El entrenador: Florent Ibengé

Nacido en Kinshasa el 4 de diciembre de 1961, Ibengé es considerado uno de los mejores entrenadores africanos de la actualidad. El trampolín hacia el seleccionado congoleño fue su estadía en AS Vita Club, al que llevó a la final de la Champions League africana contra todo pronóstico en 2014, donde cayó por goles de visitante ante el Setíf argelino.

Ibengé guiará el destino del seleccionado de su país

En su currículum figura una experiencia en el fútbol chino dirigiendo al Shanghai Shenhua y una interesante experiencia como ayudante de Claude Le Roy a quien reemplazó en 2014 cuando fue despedido del cargo. Supo aprovechar el surgimiento de nuevos valores desde las entrañas del futbol de su país y conformar seleccionados competitivos que le permitieron obtener la medalla de bronce en la CAN 2015, la de oro en la CHAN (reservada solo para jugadores que militan en las ligas de su país de origen) 2016 en Ruanda y postularse como candidato a un lugar en Rusia 2018.

Cómo llegó

Los ‘Leopardos’ arribaron a la Copa de África como ganadores del Grupo B clasificatorio que compartieron con República Centroafricana, Angola y Madagascar. La inexpugnable localía en Kinshasa fue el trampolín para conseguir un boleto que adquirió recién en la última jornada con una goleada ante los centroafricanos por 4-1. Ambos llegaban con chances de clasificación al duelo definitorio aunque con distintas necesidades. A los de Ibenge les alcanzaba un empate (y hasta una derrota podía entregarles uno de los dos cupos para los mejores segundos)  para asegurar su participación en Gabón 2017, mientras que los visitantes debían ganar para obtener el primer puesto ya que su diferencia de gol no le alcanzaba para tomar como válido el empate para la cuenta final entre los escoltas de Grupo.

El cómodo triunfo de los congoleños cerró su participación con cinco victorias y una única derrota (casualmente contra República Centroafricana 2-0) y sentenció la suerte de República Centroafricana. Quizá el empate en un tanto de las ‘Bestias Salvajes’ ante la modesta Madagascar como visitante, fue la clave de la eliminación de un seleccionado que viene demostrando cosas interesantes pese a su escaso renombre.

República Democrática del Congo en la CAN

Dieumerci Mbokani, presencia fisica en el ataque de los ‘leopardos’

La suerte de los ‘Leopardos’ en la competición africana más importante a nivel selecciones es tan cambiante como la historia de esta nación que alguna vez fue colonia belga y que vivió más de tres décadas entre guerras, corrupción y desigualdad bajo la dictadura de Mobutu Sese Seko, un tirano de tal magnitud que hasta le cambió el nombre a la nación a su antojo.

Las influencias y el apoyo al futbol (y al deporte en general) de parte de Mobutu, como elemento para distraer y atraer la atención de las masas, coincidió con la etapa más próspera del seleccionado. Zaire (tal el nombre nacional más reconocido de la etapa dictatorial) obtuvo dos Copas de África en 1968 y 1974 y concurrió a su única cita mundialista en Alemania 74, en la que cumplió una participación olvidable (o inolvidable por alguna maniobra más que burda para el grado de avance del futbol en aquel tiempo).

Cesada la dictadura y luego de cruentos combates civiles que aún no llegaban a disiparse, la República Democrática del Congo alcanzó el tercer puesto en Burkina Faso 1998 eliminando a Ghana en la Fase de Grupos y a Camerún en Cuartos de Final. Aquella participación, coronada con el triunfo por penales ante el local por la medalla de bronce tras un enormemente emotivo 4-4 con aroma a hazaña, fue la mejor de los ‘Leopardos’ hasta la pasada edición del certamen donde también alcanzaron el último lugar del podio tras vencer a Guinea Ecuatorial, anfitriona de la competencia, en los penales, tras empatar sin goles.

El plantel