimos el blanco perfecto. La situación del regreso grupal no la viví en carne propia, pues me quedé haciendo pretemporada con Xerez Deportivo de España en San Lucas de Barrameda, bajo las órdenes del entrenador de origen marroquí Ben Barek, ex Atlético de Madrid.
CR: Hasta aquella Copa del Mundo solo Jaime Rodríguez había cruzado el océano para vestir los colores del Uerdingen alemán. ¿Cree que la contratación de varios futbolistas salvadoreños por clubes de distintas categorías del fútbol extranjero fue una especie de premio para el nivel demostrado por el seleccionado?
- Según mi opinión tuvimos la mejor Selección de todos los tiempos de El Salvador. Un grupo de jugadores que, durante la década del ’70, nos fuimos integrando y logramos hacer un equipo competitivo. Había en esa época un grupo de al menos 50 jugadores de buena calidad futbolística y humana, que competíamos por un lugar en el listado final. La Selección era la vitrina para mostrarnos al mundo futbolero, a falta de promotores y mercados accesibles a nuestro biotipo deportivo. En Centroamérica los países exportadores de jugadores siempre fueron Costa Rica y Honduras, ahora les estamos compitiendo.
CR: Cuenta usted en una entrevista que no lo dejaron finalizar su pase al Xerez español y que incluso usted participó activamente en la posibilidad de que algunos de sus compañeros puedan pasar al fútbol de Europa ¿Cómo describe aquella situación y cómo la han valorado sus colegas?
- Fue difícil la decisión, explico como antecedente: mientras jugué fútbol, nunca deje de trabajar paralelamente en empresas e instituciones. Cuando terminé la pretemporada en Xerez Deportivo y fui presentado como nuevo jugador me alegré mucho, pero no enviaban mi transferencia y según las noticias, no me la iban a enviar; hablé con el equipo y me dieron un tiempo para recibir la transferencia, avisé que venía al país a tramitarla, ya tenía mi contrato firmado, con copia en mano, retorné a El Salvador y me encontré con un muro impasable. Federación, dirigentes y prensa (parte de ella) me hacían responsable de actitudes y hechos de jugadores en la justa mundialista, es decir me truncaban mi carrera internacional, pero en medio quedaban varios compañeros que esperaban sus transferencias y me enfoqué en realizar trámites, incluso con cartas a la Federación, excepto la de Jorge González, con quien los dirigentes de FAS ya tenían un acuerdo en el exterior. Nunca esperé reconocimiento de mis compañeros, pues siempre he creído en hacer lo correcto.
CR: ¿Qué diferencias más notables observa entre aquel fútbol y el actual tanto dentro del país como a nivel internacional?
- La tecnología, métodos de entrenamiento, avance científico en medicina, nutrición, preparación física, campos de juego, VAR; es decir, se convirtió en la Industria del Fútbol. Sin embargo, se conserva su esencia deportiva, 11 jugadores por equipo, cuatro árbitros más VAR, 17 reglas, sistemas tácticos, improvisación y sabiendo que las bandas es el espacio más propicio para penetrar, tomar línea de fondo y pase atrás, superioridad numérica en cualquier sector del campo, presión alta, recuperación de balón rápida, posesión de balón, etc.
CR: ¿Cómo evalúa la actualidad del fútbol de su país y qué posibilidades ve de cara a las Eliminatorias para Qatar 2022?
- Es un problema de siempre, pues al no tener divisiones inferiores los equipos, los jugadores cuando llegan al equipo mayor tienen muchas falencias técnicas, físicas, estratégicas y tácticas, ese es un problema para los técnicos de los equipos, que pierden tiempo en corregir las falencias y muchas veces quedan vicios que salen a luz, cuando participan en otras ligas y que los nuevos técnicos esperan a jugadores completos sin falencias básicas. Para Qatar 2022, ya se estaba clasificado para la hexagonal, pero parece que el presidente canadiense de CONCACAF quiere convertirla en octogonal, esperamos la decisión final.
CR: Piensa que el crecimiento del fútbol norteamericano le entrega más posibilidades al futbolista salvadoreño para desarrollar una carrera profesional relevante?
- Sí, pues es la tercera minoría latina después de México y Puerto Rico. Más de dos millones de compatriotas, con nostalgia por lo nuestro.
CR: ¿A qué se dedica usted actualmente y qué relación tiene con el fútbol?
- Consultor, Licenciado en Administración de Empresas, Maestría en Finanzas, Entrenador de Fútbol clase “A”, estudios en Administración Deportiva. Ninguna, nuestro fútbol sigue con dirigentes sin visión de largo plazo.
CR: ¿Cómo define a Ramón Fagoaga?
- Un guerrero de la vida
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- AUTOR
- Nicolás Di Pasqua
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